Tercer tiempo

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Sueño febril

Después del cumpleaños de Brandon, Itzel tuvo que acompañar a su madre a visitar a unos familiares que vivían al sur de la isla por una semana. Sabía que iba a ser un viaje poco entretenido, pero no esperaba que en el primer día su celular terminará roto luego que unos de sus pequeños primos lo lanzara por la ventana. Todo tipo de comunicación quedó descartada hasta que estuviera de regreso. Al menos, logró quitarle el celular a su madre para avisarle a su novio de la tragedia.

Y él fue la primera persona a quién llamó cuando consiguió su nuevo teléfono. Se sentía algo avergonzada de estar emocionada por volver a oír su voz de la otra línea, porque apenas habían pasado un par de días ¿Tan rápido lo estaba extrañando? Sin embargo, cuando oyó su voz, supo que algo sucedía con él. Estaba de más decir que iría a visitarlo, a pesar de que le dijo que no lo hiciera. Por si acaso, llamó a su casa para confirmar sus dudas antes de ir. Su hermana contestó y fue quién le dijo que Brandon estaba enfermo, aunque sus palabras fueron "al parecer está muriendo en su cuarto o se está transformando en un zombie". El detalle estaba en que Brandon odiaba la medicina y era capaz de no tomarla aún si se sentía fatal.

Y sí que lo estaba. Lo encontró descansando en su cama debajo de cuatro frazadas pesadas y aún así estaba temblando de frío. Se acercó a su lado para tocar su frente para confirmar que estaba ardiendo en fiebre cuando de repente abrió sus ojos. No pareció haberla reconocido, pero de todas maneras le sonrió.

—¿Eres tú o estoy alucinando de nuevo? —preguntó Brandon a media voz—. Puedo sentir tu perfume.

—Soy yo, la real —contestó Itzel mientras volvía a poner su mano en la frente con suavidad—. Estás ardiendo en fiebre, voy a traerte algo para...

—No... no... solo es momentánea. Estoy bien.

—No lo estás. También debes cambiarte de ropa... —Así que Itzel alzó las frazadas para ayudarlo a cambiarse, al menos la parte de arriba.

Le quitó la camiseta, así que su piel quedó expuesta. Trató de ignorarlo, no era momento de sentirse avergonzada de ver el torso desnudo de su novio mientras estaba enfermo, aunque sus entrenamientos casuales en el gimnasio parecía tener un efecto positivo. Aunque había un pequeño detalle que no pasó desapercibido por sus ojos, no llevaba su collar con las placas. En vez de ello llevaba una cadena doble que tenía el dije de una media luna y el sol juntos. Iba a preguntarle al respecto cuando vio que una sonrisa traviesa estaba dibujada en su rostro.

—Te quieres aprovechar de este indefenso chico. No me importaría que lo hagas, me gusta ese lado per... —Antes que completara la oración, se puso de pie para lanzarle un par de cosas. No era momento para seguirle el juego, menos cuando su hermana estaba cerca.

—Ahí hay una toalla y ropa nueva, estaré esperando afuera

Él continuó hablando con un tono grave y profundo hacia el vacío de su habitación. No se le entendía, pero parecía que estaba coqueteando con alguien. Itzel detrás de la puerta empezaba a preguntarse qué rayos estaba pasando ahí dentro. Escuchó que la mencionó varias veces como si estuviera a su lado, lo que le causó cierta gracia. Sin embargo, el sonido de un golpe la hizo reaccionar. Cuando volvió a abrir la puerta, Brandon estaba en el suelo.

—Sam, toma mi celular de la mesa y llama a un taxi —dijo Itzel tratando de mantener la calma, mientras sujetaba a Brandon para ver si reaccionaba. Él aún seguía despierto, pero era muy notorio su estado de confusión—. ¿No tienes ningún problema en quedarte sola?

—Descuida, el taxi llega en unos minutos —indicó Sam mientras se acercaba a devolverle el celular. Ella miró de reojo a su hermano—. Se ve fatal

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora