El circo cerró.
Se terminó.
La tristeza me invadió.
En mi pecho un vacío reemplazó a mi pobre corazón.
Mi futuro se esfumó.
Los recuerdos se desvanecieron.
Mi sonrisa me abandonó.
Creí que ese sería el final de todo...
Pero solo fue el comienzo del infierno que se desató.
De pie, estaba viendo como las luces se iban apagando.
Lo que alguna vez fue mi sol ahora era eterna oscuridad.
Un velo negro se colocó sobre mi rostro.
Las lágrimas acudieron a mi rostro.
El viento me susurró:
—Este tan sólo ha sido el primer fracaso.
Tapé con fuerza mis oídos usando mis manos.
La corriente de aire se burló.
—Vete acostumbrando, fracasado.
El circo ha cerrado.
Y mis esperanzas han terminado.