- No, esto no puede suceder ¿sabes cuánto pague por ese vuelo? –Vocifera furiosa Alexa, en contra de la mujer.
- Señorita, nos es imposible...
- Necesito abordar el siguiente avión a Milán... -Ordena.
- Podrá abordar su vuelo mañana mismo, a primera hora –responde la mujer, un poco intimidada ante la furiosa Alexa, quien se arrepiente profundamente de no haber tomado su jet privado.
- Imposible... -su teléfono interrumpe su rabieta– Diga –sigue sonando molesta.
- Señorita Alexa, en realidad ya no es necesario que venga... yo... lamento... –es el saludo de una mujer mayor en italiano.
- ¿Me hiciste tomar un estúpido vuelo comercial con escala y ahora tendré que pasar la noche en un aeropuerto de mierda para decirme que todo está bien justo a unas horas de mi llegada? –suelta molesta.
- Lo lamento, creí que era buena idea que visitara, ha pasado mucho tiempo –responde la mujer y Alexa cuelga, con las manos un tanto temblorosas, recordando todo lo que ha dejado abandonado en la oficina, por una situación que resultó ser completamente irrelevante.
A la mañana siguiente aborda el avión prometido, ha decidido no cancelar su viaje, pero sí acortarlo. Posteriormente le toma un par de horas llegar del aeropuerto al pueblo en el que se encuentra su casa y al entrar se da de bruces con la imagen de Jerome sosteniendo al bebé en brazos.
- ¿Qué haces aquí? –Pregunta con total neutralidad, intentando por todos los medios, ahogar la enorme sorpresa que la imagen casi de postal, le ha causado.
- Nolita me llamó... -Se justifica de inmediato Jerome, sin despegar la vista del pequeño; su creencia de que Alexa no visitaría ha sido destruida y es notorio en su expresión.
- ¿Cuándo? –Alexa sigue el interrogatorio con la peor de las expresiones y el corazón latiendo más rápido de lo habitual.
- Justo después de llamarte y que te negaras a venir de inmediato porque todo se arreglaría con una visita del médico –suelta Jerome en tono de reclamo, mucho más recuperado de la sorpresa que se llevó al verla.
- No eres quién para si quiera intentar sermonearme, así que déjalo en la cuna y vete de mi casa –sentencia ella tajante, mientras Jerome intenta tranquilizar al bebé que ha comenzado a llorar.
- Tómalo –le ofrece Jerome y sin planearlo, al instante en que le tiende al pequeño, Alexa da dos pasos atrás, con los ojos llenos de temor, lo cual intenta ocultar de inmediato, sacudiendo un poco la cabeza y mirando en otra dirección.
- Vamos, déjalo en la cuna, ya hablare con Nolita... -dice más calma, recuperándose del momento y girando para andar en otra dirección.
- Nolita no sabe demasiado, -la sigue Jerome, con el bebé en brazos– he sido yo quien se ha encargado de todo, si debo marcharme, primero te explicaré la situación –continúa, con mucha más tranquilidad, dándose cuenta de lo aterrador que es para Alexa si quiera tomar al niño en sus brazos.
- ¿Quién crees que eres para venir aquí como si tuvieras derechos sobre el niño? – detiene su caminata de golpe y gira a mirarlo intentando parecer furiosa, Jerome la mira unos segundos directo a los ojos y vuelve a arrullar al bebé sin alterarse.
- Hay una lista de medicamentos que deberás darle, es importante que sea en los tiempos especificados –decide ignorar lo que le parece una pregunta llena de rencor y lanzada para lastimarle, y se encamina en dirección a la habitación del bebé, esperando que lo siga.
- Nolita debería saber estas cosas, para eso le pago –suelta molesta, sin seguirlo. Jerome vuelve sobre sus talones y la mira fijamente.
- Nolita tiene más de 60 años, Alexa, -sentencia recio- no puedes pretender que cumpla con las responsabilidades de una madre –agrega Jerome, sin intención alguna de externar su rechazo a las acciones de Alexa respecto al pequeño.
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¿Quién es el jefe?
RomansaAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...