I. 𝓗𝓲𝓼𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪

4 0 0
                                    

        Hola, soy Sarah y esta es mi historia que no es tan mía al principio.

     Nunca había enfrentado nada por mí misma hasta hace unos cuantos de años, siempre he sido la pequeña niña y he crecido sumamente protegida... no fue hasta el final de mi penúltimo año de preparatoria que finalmente fui dejada sola por uno de mis mayores protectores, mi mejor amigo Mateo. Mateo no es un amigo que hice, es un amigo que la vida me regaló.

    No puedo contar mi historia sin incluirlo, ya que nuestras vidas están ampliamente mezcladas (hasta que desafortunados eventos sucedieron). Y nuestras historias seguramente te encantarán. Recuerdo una vez que enviamos cartas a nuestros amores platónicos en último año de la escuela primaria y ambas cartas tenían el mismo destinatario, el apuesto y esbelto profesor de historia; porque si, Mateo es totalmente homosexual y eso es todo lo que está bien en este mundo. Pero, creo que debo contarles desde el principio:

    Nos conocimos cuando ambos teníamos tres años y fue amistad a primera vista. Era un niño regordete de mejillas rosadas que llevaba un gorrito que decía ¨Matty¨, no es que yo fuera algo diferente... pero al menos no tenía un gorro tan tonto, lo mío era diferente y sensacional; un listón tipo banda de miss universo que decía I LEARNED TO PEE ALONE. ¿Por qué sé estos detalles? Pues, tenemos una foto de ese día. Podría pasar horas contando las cosas vergonzosas que mis padres me han hecho en mi niñez, pero esa sería otro tipo de historia.

    Desde ese momento en adelante, Mateo se convirtió en el hermano tres meses mayor que nunca tuve porque vamos, no puedes tener un hermano solo tres meses mayor que tú a menos que tu papá esté engañando a tu madre o sea adoptado. En fin, nos hicimos lo suficientemente cercanos para que la gente empezara a hacer comentarios sobre nuestro futuro juntos, lo cual era terriblemente asqueroso.

    Al iniciar la escuela primaria, nos sentábamos juntos y siempre nos protegíamos de otros niños maleducados, no es que yo tuviese que hacer algo verdaderamente ya que siempre era protegida por mi caballero de cabellos dorados. Desde ataques de gusanos, brotes de piojos, niñas que no querían ser tus amigas, niños que robaban tu almuerzo... todo eso nunca fue experimentado por mí, ya que contaba con un niño un poquito más alto que me protegía. 

     Los años iban pasando y como éramos vecinos a pesar de estar juntos todo el tiempo en la escuela, tampoco nos separábamos por las tardes o fines de semana y tú dirás ¿No es molesto tener a alguien pegado a ti todo el tiempo? En realidad, lo es, pero cuando no tienes otra opción simplemente te acostumbras porque bueno, es tu hermanito.

    Pero bueno, esto está muy aburrido. Te voy a contar la primera vez que sentí que Matty era algo diferente. Era quinto grado y un nuevo alumno iba a llegar al curso, mientras las niñas querían que fuese un niño y los niños querían una niña, él quería que fuese un niño. No me malentiendas, no soy chapada a la antigua o algo así ... sin embargo, lo que pasó después fue una gran señal, si no es que LA SEÑAL. El nuevo niño estaba muy lindo y todas hasta Mateo estaba interesado y le pidió ser su novio. En toda la clase reinó el silencio, hasta que las risas y burlas empezaron a escucharse... y esa fue la primera vez que me volví el caballero de Matty.

   Mi familia me ha educado lo suficientemente bien para respetar a las demás personas, así que para mí no fue nada grave. Pero la situación fue escalando y escalando hasta que otros niños lo discriminaban y maltrataban, siempre trataba de ayudarlo, pero no siempre funcionaba. Toda la primaria y secundaria fue llena de situaciones similares. La preparatoria, sin embargo, es otra historia.

    La preparatoria fue brutal, salvaje y llena de humillaciones que nuevamente no me tocaron a mi sufrir, ya que simplemente era la protegida del maricón. Como odio esa palabra y todos los malos recuerdos que me trae. Mateo fue vulnerado en múltiples ocasiones y aun así siempre estaba ahí para cuidar de mí.

    Mateo nunca me dejó tener novio, no que él lo evitara; es que yo no podía amar a una basura asquerosa que juzgara a alguien por algo totalmente normal y que no era su culpa. Así que Mateo, es tu culpa que llegué tan inocente a la universidad.

   Pero todos esos años de humillaciones no se comparan con el penúltimo año de preparatoria, ese año en el que el acoso fue tan fuerte que los consejeros llamaron a los padres de Mateo, los cuales no sabían que él era gay y fueron muy duros con él. Su vida se volvió un total infierno y yo no pude protegerlo. Mateo y su familia se mudaron como fruto de las duras críticas y abusos... y yo perdí todo contacto con él debido a que cambió su número y eliminó toda fuente de contacto. Ese fue el primer momento en mi vida que estaba sola en algún lugar.



Mateo está raro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora