Toda la ansiedad que estaba sintiendo por pensar si había hecho lo correcto, se esfumó cuando despertó al lado de Brandon. Si hubiera pasado exactamente lo mismo hace tres meses atrás, quizá no se hubieran tardado en dar ese paso final. Era una posibilidad, aunque no había respuesta clara. Al menos, tenía la esperanza de quedarse un tiempo más a su lado, como una manera de recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, también terminó obedeciendo la orden de Mark y consiguió su boleto de regreso para la mañana siguiente.
Todavía seguía un poco molesta consigo misma por traer el tema de Cameron, aunque no tenía control absoluto de las acciones de su ex novio. No esperaba volver a recibir una llamada de él, porque para ser sincera no habían terminado en los mejores términos. La razón siempre había sido clara que ni había necesidad de decirla explícitamente. Un mensaje hubiera sido más sencillo y era más que suficiente para decirle lo que necesitaba de ella a esas horas, porque la respuesta sería la misma.
Luego del desayuno, regresaron de nuevo a la habitación. Era el espacio más amplio del departamento, además que la cama era realmente cómoda para pasar el rato acostados hasta que llegara la hora que Brandon tenía que ir a trabajar. Lo primero que hizo fue guardar su número en su celular por si necesitaba llamarlo en algún momento del día mientras estuviera afuera. Y aprovechó el momento para comprar su boleto.
Lo que sí pasaba, era que estaban un poco preocupados de que no hubiera ningún nuevo mensaje o llamada de Mark insistiendo en su pronto regreso. Podía ser muy intenso cuando se lo proponía, aunque tampoco se quejaba de ese silencio. Mientras menos supieran de su hermano, estarían menos conscientes de que de algún modo estaba enterado de aquella noche. Lo que era ciertamente injusto cuando ella apenas recordaba lo que pasó.
Ellos siguieron conversando en su intento de recuperar un poco de tiempo cuando de repente Brandon le preguntó por Kyle. Debía haberlos visto conversar en la boda de Freya, y como toda persona que conocía cómo fue su amistad, debía estar igual de curioso por saber cómo habían llegado a amistarse. Al menos, así fue cómo debió verse ante los ojos del resto, porque para ella solo era un conocido con el que compartía buenas memorias. No iban a volver a ser los mejores amigos de la escuela, nada iba a volver a ser cómo antes.
—Me alegra no haberme quedado en esa misma etiqueta de conocido con ¿una montaña rusa de memorias? —comentó Brandon completamente serio en lo que decía.
—Sí, funciona montaña rusa —afirmó entre risas, dándose cuenta de todo lo que había pasado desde el momento en que se hablaron por primera vez. Pensó en su yo de ese momento y de cómo estaría indignada si la viera en esos momentos al lado de Brandon.
—¿Qué es lo gracioso?
—Tú y yo juntos —Brandon alzó una de sus cejas esperando por la respuesta—. No me malentiendas...es solo que creo que ninguno imaginó que llegaríamos a este punto. Nos llevábamos fatal, por no decir que nos odiábamos.
—Oh sí que lo hacíamos —dijo mostrando una sonrisa mientras se acercaba para quedar sobre ella—, pero aún así siempre estábamos cerca. Tal vez desde muy pequeños ya estábamos destinados.
—El kinder cuenta.
—Solo porque no lo recuerdas —susurró a su oído antes de besar su mejilla. Parecía tener más movimientos bajó la manga, pero volvió a acostarse a su lado y sujetó su mano—. Pero tenemos que aceptar que esto solo pudo pasar por obra y gracia de Harford.
—Merece un premio por lograr lo imposible —En eso, Brandon se fijó en la hora sin soltar su mano y eso solo podía significar una sola cosa—. ¿Ya tienes que irte?
—Prometo regresar temprano. Te dejaré las llaves por si quieres salir a caminar.
—¿Con este frío? Me gusta la nieve, pero ya tuve suficiente con ayer. Me quedaré a esperar aquí.
—Está bien, me llamas si sucede algo ¿okey? —Ella asintió, mientras lo veía caminando hacia la puerta.
No fue la mejor sensación, pero al menos estaba segura de que volvería a verlo en un par de horas, y en un futuro cercano. Prefirió permanecer en la habitación en lo que esperaba alguna señal de Brandon, aunque prefería estar ahí porque era el único lugar en el podía sentir que él estaba a su lado por su perfume.
