Capítulo VIII

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Al día siguiente Dante quería continuar con sus pruebas en el bosque, pero después del incidente de los Ravenclaw, cuyo rumor se esparció como la pólvora, entre los estudiantes, el guardabosque hagrid puso más empeño en vigilar que nadie entrara al bosque, lo que obligó al chico a posponer sus pruebas, algo que no le agradaba mucho pues el próximo miércoles era la fecha en la que tendría que llevar a cabo su plan, así que por gran parte de la mañana fue adelantar los trabajos que le habían enviado los profesores y revisar las notas que había tomado de sus pruebas el día anterior, durante la tarde, se sentó debajo de un árbol al lado de la orilla del lago y se puso a uno de los libros de ingeniería mecánica que se trajo desde su casa mientras escuchaba el opening de kamen rider build.

-Mmm... interesante ¿se podrá aplicar estos mismos principios para crear un motor desde cero, que funcione completamente con magia? –se preguntó mientras sacaba su cuaderno de anotaciones –muchos magos han adaptado motores comunes para la magia antes, pero ninguno ha creado uno desde cero... pero de donde podría sacar los materiales... ojalá tuviera internet, si solamente estas montañas tuvieran cobertura telefónica...

Crack...

Dante escucho, como algo a su izquierda se rompía, como si alguien acabara de pisar una rama, para confirmar se quitó sus auriculares y por precaución, tomo su varita de su mochila y se asomó por el borde del árbol.

-Sé que estás ahí.

De un pequeño matorral salió Ivy, la chica de Ravenclaw, que había ayudado antes, parecía apenada de haber interrumpido algo y entre sus manos traía su mochila, al ver de quien se trataba Dante soltó su varita y dijo:

-Ah... Ivy, hola.

-Hola Dante, ¿interrumpo algo? –la voz de la chica sonaba dulce totalmente alejado del tema temeroso y algo depresivo de la vez pasada, y su aspecto, por obvias razones, era más pulcro, su cabello estaba cepillado y su piel libre de mugre y moretones

-Para nada, ¿Qué te trae por aquí?

-Mmm... te estaba buscando, uno de tus amigos me dijo que posiblemente estuvieras por alguna parte del lago –la chica se acercó al árbol en el que Dante estaba sentado.

-Y así es ¿sucede algo?

-No, solo quería darte las gracias otra vez.

-Sabes que no hay necesidad.

-Lo sé, pero... ten –Ivy saco de su mochila un juego de cuatro cajas de ranas de chocolate que le tendió a Dante –como agradecimiento.

-Gracias –Dante tomo las cajas y miro a la chica –es mucho para mi ¿quieres un poco?

-N-no... son solo para ti.

-Venga, es solo un poco de chocolate, siéntate –Dante señalo con la cabeza a un lado de donde estaba sentado.

-B-bueno –con algo de pena la chica se sentó al lado de Dante, mientras este sacaba una de las ranas de chocolate de su caja y se la entregaba a la chica –gracias... y ¿Qué hacías?

-Leyendo un poco –Dante guardo su cuaderno de apuntes y el libro en su mochila.

-Nunca vi un libro así –dijo Ivy después de ver brevemente el libro –¿es un libro muggle?

-Si... por como hablas no puedo evitar notar que no sabes mucho del mundo no mágico.

-Mis padres son magos, no he visto mucho del mundo muggle, lo más cerca que he estado de ellos son esos ¿auriculares? Que llevas al cuello y tomar el tren hacia acá.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora