Dos días. Ninguno habló de lo sucedido después de retornar a la academia antes que el resto.
Ninguno habló del beso y eso provocaba muchas cosas en Deuce.
¿Entonces Ace no se sentía igual? él mismo lo dijo, en caso de no ser recíproco, nada cambiaría entre ellos, todo se mantendría igual, entonces ¿por qué? ¿por qué el pelirrojo seguía bromeando con una espontaneidad tan acostumbrada a su alrededor y no hablaba sobre lo ocurrido para zanjar bien el tema?Quizás el nacido en junio era muy serio para eso. Quizás en realidad lo del pelirrojo era un capricho y ya, y estaba bien.
No había nada que le hiciera incumplir su promesa, y tener algo de sentimientos tristes por no ser correspondido no le evitaría seguir alrededor de sus amigos.
Pero a veces, cuando se reía enormemente de las bromas de Yuu, o discutía con Grimm sobre el almuerzo, la mirada del pelirrojo se posaba sobre él con un ceño fruncido, como si su felicidad le causara molestias.
En realidad, a Deuce le estaba costando horrores no comenzar una pelea con Ace. Prefería evitar algún conflicto entre ellos de forma mortal, él lo sabía; yendo al invernadero, practicando con Cater algunas cosas banales, incluso a veces entreteniendo a Floyd con tal de que pudiera distraerse de querer preguntarle algunas cosas al nacido en septiembre que estaba haciendo con su mente.
Esa noche no era diferente. Estaba en su cuarto leyendo algunas revistas que hace tiempo no miraba. Sus compañeros de cuarto estaban jugando una partida de cartas, mientras que el cuarto de ellos parecía estar estudiando con un tic en la ceja causado por el ruido.
Deuce se rió por lo bajo. Era un caos, pero era un caos distractor.
Él no había hecho nada malo, ¿no? y si lo hubiera hecho ¿no se sintió bien estropear su primera amistad por algo tonto como un deseo de avance? él lo sabía, siempre estuvo bien que mantuvieran distancia.
El toque en la puerta lo puso en alerta, mientras uno de sus compañeros la abría y el de cabellos negros volvía a su lectura.
-Spade, Trappola está fuera, dice que quiere verte ¿lo echamos por ti? —Preguntó el más alto de la sala—, parece que están peleados, ¿no? estás más tiempo en el cuarto que antes, entonces...
Deuce abrió los ojos ante eso. Así que le estaban prestando atención, ¿eh?
-¡Hey! ¡déjenme entrar! ¡o entraré a la fuerza! —Se quejó el pelirrojo afuera, y eso provocó que el ceño fruncido del de ojos turquesa se hiciera agudo.
-No te preocupes. No lo eches. —Pidió, mientras cerraba la revista y se levantaba—, de todas maneras, debe querer conversar. —Sonrió dulce, antes de sentir que la puerta era abierta en totalidad y Ace lo miraba atentamente.
-Deuce. —Llamó con un tono de voz molesto—, hey, vamos a dar una vuelta. —Bramó tomando su muñeca, y sacándolo de la habitación, ante la mirada natural de sus compañeros.
¿No era extraño? el pelirrojo estaba haciendo una escena y entonces nadie parecía decir nada...
-No llegues muy tarde, Spade. —Señaló su compañero—, suerte en la charla.
El mencionado sintió los colores subir al rostro, ¿qué era eso? ¿simplemente aceptación?
Mientras Ace lo llevaba por los pasillos de la escuela a una hora prácticamente ilegal, pudieron encontrar al muchacho más bajo de Diasomnia, que los miró con una sonrisa.
-Kufufu, la juventud de ahora parece no tener problemas con romper las reglas. —Susurró cuando pasaron por su lado, y el pelirrojo se detuvo en seco—, pueden ir con calma. No los delataré.
-¿No está teóricamente mal que salgamos a esta hora, Ace? —Preguntó Deuce mientras sentía como lo arrastraban hasta una habitación vacía que parecía tener algo de comida sobre la mesa, y una radio en el rincón.
-Sí, seguro nos matarán mañana. —Comentó.-¿Entonces?
-Pensé que valdría la pena. Ahora cállate. Estoy malgastando mi tiempo contigo, más te vale que hagas las cosas bien. —Bramó, mientras Deuce levemente confundido, iba hacia la radio y elegía una canción suave.-¿Estás enojado conmigo? ¿qué hice ahora? —Preguntó con calma—, me miras como si quisieras golpearme. Y a la gente a mi alrededor.
-Lo que quiero hacer. —Sinceró Ace, con esa rebeldía propia de su voz que le daba fuerzas. De repente, comenzó a sonar otra canción que el de ojos turquesa conocía muy bien.
-No sé por qué sea. —Admitió—, pero ¿no quieres bailar? mamá me enseñó esto cuando era pequeño.
-¿Sabes bailar?
El más alto por un centímetro negó con la cabeza.
-Pero puedo intentarlo. —Señaló, mientras tomaba las manos de Ace y se levantaba para llevarlo al centro.
Después de lo extraño que se había tornado todo, Deuce se sintió agradecido de que todavía pudiera instar al pelirrojo a seguirlo. Porque si este no le correspondía, estaba bien, pero él mismo había dicho que no dejarían de ser amigos.
Quizás él pagaría el dolor después, pero todavía podía tener un poco de diversión, todavía podía tomarse el tiempo de corregir las cosas si el de ojos cereza todavía estaba incómodo a su alrededor.
Todavía tenía mucho tiempo para hacerlo bien.
-Detesto la primavera. —Masculló Ace, mientras el nacido en junio intentaba seguir el ritmo de la música.
-Ajá. —Respondió.
-Te detesto.
-Parece válido.
El pelirrojo inhaló profundo, como perdiendo la paciencia.
-¿No vas a preguntarme por qué? —Indagó con la ceja alzada.
-No, no estoy dispuesto a seguir arruinando las cosas, ¡gracias! —Masculló, y la risa de Ace se sintió como una melodía más hermosa que la que estaba oyendo.
-No puedes arruinarlo más.
ESTÁS LEYENDO
[Twisted Wonderland] No lo diré. (DeuAce)
FanfictionDesde el inicio, Deuce y Ace se dieron cuenta de que hay algo más allí. Sus toques que no pasaban inadvertidos, sus manos tanteando más de lo necesario, y sus labios con deseos de contactar eran la prueba. Sin embargo, el primero que dijera algo, se...