También se suponía que a la hora del almuerzo alguien llegaría a dejarle un pedido, porque su novio no podía por las horas; sin embargo, fue quien se apareció del otro lado de la puerta cuando sonó el timbre. Según él se había tomado la tarde libre, porque no todos los días aparecía el amor de su vida delante de él. Aparte de sonrojarse, no desaprovecharon las últimas horas que le quedaban juntos. Al menos, despertarán una vez juntos en la cama.
7:15 am
Al inicio, Mackenzie tenía la idea de ir sola al aeropuerto. No se suponía que iba a ser una despedida como en las películas, ambos volverían a verse luego de tres meses cuando Brandon regresara a Dublín. Era más el sentimiento de que estarían de nuevo alejados, a pesar de que debían estar preparados para una inevitable relación a distancia. Al menos, la pelirroja quería irse con una sonrisa de orgullo por lo que había logrado; pero las lágrimas la traicionaron cuando estuvieron cerca a las puertas de control. Realmente no quería irse tan pronto.
—Se suponía que debía irme con una enorme sonrisa, y así no sería una despedida del todo —dijo ella entre lágrimas, mientras abrazaba a su novio con fuerza—. Me prometes que esto no ha sido un simple sueño del cual voy a despertar.
Brandon se alejó un poco para que sus ojos quedaran a la misma altura. En su mirada también se podía notar que tampoco estaba muy animado por la despedida, pero aún así su sonrisa no dejaba de deslumbrar. Ambos estaban felices y al mismo tiempo, melancólicos.
—Me encargaré de probártelo cada día hasta que volvamos a estar juntos —contestó Brandon—. Está vez no dejaré que nadie se interponga en nuestro camino ¿Parece que oír eso te hace feliz?
—Me trae recuerdo el Brandon vándalo. Me gusta.
—Pensé que no te gustaban ese tipo de chicos.
—Sí... hasta que te conocí. —Itzel sonrió y acercó su rastro para besarlo. Brandon le correspondió y rápidamente sus manos recorrieron su espalda hasta llegar a su cintura.
—Oficialmente soy el chico más feliz del mundo —Brandon volvió a abrazarla—. Me encantas, Rojita. Creo que está de más decir que te quiero.
—También te quiero, Brandon.
El viaje de regreso a Liverpool fue tranquilo. Cualquier emoción triste quedó opacada por la alegría que sentía por haber regresado con Brandon. El efecto era tan gratificante que ni se preocupó de su hermano que ya estaba esperándola en el aeropuerto. Eso sí, no tuvo tiempo para preparar algún monólogo. Cuando estuvo pensando en uno, su hermano apareció detrás de ella. Lo peor, tal vez era ver su tenebrosa sonrisa.
—¿No estás feliz de que haya retomado mi relación con Brandon? Esperaba una bienvenida más cálida, unas felicitaciones quizá.
—¿FELICITARTE? —Mark puso sus ojos en blanco—. Debería felicitarte por seguir con vida luego de tu brillante idea ¿Cumplieron con no hacer cosas pervertidas? —Mackenzie no estaba lista para hablar de ese tema.
—¿Cómo sabías...
—Escuché por casualidad su discusión en la boda de Freya. Eso explicaba mucho tu extraño comportamiento cuando regresaste a Chicago, pero en fin. Todavía soy muy joven para ser tío —dijo Mark—. ¿Ahora qué harás?
—Es mi turno de esperar —dijo con una gran sonrisa—, e independizarme.
—Sobre mi cadáver, no vivirás sola. —Mark comenzaba a hablar como un padre—. Llamaré a Brandon para advertirle.
—Ya soy adulta. Deberías buscar una novia o novio, la persona que te soporte primero.
—Eres cruel conmigo —indicó Mark haciendo pucheros, Itzel por su lado empezó a reírse. Y su humor mejoró aún más cuando recibió el primer mensaje, de muchos, de Brandon.
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¿Fue parte del destino?
Ficção AdolescenteDicen que del odio al amor hay un paso ¿será eso cierto? La historia de dos chicos que viven experiencias y emociones en el transcurso de los años, y de los que nunca se esperaron. Ambos metidos en sus propios mundos y por su lado hasta que de algún...