¿Es definitivo?

502 29 0
                                    

Entonces, ¿ese era el final? Se preguntó mientras se alejaba del jardín en búsqueda de un lugar donde pudiera estar completamente sola. No estaba orgullosa de su decisión ni de haber dejado a Brandon como si no sintiera nada, cuando su corazón le gritaba que se quedara a su lado. Había logrado lo que buscaba desde un inicio, pero estaba totalmente decepcionada de sí misma por no saber cómo poner su vida ni sus sentimientos en orden.

Se quedó en las escaleras de emergencia hasta que pudiera salir a la fiesta sin que nadie le preguntara si estaba bien. Por supuesto, que no podría ocultarle nada a Mark. Solo bastó con una simple mirada para saber que algo había ocurrido, sin importar que estaba sonriendo de oreja a oreja, pero no hizo ninguna pregunta al respecto. Es más, le preguntó si ya quería regresar al apartamento, porque él ya había tenido suficiente diversión por la noche. Era su camino de salida tendido en una bandeja de plata y aún así, se negó.

—¿Todavía piensas quedarte?

—La noche apenas comienza —le contestó mientras miraba hacia la barra del bar y luego a Freya bailando junto Andrew—, te avisaré cuando esté de camino.

—Mack, dime que no estás pensando en tomar.

—No haré ninguna locura. Lo tengo todo bajo control.

—Me llamas apenas suceda algo. Lo que sea. No importa si se trata de una uña rota o no encuentras algo que crees perdido. Me llamas.

—Me haces ver como una loca dramática.

—Estás muy cerca de convertirte en una...

Ella solo se rió por el comentario de su hermano y caminó hacia la multitud, hacia la diversión y la buena vibra de la celebración para distraer su mente con cualquier cosa que pudiera hacer. Pasó un tiempo con Freya y sus antiguos compañeros de la escuela hasta que buscó refugio en la barra del bar. No tenía planeado beber hasta terminar en la camilla de un hospital, no era el objetivo, pero bebió lo suficiente hasta que su cerebro se sintiera adormecido. Si bien sus sentidos no estaban en su 100%, todavía era capaz de distinguir qué estaba bien y mal para evitar cualquier tipo de escándalo.

Iba a llamar a Mark como le prometió. Tenía que descansar lo suficiente para su próximo vuelo, pero cuando estuvo cerca de marcar su número, un chico se sentó a su lado para iniciar una conversación. No lo reconocía de ningún lado, a menos que hubiera tenido un gran cambio después de la escuela; sin embargo, su nombre tampoco trajo ningún recuerdo del pasado. Era un completo desconocido. Podía tratarse de un nuevo amigo de los novios, así que le siguió la plática por un momento. El tiempo suficiente antes de comenzar a decir una serie de tonterías sin sentido.

Podía decir que todo estaba bien, pero había algo que la incomodaba de ese chico. Probablemente por el modo que intentaba acercarse a ella cuando apenas se conocían o por el simple hecho de que le estaba diciendo para hacer un brindis, a pesar de que ella ya no debía seguir bebiendo más. Mackenzie decidió ir por el camino más sano y se levantó para marcharse. Una excusa del tiempo, su hermano y el cansancio, pero el chico no le importó en absoluto.

No sería la primera vez lidiando con ese tipo de persona. Podía actuar como siempre lo hacía, aunque recordó en lugar dónde estaba y no podía armar un alboroto en su actual estado. Sería sencillo culparla a ella, no estaba sobria y cualquier cosa que saliera de la boca de ese chico sería más fácil de creer. Así que dio una vuelta atrás y fue hacia la salida sin siquiera despedirse del resto. Tenía la esperanza que captara el mensaje que no tenía ningún interés en pasar más tiempo con él, pero el chico la siguió con la excusa de que la iba acompañar a tomar el taxi. Incluso le comentó algo sobre que podía llevarla él mismo.

Aún era tolerable o al menos hasta que tuvo el descaro de detenerla. Ya no había nadie alrededor que pudiera verlos, así que fue más clara con su rechazo; a pesar de que no logró el efecto que esperaba.

—¿Sucede algo, compañero? —Una voz grave y levemente amenazante resonó detrás de ellos. Lo suficiente, para que el chico la soltara—. Estaba buscando a mi novia para llevarla de regreso ¿Te importaría quitarte de mi camino?

Cuando escuchó la palabra novia, giró a ver a la persona. Había estado sola gran parte de la ceremonia y fiesta como para creer en esa mentira, y entonces notó que se trataba de Brandon. No era la persona que deseaba ver, pero al menos su presencia la había ayudado a alejar a ese sujeto.

—Te dije que podía pedirme un taxi por mi cuenta —dijo ella, aunque las ideas en su cabeza entraron en conflicto con las palabras que decía—. No tienes que hacerle caso a mi hermano como si fuera tu jefe.

—No te ves en condiciones para irte sola.

—Solo déjame sola.

Esas palabras no hicieron efecto en Brandon, ni siquiera le contestó de vuelta. La sujetó de su mano para llevarla afuera, pero ninguno de los dos esperaba que el chico lo detuviera.

—¿No escuchaste lo que dijo?

—¿Y tú quién eres? —preguntó Brandon mientras se soltaba con facilidad. Era como ver el Brandon de los primeros años de la secundaria—. ¿Acaso no escuchaste lo que dije? Porque si no fui lo suficiente claro, piérdete de mi vista.

Esa vez, el chico captó el mensaje entre líneas y no tardó en desaparecer de su vista. Se quedaron ambos solos, así que Itzel continuó caminando a la salida en búsqueda de un taxi que la llevara de regreso. Apenas había logrado deshacerse del chico anterior y ahora tenía otro más que la seguía. Al menos, él no significaba un posible peligro a su persona.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó ella luego de unos minutos en silencio—. Pensé que ya no volverías a buscarme.

—No podía dejarte sola cuando ese idiota estaba intentando aprovecharse de ti.

—Podía encargarme por mi cuenta, no estoy tan ebria.

—¿Debería llamar a tu hermano? —Ella negó con la cabeza.

—Me matará si sabe que estuve tomando, solo me iré por cuenta.

—Tampoco puedo dejarte sola, o me matará a mí.

—Como si tuviera la capacidad de hacerlo —lo dijo con tanta naturalidad que Brandon no pudo evitar reírse—. Al menos, eres el mal menor.

—¿Lo debo tomar como un cumplido o un insulto?

—Como desees. Ya que no piensas dejarme sola ¿Podríamos ir a un lugar mientras mi cuerpo intenta eliminar los efectos del alcohol? Considéralo como mi última ofrenda de paz.

—¿Alguna sugerencia?

—La playa está cerca.

—¿Segura? Estamos en invierno —Ella asintió, aun cuando sabía que era un lugar lleno de recuerdos.

Aunque la neblina no les dejaba apreciar el panorama, aún podían escuchar el movimientos de las olas. Mackenzie aún seguía adormecida por el alcohol, así que permaneció en silencio gran parte del camino. Uno, porque no sabía qué decir, y dos, el sueño empezaba a apoderarse de ella.

—Lo siento —dijo de repente, mientras mantenía sus ojos cerrados.

—¿Lo dices porque estás ebria?

—¿No dicen que los ebrios dicen la verdad? Solo estoy diciendo lo que está pasando por mi cabeza ahora mismo

—Y qué es lo que te dice ahora.

—Así no debía ser nuestro final... —Fue lo último que dijo antes de quedarse dormida.


¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora