Deja que quite tu mascara

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Personajes; Dante y Vergil
Mencion de sparda, Eva, Nero, Mundus y Lady.

Advertencias: puede o no ser tomado como yaoi
Vergil siendo un buen hermano mayor, Dante necesita un abrazo
Post DMC5
Soft, algo de angustia. Depresión intuida pero no mencionada del todo.

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Vergil lo noto desde aquel día en Temen ni gru.

Su hermano menor podría ser la persona más expresiva del mundo, que poco o nada pensaba las cosas antes de hacerlas o decirlas, y ser bastante honesto sobre lo que opinaba. Pero no era del todo sincero sobre si mismo, y no hablaba solo de la clara negación de Dante ante su lado demoniaco.

Vergil no tardo demasiado en notar que su hermano no estaba siendo totalmente sincero sobre su estado. Dante aparentaba estar bien, pero para Vergil era obvio lo inestable que el menor de los gemelos se encontraba pese a su actitud altanera.

No lo culpaba de estar mal emocionalmente, después de todo, él había sido quien estuvo más cerca cuando Eva murió. Quien jamás supo que fue de su padre hasta años después y tuvo que procesar el hecho de que este no había estado ahí para protegerlos.

Esa fue una de las razones por las que Vergil decidió que debía alejar a Dante a toda costa de su objetivo del inframundo. No podía permitir bajo ninguna circunstancia que su hermanito, quien nisiquiera era lo suficientemente estable emocionalmente, terminara en un lugar como ese. Sabia que Dante no lo soportaría, y menos aún el tener que encarar a ese bastardo que había causado todas las desgracias de su vida.

Cuando volvió del inframundo por primera vez, no recordaba nisiquiera quien era. Pero en el interior de si mismo, ese pequeño trozo de él que aún quedaba se alegró enormemente de ver a su hermano menor, de ver que estaba sano.
No es necesario mencionar que también se sintió jodidamente mal cuando le enfrento tres veces, o cuando, sin realmente desearlo, obligo a Dante a prácticamente matarlo.

Antes de "morir" pudo apreciar por un momento la expresión de su hermano, confundido y algo dolido mientras asimilaba todo.

Mientras desaparecia, era consciente de que había dañado nuevamente al menor, y está vez de una peor forma que en sus combates.

Por ende, cuando volvió por segunda o tercera vez depende de cómo se vea, no tardo nada en percatarse de lo que sucedía con su hermano menor.

Fue fácil para él ver lo mucho que Dante fingía ante todos una falsa fortaleza. Las bromas con Nero, su actitud altanera incluso en esta edad, la manera en la que molestaba a Lady,  la forma en la que sonreía...pero cuando pensaba que nadie lo estaba viendo, su mirada se veía perdida, tomaba cervezas de más, y tenia una expresion melancólica.....todo eso hasta que alguien hiciera mención de presencia, porque instantáneamente cambiaba su rostro a uno feliz y tranquilo.

Dante llevaba poniéndose una máscara de supuesta fortaleza desde que eran adolescentes, y la había sostenido ahí por mucho tiempo. Sin embargo, pese a lo agrietada que estaba, parecía estar determinado a sostenerla en su lugar.

Si algo sabía Vergil de su hermano menor, es que por poderoso y cabeza hueca que fuera, no era invencible....no emocionalmente.

Por eso, una noche cuando solo se encontraban los dos en Devil May Cry, Vergil fingió dormir, con la intención de que su gemelo menor pensara que no había nadie despierto en la casa, y aflojara su mascara un poco.

Tal y como pensó, Dante salió de su habitación una vez pensó que su hermano, quien dormía en la de al lado, se encontraba dormido, y caminó rumbo a la sala de estar.

El sonido del refrigerador abriéndose y cerrándose, y el de una cerveza siendo destapada fueron el indicador perfecto de que ya era hora de actuar.

Bajo en total silencio hasta el piso inferior, y pudo ver la espalda de su hermano, quien estaba sentado en el sillón de la sala, con una cerveza en una mano, mientras pasaba la mano libre por su cara, como si intentara limpiarse el estrés cual sudor de la frente, sin éxito. Su expresión contrastaba mucho con su sonrisa altanera que normalmente mostraba a todos.

Aún a paso mudo, camino hasta él, y cuando estuvo justo a unos centímetros de distancia, pasó su mano por la cabellera apenas cuidada del hombre, provocándole un brinco que, en otras circunstancias, le hubiera hecho reír, y a quien estuviera cerca le hubiera provocado una carcajada.

Pero en esos momentos, no le dio ni una pizca de gracia.

- ¿V-Verge? Crei que estabas dormido....¿necesitas algo?

- Que dejes de fingir, la verdad.

El menor de los hijos de sparda lo miró confundido por un momento, mientras el mayor rodeaba el sillón y se sentaba al lado suyo, nunca dejando de verle.
Tras unos segundos de confusión, el dueño de rebelión pareció entender la razón de aquellas palabras.
Al mismo tiempo que la confusión se disipaba de su rostro, la reemplazaba ahora algo de culpa y vergüenza.

- Eh....la verdad no se si entiendo a...

- Dante, sabes perfectamente a qué me  refiero, no intentes engañarme.

La voz del albino mayor era tan firme, casi autoritaria, que por un momento Dante no sintió que estuvieran en el mismo nivel al hablar.
Vergil se veía automáticamente como un hermano mayor, no como su reflejo. Mientras que él se sentía de repente, pequeño. Al ser desprovisto de su coraza usual, se sintió casi indefenso ante la mirada penetrante y algo preocupada de su hermano, como un niño al que sus padres acaban de descubrir
Agacho un poco la cabeza, buscando, inútilmente, huir de aquella mirada. Fue un gesto casi adolescente. Y Vergil se sintió internamente igual que su espejo en ese instante. Cuando vio la forma en que encogía los hombros, desviaba la mirada y dejaba que unos mechones sueltos de su frente hicieran el trabajo de cubrir su mirada....Sintio que estaba tratando con un niño. El niño que Dante jamás había dejado de ser pese a su edad.

No dijeron nada por unos minutos que parecieron horas, solo callaba y observaban. Vergil miraba a Dante con atención, no en fin de juzgar o presionar, si no de esperar. Esperar a que él legendario cazador de demonios dijera algo, que expresara como se sentía. Por su parte, Dante no sabía que decir o hacer. ¿Debía abrir lo que pensaba ante su hermano mayor? No quería que nadie tuviera que cargar con sus dilemas emocionales.

Se lo había prometido a si mismo desde joven. Que nunca involucraría a alguien en su propia carga. Menos a alguien que ya tenía mucha encima.
Y Vergil la tenía.

Cuando parecía que todo terminaría en un silencio incómodo, el mayor de los hijos movió su mano y acaricio con una suavidad y afecto casi ajenos a él el cabello de su hermano menor.

Solo fue necesario ese leve tacto para que la mascara que el más joven tanto intentaba mantener se rompiera en mil pedazos, dejando escapar un pequeño sollozo, que claramente no debió haber salido con intención, por la expresión que puso al darse cuenta que, al fin y al cabo, ya no podía sostener más la mascara de "estoy perfectamente bien, no se preocupen" más tiempo.

Ese pequeño ruido fue suficiente para que el mayor, quien había estado pensando en que hacer todo ese tiempo, rodeará a su tonto y pequeño hermano con sus brazos, atrayendolo a él, donde finalmente terminó de quebrarse y las lágrimas ya no pudieron ser retenidas.

Pasaron un buen rato así, con el cazador de demonios llorando y disculpándose por cosas tontas de las cuales pocas o ninguna eran realmente su culpa, entre ellas lo sucedido en la isla mallet, a lo que el portador de Yamato solo atinaba a murmurar pequeñas frases de consuelo y a afirmar su agarre sobre el menor.

Mientras Dante finalmente dejaba salir lo que había estado ocultando por tanto tiempo, Vergil dejaba escapar una pequeña sonrisa de alivio. Feliz por saber que, pese a todos sus errores y problemas...por fin estaba cumpliendo su rol de hermano mayor.

Y que con algo de esfuerzo, podría quitar esa mascara que su tonto hermano pequeño se habia puesto, para siempre.

One shots Devil May CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora