9

663 48 2
                                        

---Mirale el lado bueno, así aprenderemos como escapar de una trampa sin nuestros dragones---Habla la rubia intentando alivianar el ambiente.

---Brutilda, no hay nada de bueno aquí, no sabemos cuanto tiempo vamos a estar aquí encerrados y mi lampara se apagó.

Ella mira hacia el suelo unos segundos resignada, bufa y cierra sus ojos.

---No es como si tuviéramos nuestras armas para cortar la cuerda---Abre sus ojos de repente---No hay nada en el suelo, no se nos cayó nada.

Pienso unos instantes lo que ella esta diciendo y parece tener algo de sentido, si no se nos cayó nada significa que aún tengo a infierno conmigo y ella su arma.

---¡Eso es Tilda! Saquemos nuestras armas para cortar la soga.

Ella saca la navaja de bolsillo y la deja caer al suelo. No comprendo si lo hice sin querer o a propósito. Ruedo mis ojos y saco a infierno, enciendo mi espada y rápidamente corto las cuerdas haciéndonos caer al suelo.

Ella hace unos movimientos y su cuerpo suena como si estuvieran partiendo mil ramas a la vez. Con mi espada aún encendida, enciendo ambas lamparas, apago a infierno y sigo caminando sin mirar a atrás.

---¿Puedo acompañarte?---Pregunta en tono chillón la gemela.

---No---Respondo cortante, no estoy de ánimos.

---Porfis.

Escucho a cizalladura volar y aterrizar frente a nosotros. Gracias a los dioses que llegó Heather en el momento más oportuno.

---Tilda, ¿Qué haces aquí? Te dejé como a un kilometro de aquí---Habla mi salvación cuando aterriza.

---Encontré una cueva resbalosa, me pareció divertido y entré, mi lampara se apagó por la velocidad con la que iba y terminé acá. Luego él---Me señala acusándome---Me saltó encima cortándome la respiración.

La pelinegra niega con la cabeza y le hace una seña para que se suba.

---Te llevare hasta donde entraste en la cueva, pero no vuelvas a entrar---Es lo último que alcanzo a oír cuando se van.

Ruedo los ojos y sigo caminando con cuidado, veo el humo de la fogata cada vez más cerca, cuando estoy llegando escucho unas voces que me resultan un tanto conocidas, supongo que alguien llegó antes que yo.

---Estamos muy cerca del enemigo, aquí hay una fogata alguien debe estar acampando---Se escucha una voz masculina.

Apago la lampara y me escondo detrás de unos arbustos para no ser detectado, camino sigilosamente hacia adelante para ver quienes son los que están hablando.

---Dagur, me lo has dicho como 500 veces, y en cada una de ellas te he dicho que la gente de Berk no viene muy seguido a esta isla, la tengo vigilada desde hace tiempo y solo han venido dos veces por madera.

Estoy muy cerca de la fogata, no sé donde están los demás y espero que no hayan visto a Heather con cizalladura, pero supongo que están escondidas, Heather no dejaría que le pase algo a cizalladura.

---Entonces, ¿Cómo explicas la fogata?--- Habla el que parece ser Dagur.

---Tal vez alguno de mis hombres la dejó encendida antes de irse de la isla para informar que habían visto a una chica con las características que buscamos.

Dejo de avanzar, si me acerco más me podrían ver. Siento una mano posarse sobre mi hombro derecho, volteo rápidamente tomando la mano a modo de defensa, rápidamente Astrid dobla mi mano un poco y la suelta.

Me hace una seña de silencio y señala a los dos hombres que están hablando.

---Por cierto, ¿Porqué estás en busca de esa chica? No me habías contado antes porque nos podían escuchar, bueno, ahora estamos solos.

---Es demasiado complicado, pero para resumir estoy buscando a mi hermana, la cuál me odia---Lo oigo suspirar suavemente y retomar aliento---Hace tiempo ella fue secuestrada de nuestra familia y cuando la fui a buscar, se enojó conmigo porque maté a su familia.

Le hago unas señas a Astrid para rodearlos y poder hacer un ataque sorpresa, ella entiende y se aleja lentamente.

---Hiciste mal amigo mío, después de todo fueron las personas que la criaron, debiste ser precavido. ¿Al menos le explicaste eso a ella?

---No.

---Estamos perdiendo el tiempo aquí, podría estar aliada con gente que te odia, y eso sería perjudicial para nuestros planes, lo mejor, es que averigües donde está y le expliques lo que pasó por medio de correos, así al menos no intentará matarte. Es hora de irnos.

No pierdo un segundo más y ataco con infierno, Dagur se da la vuelta al escuchar mis pasos y bloquea mi ataque con su hacha. Astrid sale enseguida y se enfrenta al que parece ser Viggo.

---Que desafortunado acontecimiento, pero nos tenemos que ir---Pronuncia Viggo para luego salir corriendo.

Dagur con un fuerte golpe hace que caiga hacia atrás y se va detrás de Dagur, me levanto rápidamente y los seguimos, al pasar por una parte más oscura los perdemos de vista.

---¿A donde se fueron?---Pregunta la líder de los jinetes.

---Creo que los perdimos.

Nos devolvemos unos metros hasta la fogata y vemos a los gemelos.

---¡Eso fue asombroso!---Exclama Tilda.

---Quién diría que a Dagur le importa su hermana que lo odia---Comenta Brutacio.

---Esperen, ¿estuvieron aquí todo el tiempo y no nos ayudaron?---Pregunta Astrid.

Los gemelos se miran entre sí y responden al mismo tiempo.

---Pensamos que era parte de la prueba.

Astrid se lanza sobre ellos con su hacha, por suerte alcanzo a detenerla antes de que los toque.

---¡Malditos gusanos, hijos de troll!

Mi cabeza siente una picada fuerte, llevo mis manos a la cabeza y todo se vuelve negro.

----------------------------------------------------------------------------------

No se olviden de votar.

Los quiero.

Au revoir



Un giro en la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora