Convergencia

Capítulo 3

Era bien entrada la noche y Aphelios se encontraba tumbado en la cama, con todas las luces apagadas salvo por su lámpara de lava que iluminaba un poco la habitación con una suave tonalidad morada. Unas horas antes de que sus padres llegaran pidió un poco de comida a domicilio de un local que tenía comida regional de Shurima la cual consistía en unas empanadas de carne con verduras acompañadas por un tipo de arroz preparado de una manera algo extraña pero Aphelios disfrutaba mucho la sazón de la comida shurimana. Había considerado solamente hacerse un sándwich de jamón y queso derretido pero le habían golpeado en la escuela por defender a un compañero y se podía permitir consentirse un poco, ¿no? Se terminó gastando casi todo el dinero que le quedaba del mes en comida a domicilio, de todas formas. Nunca lo había expresado en voz alta, pero cuando estaba comiendo en el escritorio de su computadora mientras miraba algunos vídeos sintió algo de nostalgia al pensar en comida hecha en casa y servida en el comedor de la casa. Nostalgia algo fantasiosa, ya que en verdad sentía que nunca en la vida había tenido un momento así, como para extrañarlo.

El día había pasado bastante tranquilo, contrarío a todo pronóstico. Cuando sus padres llegaron del trabajo no fueron a su habitación a regañarle más por su pelea o mal comportamiento en la escuela. Aphelios tampoco salió a tentar su suerte y estar mucho tiempo en la sala o en el comedor, lo cual no salía de lo normal. Simplemente había salido de su cuarto después de a cortar unas rebanadas de tomate para ponerse en el ojo y refrescarlo. O al menos eso decía en reddit.

Eran casi las dos de la mañana y la única razón por la que estaba inmóvil viendo al techo música era porque estaba esperando el susodicho vídeo llamado que le había prometido Número Desconocido. Y más valía que Número Desconocido marcase porque estaba bastante tentado a simplemente dormir y aceptar que su vida continuaría siendo un loop de aburrimiento interminable hasta el día en que muriese o peor, el día en que consiguiese un trabajo aún más aburrido que él. Si es que eso era posible.

Aunque si fuese realmente sincero consigo mismo, era más una persona nocturna que diurna. Disfrutaba mucho estar despierto de noche así sea simplemente como estaba ahora, tumbado en su cama escuchando música relajante o jugando un juego de cartas online competitivo que le entretenía bastante, leyendo o escuchando algún dato interesante en foros pero siempre de noche. La noche tenía un carisma mil veces más atrayente que estar haciendo la misma actividad a la luz del día.

Tomó su teléfono y le dio repeat a After Dark por como cuarta vez. Aún faltaba tiempo para las tres de la mañana y no tenía ganas de levantarse. También tenía algo de miedo de abrir Telegram y ver sus mensajes. Posiblemente todos de Alune y otros grupos silenciados que en verdad no le interesaban mucho ver, pero le daba aún más miedo abrir y ver algún mensaje nuevo de Número Desconocido o peor, de Sett.

Había pasado un vergonzosamente largo tiempo pensando en su nuevo compañero de clases y en qué tipo de conversación tendrían al día siguiente, si es que llegaban a tener una.

De lejos se veía que eran personas muy diferentes, con contextos bastante distintos y quizá con gustos igual más lejanos de parecerse como ir andando de Jonia a Targón. Era algo estúpido creer que podrían congeniar de alguna manera, más porque Aphelios estaba lejos de ser sociable y Sett parecía serlo. Pero bueno, fantasear un poco no hacía mal a nadie. Por lo que pasó el día anterior en clase Aphelios podía deducir que iba a ser algo complicado para Sett hacerse de amigos a la primera, por su condición de Vastaya y lo prejuiciosos que podían ser sus compañeros de clase, pero tampoco creía que ese estigma duraría mucho y todo el mundo empezara a notar lo verdaderamente apuesto y atractivo que era Sett.

El tipo era jodidamente guapo, en todo sentido de la palabra.

Y ahí vamos de nuevo a pensar en él. Seguro mañana cuando le hablase haría un tonto de sí mismo por estar pensando que cara tan perfecta que tiene este tipo. Sentía que podía romperle algo en la cara y primero se rompe el objeto a hacerle un rasguño.