Capítulo 16

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La noche había caído, apresurando a ambas chicas. ______ Clark tenía una buena vida para estar en pleno Apocalipsis; vivía en una casa en medio de la pradera, demasiado alejada de Scrowland. Tenía todo lo que necesitaba, la comida casi se podría decir que le sobraba, y podía darse relajantes baños en el lago frente a la casa, no debía caminar tanto. Tenía todo el silencio del mundo. Parecía una auténtica escritora en medio de la nada en busca de inspiración para una novela.

Sin contar las miles de trampas que la chica había puesto en todo el perímetro.

Lauren cayó complemente enamorada de la casa de madera, desde el instante que vio el espléndido jardín que tenía al frente. La ojiverde no podía dejar de ver lo ordenado que estaba el lugar, tal cual parecía que no había un infierno cruzando la puerta.

-Puedes dejar tus cosas ahí -señaló un rincón. La más baja obedeció despojándose de su mochila y sus armas.

Se acomodó en el sofá, tan suave y acogedor, frente a la chimenea. Veía como la de cabellos cortos también se deshacía de sus armas, dejándolas perfectamente acomodadas. Era tan... ordenada, tan perfeccionista, pues dejó la ballesta primero, luego ambos machetes, y de último dejó la mochila. Sobre el estante, depósito el arma. Ni siquiera Lauren ordenaba de esa manera sus cosas.

______ vio a la ojiverde, quien desvió su mirada a cualquier lado menos a ella. Sonrió, acercándose.

-Déjame limpiar esa herida -tomó la mano de la menor, pálida y delicada. -Tienes manos de Barbie, ¿sabes?

-Eso me han dicho -contestó en un suspiro.

La más alta sacó el botiquín de primero auxilios debajo de sofá. Sacó algodones, agua oxigenada y una nueva venda. Lauren veía todos sus movimientos.

-Bien -la chica mojó un algodón con el líquido, observando los bosques preciosos de la menor. -Esto te dolerá un poco.

-Solo hazlo -contestó cerrando los ojos y apretándolos con fuerza.

La pelinegra colocó el objeto húmedo sobre la cortada en el brazo izquierdo con algo de presión.

-¡Mierda! -exclamó la más baja con una mueca de dolor, colocando su manos derecha rápidamente sobre la mano de ______.

-Tranquila, ya pasará. Lo prometo.

La otra retiró su mano con cuidado. La de cabellos cortos se arrepintió de inmediato, queriendo sentir su tacto de nuevo. Terminó de desinfectar la herida, y enrolló la venda alrededor de ésta con la mayor delicadeza posible, no quería volver a lastimar a Lauren. Todo estaba en su lugar.

¿Y cómo de por qué le importaba no lastimar a la otra preciosa chica?

Negó con la cabeza, levantándose. -Ya está.

La ojiverde se sentía mejor, más limpia.

-¿Dónde dormiré? -preguntó.

______ pareció pensarlo por un momento.

-Puedes dormir en mi cuarto, yo dormiré en el sofá.

Lauren asintió. Tal vez sentía casi la misma decepción cuando la de cabellos cortos durmió en el sofá de la ojiverde en Scrowland.

-Puedo dormir yo en el sofá.

La más alta le sonrió coqueta. -Fiera, estás en mi casa, y yo diré dónde duermes.

Dominante.

-Bien, de igual manera prefiero una cama -dijo indiferente.

Escucharon un ruido tras la puerta. Lauren tomó su cuchillo rápidamente, alerta a todo. Pero _______ la detuvo.

Fight the Zombies (Lauren Jauregui y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora