Ella y yo.

Único.

-¡Merlín, dame más tolerancia! -Gritó Hermione al vacío del bosque prohibido.

«Flash Back»

-¡Hermione! -Gritó Ginny al entrar sin permiso a la habitación de Hermione. -¡Ron y Harry están en la sala común!

Ginny se lanzó sobre la cama de Hermione buscando la manera de despertarla, y lo consiguió, solo que Hermione estaba cansada al contrario que ella, pues; Ginny irradiaba alegría por ver a su novio y hermano luego de tanto tiempo en la academia de autores y misiones que les asignaban aún sin tener el título de autor.

-Diles que les mando saludos y que los extrañé mucho. -La voz de Hermione sonó severamente cansada. - Estoy muy cansada.

Cansancio; una palabra simple pero el sentirla era abruptamente nocivo, y eso, eso era lo que Hermione experimentaba cada noche al llorar por la sombra de un amor que ahora yacía como cenizas luego de un fuego extinto a lentitud en una hoguera infinita.

Lloraba cada noche abrazada al collar que le había dejado su amada, y qué tristemente para ambas tuvo que partir forzado por terceros. Lloraba porque extrañaba su cercanía, le dolía el no sentirla a su lado; extrañaba su lugar seguro, y lo que ella llamaba lugar seguro eran los brazos de ella. Lloraba porque ya no quería vivir sus días esperando su regreso e irse a dormir cada noche sabiendo que su llegada se hacía mas lejana con el pasar de los días. Finalmente lloraba porque extrañaba cada fibra del ser de ella, extrañaba cada cabello ondulado y rebelde de esa inigualable melena oscura...

Hermione extrañaba a Bellatrix.

-Realmente no quiero verlos. Pero vé tú si quieres.

-Herms...por favor. -Ginny rogó un poco- Si es por Ron no lo hagas, deberías hacerlo por Harry... Él te ha extrañado mucho ¡Y me atrevo a decir que más que a mí que soy su novia!. -La movió un poco- Harry desea verte porque eres su mejor amiga y hermana.

Hermione destapó su cara y la miró con un poco de culpa, Harry solo quería verla antes de irse y ella prefería quedarse a llorar.

-Ginny...-Suspiró- Está bien. Iré, pero vete ya, que debo ducharme.

-¡Excelente! -Ginny besó su mejilla muy ruidosamente y salió corriendo de la habitación con dirección a la sala común donde Ron y Harry esperaban por ambas.

Hermione se destapó completamente y giró su cuerpo para sentarse al borde de su cama, suspiró con pesadez y sin muchas ganas se levantó de su cama. «Otro día más que despierto buscando tu mirada sobre mi cara y como siempre... No hay nadie a mi lado» pensó y siguió a su baño. Entró y lo primero que hizo fue verse en el espejo.

Tenía la cara hinchada, sus ojeras se acentuaban bajo sus ojos cada vez más cada día, su piel estaba pálida «pálida como ella» pensó automáticamente, y por último; sus ojos, estos solo mostraban cansancio y dolor. Abrió la llave del lavamanos y mojó su rostro con el agua que cayó en la cuenca que formó juntando sus manos.
Quitó su ropa y se metió a la ducha, abrió la regadera y el agua comenzó a correr como un caudal sobre su cuerpo teniendo por destino final, el suelo.

Estiró su mano para agarrar el jabón que estaba en el lavamanos cuando como de costumbre, sintió aquella sensación qué ya estaba acostumbrada a sentir cada vez qué se bañaba.

Una mano translúcida la tocó, esa era mano era de ella, de Bellatrix.

-Buenos días impura. -Esa cantarina voz; era la voz de Bellatrix.

-Buenos días producto de mi mente que me hace pensar que eres Bella.

-¿Soy un producto de tu loca cabeza? -Preguntó Bella.