El mago anillero

Capítulo VI

A la mañana siguiente Dante no dejaba de bostezar en el desayuno debido a la falta de horas de sueño, pero nada que la magia de la cafeína no podía arreglar...

- ¿Escucharon lo que dicen los fantasmas? –pregunto Howard.

-No, ¿Qué dicen? –pregunto Philip.

-Que anoche, escucharon un estudiante fuera de la cama –dijo Howard, Dante resistió el impulso toser cuando trago mal el café –al parecer estuvo por la sección prohibida.

- ¿Por la biblioteca? –pregunto Dante para confirmar, anoche no se acercó a la biblioteca en ningún momento.

-Si –respondió Howard –al parecer tiraron una armadura que había en la entrada.

- ¿No pudo haber sido peeves? –pregunto Philip.

-No, en ese momento estaba molestando a Mirthel la llorona.

- "Así que no soy el único que sale por las noches" –pensó Dante, luego hablo en voz alta –por como hablas parece que no saben quién fue.

-No vieron a nadie en ese momento.

-Así que, quien sea, o es muy bueno ocultándose o puede hacerse invisible –dijo Claude.

-Curioso, me pregunto quién será ese loco –dijo Dante, luego pensó –"sea quien sea, espero que no se vuelva un problema".

No pasó nada importante el resto del día, al menos hasta que llegó la hora de defensa contra las artes oscuras, clase que compartían con los de Gryffindor, cuando entraron en el salón, un hombre de no más de 25 años, con el pelo rojo intenso y la cara cubierta de pecas, les sonrió y dijo:

-Buenos días estudiantes.

-Buenos días profesor Weasley –dijeron los estudiantes de Gryffindor con ánimo.

-Parece que es querido –susurro Dante a Xander.

-Lo es, es uno de los mejores que ha tenido el colegio en años y es hijo de Ron Weasley y Hermione Granger.

- ¿La ministra de magia y un desconocido?

-Que no te escuchen decir eso.

-En nuestra primera clase repasaremos lo que vimos el año pasado –dijo el profesor mientras mostraba unas hojas de cuestionario –luego haremos una pequeña practica contra una sorpresa que les traje.

Cuando el cuestionario llego a las manos de Dante, le dio una rápida revisión, parecía que por lo menos en la parte teórica de la materia no tendrían muchos problemas, una vez todos los estudiantes regresaron los cuestionarios ya respondidos, el profesor le indico a los estudiantes levantarse de sus asientos e ir hasta la parte del fondo del salón, cuando todos se reunieron con un rápido movimiento de la mano, los bancos y mesas del salón desaparecieron dejando el salón despejado, exceptuando por un armario que había aparecido al lado del profesor.

- ¿Alguien sabe que hay aquí adentro? –pregunto el profesor dando unos golpecitos con el nudillo al armario, el cual tembló con furia –una pista, sueñan con él cada noche que tienen una pesadilla.

-Un boggart –respondió alguien de Gryffindor.

-Correcto, ya nos vimos con él hace dos años, pero muchos de ustedes no lograron neutralizarlo en ese momento, así que pensé en darles una segunda oportunidad en este comienzo de curso, ya saben cómo es esto, una fila, por favor.

El caos que se formó mientras los estudiantes creaban la fila no fue pequeño, de alguna forma Dante se las arregló para terminar de sexto en la fila, el primero fue un chico de Gryffindor que cuando el boggart salió convertido en un enorme murciélago, lo transformo en un ridículo adolescente paliducho y delgado que brillaba. Dante rio, él también odiaba esa saga.

-Bien hecho, se ve que has practicado –dijo el profesor con alegría –el que sigue.

Una chica de Slytherin paso al frente, y un enorme tigre fue transformado en un juguete cuyo "rugido" sonaba desafinado, después de pasar por la humillación de ser transformado de un payaso tipo peniwise a un hombre mal maquillado, de un enjambre de abejas a una lluvia de burbujas y de un yeti a un mono vestido de carnaval que, hacia trucos, el boggart y Dante finalmente se cruzaron.

-Tu eres Dante Blake ¿cierto? –pregunto el profesor a su lado con una sonrisa –el alumno de que viene de castelobruxo.

-Si señor –dijo Dante.

- ¿Te has enfrentado a un boggart antes?

-Una vez señor.

-Y ¿lo lograste?

-No, el miedo fue mucho para mí en ese momento.

-Bueno veamos si has progresado.

Dante miro al boggart aun convertido en mono, cuando sus miradas se cruzaron, el mono se detuvo un segundo, para momentos después convertirse en el propio Dante...

Ahí se hallaban ambos Dantes intercambiaron miradas, pero el boggart no se veía exactamente como el Dante real, tenía la manos quemadas y huesudas con la piel negra, le faltaba un ojo y una mitad de su rostro estaba deformada de una forma tan grotesca que era difícil de ver, su ropa estaba quemada y raida y pr algunos agujeros de este se veía un cuerpo desnutrido, pero no había dudas, la forma que había adquirido era la de Dante.

-Mira lo que provocaste –dijo el Dante falso con la voz cansada y rasposa, como si le costara hablar.

Apretando el puño alrededor de la varita, Dante le apunto al boggart y con una voz indiferente dijo con tranquilidad:

-Ridiculus.

Inmediatamente el Dante falso se convirtió en un esqueleto con pajarita, sombreo y bastón que imito uno de los ridículos bailes de Charlie Chaplin. Luego de que las risas del salón se apagaran, el profesor miro al chico y dijo:

- ¿A que le temes Dante?

-Al fracaso –respondió y con una expresión neutra camino hasta el fondo del salón.

Durante la cena, Dante no pudo evitar notar que algunas miradas de su propia mesa y unas pocas de la de Gryffindor se dirigieron a él, muchas de ellas por un lapso de tiempo lo bastante grande como para empezar a incomodarlo, así que en un punto miro a Philip frente a él y dijo:

-Muy bien ¿Qué ocurre? ¿Por qué me miran tanto?

-Por... lo que paso hoy con el boggart.

-Por favor, fue solo un boggart –dijo Dante algo molesto –vimos los miedos de toda la clase.

-Sí, miedos triviales, no como el tuyo.

- ¿El fracaso no es un miedo trivial?

-Tu definición de fracaso es... retorcida.

-Explica.

-La definición de fracaso que muchos tienen es... no tener dinero, no conseguir empleo, no encontrar pareja; la tuya directamente... es la deformación física.

- ¿Y? las definiciones son relativas a las personas.

-Bueno, como sea, parece que algunos le temen más a tu boggart que tú mismo.

-No puede ser –Dante se llevó una mano a la frente como si tratara de calmar un dolor de cabeza inexistente, para luego levantarse de su asiento –si me necesitan iré a la sala común, odio ser el centro de atención.