Una amenaza superficial

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4 de marzo

Era una mañana fría y lluviosa cuando fue dada de alta del hospital. Se suponía que uno de sus padres debía ir a recogerla, pero sabía que el responsable jamás llegaría por ella. Solo lo había dicho porque su madre estaba presente, así que no debía perder tiempo esperándolo. Ordenó las pocas cosas que tenía consigo y esperó cerca de la puerta a que la lluvia se detuviera o al menos que no fuera tan intensa. Tenía que ir caminando hasta su casa al no tener dinero, además, no llevaba su teléfono como para pedir un taxi o quizá llamar a alguien por una emergencia a mitad del camino. Al menos, tenía que disfrutar de su libertad durante ese corto tiempo hasta llegar a su casa, ya que no sabía que iba a suceder cuando llegara de nuevo a lado de ese sujeto.

La última conversación entre padre e hija estuvo lejos de ser un intercambio de cálidas y reconfortantes palabras. Estuvo cerca de alzar su mano contra ella si no fuera que Brandon lo interrumpió en pleno arranque de ira tras descubrir que aquel preocupado compañero era su ex novio. Prácticamente le prohibió cualquier tipo de contacto con él si quería que su vida siguiera con "normalidad", ya que todavía no había conocido la peor versión de él. Lo único humano que hizo esa vez fue permitirle pasar tiempo con Brandon mientras ella siguiera en el hospital a modo de recompensa.

Era frustrante de cierto modo, pero había cierta verdad en las palabras de aquel hombre. No debía ser cercana a él. Mientras pasaba más tiempo a su lado, no podía evitar recordar aquellos buenos momentos que empezaba a extrañar. Fue increíble como todo inició a raíz de un accidente y fue formando esa historia que tuvo altos y bajos momentos, incluso memorables momentos que siempre atesoraría para sí misma. Tal vez Brandon tenía algo de razón cuando mencionaba lo del destino por la infinidad de encuentros espontáneos, pero ella comenzaba a sentirse incómoda. No era la palabra precisa para englobar lo que sentía. Tenía miedo de los sentimientos que aún albergaba por él; porque a pesar de que su relación no duró mucho, aún seguía pensando en él después de medio año. Seguía queriéndolo, solo que debía ser realista. Aún si lo intentara de nuevo, su relación no iba a funcionar. Lo único que podía hacer era mirar de lejos y mantener una amistad medianamente cercana el tiempo que se pudiera.

En ese momento, todo parecía incierto a su alrededor. Lo único que quería era escapar de aquellos hilos invisibles que la ahorcaban sin razón aparente. Tenía que hablar y gritar por ayuda, pero... ¿cuál sería el costo? Cuando llegó a su casa, aquel sujeto ya la estaba esperando para terminar lo que dejó inconcluso en la habitación del hospital. Y a veces, las palabras no eran suficientes para calmar su temperamento.

Al parecer Brandon estuvo enviando mensajes mientras él tenía su celular. No importaba mucho el contenido, solo le bastaba con leer su nombre en la pantalla para que se enojara con ella por tenerlo guardado en sus contactos. Más tarde tendría que inventar una excusa para quedarse en su habitación, esperaba que su madre en cualquier momento se diera cuenta del tipo de persona que había dejado vivir con ellas.

A la mañana siguiente

Lo bueno de regresar de nuevo a la escuela era que podía salir temprano de su casa sin ningún problema. Claro que tenía que prepararse a las preguntas que le harían sus compañeros por su falta. Y no podía ser tan sincera al respecto. Lo único que podía hacer para retrasar ese momento era ocultarse en la enfermería hasta el inicio de la primera clase. A esas horas, el lugar estaba vacío; así que podría aprovechar en tomar un pequeño desayuno proporcionado por las máquinas expendedoras.

Estaba concentrada abriendo el paquete de galletas para acompañar su café que ni siquiera se percató que había alguien más ocupando una de las camillas. Por poco deja caer todo de sus manos del susto cuando miró de reojo que algo se movió a su lado.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora