capítulo nueve.

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Miento si digo que no me imaginé este momento mas de una vez, porque si lo hice. Cada vez que nos juntábamos a ensayar o las veces que nos hablamos por mensajes, como también, mismo en el teatro.

No antes, porque si bien yo veía a Valentín merodeando por los pasillos de la escuela, y era consiente de su atractivo físico, nunca me puse a pensar en algo más allá de lo lindo que fuese, mucho menos que incluyera algún tipo de contacto entre nosotros.

Un chico reservado, que se juntaba con otros pocos a conversar o más bien a sumar presencia porque las veces que lo he visto nunca fue un momento en el que hablase o hiciese algo relevante.

Todo lo contrario a la imagen que el mismo me brinda sobre él.

Desde que ingresé a la escuela de artes, Valentín estuvo en mis mismas clases desde el comienzo. Se sentaba en el fondo, en un rincón si era posible, prestaba atención a las clases pero no acotaba nada, asumo yo que sus trabajos deberían de ser excelentes, porque los profesores que teníamos eran de aquellos que sino participabas, te lo hacían saber frente a todos, algo que no vi en él.

El teatro con Gissel era algo ya externo a la escuela, por lo cual podrían ingresar personas que no proviniesen de la anterior nombrada. Como es el caso de la chica nueva, Elizabeth.

Recuerdo que ingresé al teatro gracias a un volante que vi en una de las tantas carteleras que decoran las paredes del lugar en el que estudio. Ya venía buscando algo para hacer y no necesariamente relacionado con la actuación, cualquier cosa me venía bien, siempre y cuando involucrara al arte, obvio.

No vi a Valentín hasta la tercera vez que fui. Gissel se encargó de contarme que él las primeras clases venía en otro horario junto con otras personas. Si que me sorprendí al verlo en aquel lugar, creía que él iba más por la música o cualquier otra rama, nunca la actuación. Pero bien que me sorprendió, y menos mal que lo hizo.

En el teatro somos varios chicos, unos veinte tal vez. El primer día que Valentín fue en mi mismo horario, fue el mismo día en el que Gissel nos platicó sobre todas las obras que íbamos a realizar en el primer semestre, obras tradicionales como Romeo y Julieta, y obras planificadas por ella misma.

Nos íbamos a dividir en grupos disparejos ya que algunas obras requerían de más personajes. Todo fue por sorteo, las obras asignadas, como también las personas que participarian de las mismas.

La realidad era que casi todos querían hacer la obra llamada "Amor más allá de la lujuria". Muchos le rogaban a Gissel para poder participar de la obra, pero ella no dio brazo a torcer.

Pero en el sorteo salimos Valentín y yo. Fue la primera que me puse nerviosa, ella nos había explicado a todos un poco por encima, es decir que ya teníamos idea de por donde iba la mano. Y también fue la primera vez que hablé con él.

Todo esto ocurrió hace tan solo cuatro meses, y yo ya me encontraba enrollada entre las sábanas de su cama.

Valentín está sentado en la misma de espaldas a mí, pero no dura mucho ya que se levanta y da una media vuelta quedando frente mío.

Levanto mis cejas porque sé que quiere decirme algo. Me sonríe levemente y niega con la cabeza.

"Dale" lo impulso a que largue aquello que quiere soltar pero no se atreve a hacerlo.

Aprovecho el tiempo que se toma para observarlo. Un completo de desastre, igual que yo, aunque en él se ve atractivo. La única prenda que lleva es un short de River, ni siquiera un bóxer tiene puesto.

No porque lo haya hecho a propósito, ya que fue lo primero que encontró a las apuradas cuando su celular comenzó a sonar desde el living, por suerte habíamos terminado o al menos las caricias y besos eran más leves.

telón ; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora