Dear Jimin |›Yoonmin‹|

veintiséis

— ¿Y entonces qué fue lo que pasó? —preguntó la chica pelicastaña, mirando con grandes ojos a su amigo.

— Ay Yerim, calma. Déjame seguir.

La chica de tez pálida asintió rápidamente volviendo a poner atención en la historia de su amigo.

— Escapé, dejé constancia en la policía pero ellos no fueron capaces de dar con él. Ni aún cuando él era el que daba conmigo. Por un año recorrí chile desde el norte al sur, tratando de huir de él, pero me fue imposible, entonces por eso me vine aquí, pensé que quizas en este país nunca me encontraría y hasta el momento no lo ha hecho.

— Wow, que intensa fue tu vida. Con razón no eres muy sociable que digamos. —rió nerviosamente.

— Bueno, después de que tu mejor amigo mata a tu pareja y se obseciona contigo no es muy facil agarrar confianza con cualquiera.

— Buen punto. Cambiando de tema, ¿qué haras hoy después del trabajo? —pregunto la suiza.

— Nada, quiero descansar.

— Hay vamos quédate en mi casa, ¡hagamos una pijamada! No quiero dejarte solito después de saber todo eso.

— Tranquila, Choerry, no me ha encontrado en más de tres años, no creo que lo haga ahora.

— Ojalá nunca lo haga y se haya cansado de buscarte. —dijo inflando las mejillas y cruzando los brazos por sobre su pecho.

Reí ante su adorable expresión, Yerim se había convertido en mi unica amiga después de todo lo que pasó esa noche.

Les haré un resumen, ya no habló con Jin ni Hobi ni mucho menos Nam. Perdí toda clase de contacto con ellos para evitar que Taehyung pudiera encontrarme. Lo último que supieron de mi fue que fui al aeropuerto. Nunca les dije a dónde iba ni con quien ni por cuanto tiempo. Solo me alcanzaron las palabras para decir adiós.

Fue difícil instalarme aquí, aprender el idioma, encontrar un lugar donde vivir y empleo. Cuando llegué, me quedé todo un día y una noche en el aeropuerto, no sabíaque hacer. Me arrepentí, no entendía nada, no sabía nada, estaba perdido y solo.

En eso es cuando una chica de grandes ojos y aspecto tierno se acerca a mí y me pregunta si estoy bien. Bueno, en ese momento no entendí que me dijo.

Con el poco ingles que sé intenté comunicarme con ella para que me ayudara. Gracias a Dios que ella es un angelito que se atravesó en mi vida. A duras penas entendió que necesitaba un lugar donde dormir, pero apenas entendió me dijo que la siguera. Desde esa nocbe ella siempre me ha ayudado con todo.

Un día le pregunté si se acordaba de cuando nos conocimos, me dijo que sí. Le pregunté que es lo que había estado haciendo ese día ahí si en busca de una maleta o comprando un boleto, y me respondió que simplemente sintió la necesidad de ir y encontrar a alguien, no sabía a quien precisamente pero teníaque ayudarlo. Despues dijo "alguien allá arriba debe amarte demasiado para mandar a alguien a buscarte".

La tarde transcurrió con normalidad, Yerim se fue a su casa sin antes ofrecerme quedar en su casa nuevamente, a lo que con risas me negué.

Al llegar a mi departamento la soledad me recibió gustosa. Me serciore de que todo estuviera cerrado antes de dirigirme al baño a tomar una ducha. Al salir, sentí una corriente de aire pasearse por todo el interior del departamento. Me dirigí a mi habitación y fui capaz de ver como la ventana estaba abierta de par en par.

Mi corazón comenzó a correr como loco al ver que encima de mi cama había una nota. Me acerque a leerla.

"No me cansé de buscarte y mucho menos te olvidé. Hola, Jimin."

Comencé a temblar, no lo podía creer. Tenía que ser una pesadilla o algo. No podía encontrarme así como así. Comencé a llorar e hiperbentilar al mismo tiempo, sentí unas manos grandes sujetarme suavemente por los hombros.

— Tranquilo bebé, ya estoy aquí.

Los sollozos comenzaron a salir mucho más fuertes, él me giró y me abrazó contra su pecho, mientras acariciaba suavemente mi cabello.

— No sabes lo mucho que te extrañé, Jimin. Esta vez me la hiciste difícil. Ni siquiera alguno de esos tres idiotas con los que hablabas sabían donde estabas. Tuve que buscarte por mis medios.

Mis sollozos no cesaban pero se volvieron un poco más silenciosos. Mi celular sonaba sobre mi mesa de noche y Taehyung aun con su agarré firme sobre mi me llevó hasta la mesita y contestó el celular.

Pude distinguir la dulce voz de Yerim, preguntandome si estaba bien y si quería que ella viniera a dormir esta noche. Taehyung no se despegó el celular del oido, pero mantuvo silencio. Escuché como mi amiga se empezó a desesperar ya que no paraba de llamarme. Finalmente me atreví a quitarle el celular y alejarme de él.

— ¿Choerry?

— ¿Jimin, está bien? ¿Estás con alguien? ¿Quieres que vaya?

Taehyung se acostó sobre mi cama y desde ahí miraba con una sonrisa arrogante.

— Yerim, tranquila. Descansa, mañana nos vemos en el trabajo.

— Oye, pero...

Corté antes de que me dijera algo más.

— ¿Quién es ella? —preguntó.

— Nadie.

— No parecía nadie.

Sorbí mi nariz. — ¿Qué te importa?

— Simplemente me dio curiosidad. —sonrió elevando los hombros.

— ¿Cómo mierda me encontraste? —pregunté apretando los puños.

— Pues... sólo digamos que no fue fácil. ¿No te vas a vestir? ¿O quieres que recuperemos el tiempo perdido?

Me sentí asquiado ante su comentario.

— Quiero que te vayas y me dejes tranquilo.

— Eso no va a poder ser. —se paró de la cama y con fuerza me tomó por los hombros estampandome contra la pared sacándome un quejido.— Entiende que si no puedo tenerte nadie lo hará.

La rabia invadió mi cuerpo y le escupí la cara.— Eres un monstruo, sueltame. Déjame en paz, prefiero morir mil veces a estar contigo, enfermo mental.

El abrió nuevamente los ojos, los que estaba totalmente desorbitados.— Ah, hubieras dicho eso desde un principio. —rió nuevamente, tomando mi cuello con una de sus manos estrangulandome. A duras penas pude ver como con su otra mano sacaba un objeto brillante.— Me hubiera encantado pasar más tiempo contigo, pero parece que los reencuentros no te gustan.

Golpeé su brazo para que me soltara, el aire se acababa, lágrimas brotaban de mis ojos no dejándome ver bien su rostro. Luego de unos minutos todo fue oscuridad.

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Nota:

3/4