Kira nunca fue una persona que pudiera mantener sus sentimientos controlados. Eligió las peores maneras para mantener su paz mental, si es que eso era lo que estaba haciendo.
ᵖʳᵒʰⁱᵇⁱᵈᵃ ˡᵃ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ ᵒ ᶜᵒᵖⁱᵃ ᵖᵃʳᶜⁱᵃˡ ʸ ᵗᵒᵗᵃˡ ᵈᵉ ᵉˢᵗᵃ ʰⁱˢᵗᵒʳⁱᵃ
ʟᴏs ᴘᴇʀs...
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Omniscient PoV
—...entonces solo podemos arreglar para vernos y listo, porque dentro del colegio es muy arriesgado, cámaras por todos lados...
—Ajá.
—¿Me estás escuchando?
Claro que lo estaba escuchando, pero cada vez se le hacía más difícil. Aizawa la había llamado media hora antes de que su alarma suene, y esos treinta minutos eran sagrados para su sueño. Mientras se arrastraba por toda la casa para prepararse para otro aburrido día de clases, Shota hablaba de cómo iba a ser su relación de ahora en adelante y las condiciones que proponía para que no haya ningún problema externo.
De todos modos, con relación no se refería a novio y novia, eran más bien como unos amigos con derechos. No habían hablado de exclusividad, no habían hablado de compromiso, ni convivencia, ni citas.
Solo habían confirmado lo que ambos sentían —atracción por el otro—, no hablaban de querer ni de amor. Pero también habían aceptado, no directamente, que ambos tendrían más encuentros como el de la otra noche. Porque Kira seguía siendo una adolescente de dieciséis años con más hormonas y terquedad que cualquier otro de sus compañeros —tal vez Midoriya y Bakugo le ganaban con lo último—, y porque Aizawa había sentido una chispa que había ignorado toda su vida por creer que no le era necesaria, y ahora cuando la volvía a sentir, no quería volver a desconocerla.
—Lo siento, es que me agarraste dormida —dijo entre bostezos.
—Ya veo. Pensé que sería el momento ideal para hablarlo —Durante clases no era buena idea, a la tarde Kira llegaría cansada por los entrenamientos, Aizawa tenía que encargarse de papeles del colegio y a la noche ejercía como héroe.
—Sí, sí, está bien. ¿Hay algo más?
—Por el momento no, si llegáramos a peligrar de alguna forma supongo que tomaremos medidas dependiendo la situación —parecía ser que Aizawa no solo era estricto como persona, profesor y héroe, sino que con sus relaciones también. Raro pensando que con sus únicos amigos no era así, ¿acaso la relación de amistad y amorosa era diferente en estos términos?
Kira entendía que la situación en la que se encontraban lo ameritaba. La diferencia de edad era, no demasiada, pero si mucha si tenemos en cuenta el diferente tipo de mentalidad que tenían los dos. Por más que la azabache se haya cuidado sola casi toda su vida y era más responsable que muchas otras chicas de su edad, esa responsabilidad tenía excepción por capricho, su comportamiento hacia los demás cambiaba por soberbia o recelo.
Todo tenía una excepción, sus emociones seguían alborotadas, inestables e inmaduras.
