Capítulo IX

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Estuvo casi una hora dibujando el diagrama que necesitaba en el suelo de la cueva, era casi el doble de grande y sus símbolos el doble de complicados que el ultimo que había dibujado, para cuando lo termino, sus rodillas ya estaban cansadas, pero la emoción y el nerviosismo no le dejaban darse cuenta de ello, con el circulo completado, Dante coloco en el centro un anillo en blanco, el topacio y el fragmento de la garra.

Tomando la pequeña navaja se hizo un corte en la palma de la mano izquierda y dejo caer unas cuantas gotas de su sangre sobre los objetos en el centro del sello, luego se puso el anillo de la gema roja junto con algunos otros para después arrodillarse frente al sello y colocar sus manos, cerrando los ojos Dante dijo:

-Yo, Dante Blake, descendiente de los ancestrales dragón lords y ultimo mago anillero, en nombre de mi sangre invoco a los firmes y poderosos espíritus que dominan la tierra y todo lo que yace en ella.

A su alrededor incontables susurros en cientos de lenguas se presentes, pero uno se alzó sobre ellos, una potente y áspera voz, como si la tierra misma hablara, dijo:

-Dame, una forma.

-En nombre de la fuente de magia que yace en mi interior, te doy la forma de la bestia que existe en mi alma.

El rugir de rocas rompiéndose y apilándose unas a otras inundo la cueva por unos segundos, hasta que voz dijo:

- ¡Dante Blake, abre los ojos y mírame!

Lentamente Dante abrió los ojos y frente a él, vio a un dragón lo bastante grande para superarlo en altura, pero lo bastante pequeño para entrar en la cueva y moverse con libertad, totalmente hecho de roca y tierra, sus ojos eran dos fragmentos del topacio que se hallaba en el centro del sello.

- ¿Para qué me has llamado mago anillero? –dijo el dragón.

-Antiguo espíritu –Dante se levantó y se paró enfrente de la pétrea cabeza del dragón, mirándolo con determinación en los ojos –te he invocado, para formar un pacto contigo.

- ¿Qué clase de pacto?

-Únete a mi fuente mágica, concédeme, tus grandes reservas de magia, tu poder y tu sabiduría y yo te permitiré habitar en mi interior para que tengas un anclaje en este mundo una vez más.

-Aunque suene tentador, tú ya pactaste con el espíritu del fuego, ¿para qué pactar conmigo si ya ellos ya te otorgan todo lo que pediste?

-Porque tengo una misión: demostrar que la ciencia y la magia pueden coexistir en paz y no tienen que relegarse la una a la otra, como era en antaño.

-Una meta noble, pero pactar conmigo requiere algo más que eso.

- ¿Qué se necesita?

-Yo no pacto con cualquiera como el espíritu del fuego, quiero probar tu poder.

-En ese caso, adelante.

El dragón se lanzó sobre Dante, pero el chico salto ayudado de sus botas mágicas y en medio del aire, giro sobre sí mismo concentro su magia en uno de los muchos anillos en sus dedos.

-Arms: hammer –de pronto dante sostenía entre sus manos una enorme maza de acero con la cual, ayudado por la gravedad, golpeo el pétreo cuerpo del dragón una vez cayó sobre él –Chains –un grupo de cadenas de plata salieron del suelo y atraparon al dragón, con salto desde el lomo de la bestia, Dante cayo frente a este –¿con eso es suficiente?

-No.

De pronto el dragón se deshizo en decenas de rocas más grandes que pelotas de béisbol, que volaron hasta Dante golpeándolo de lleno, obligándolo a soltar la maza y tirándolo contra una pared, cuando su cabeza golpeo contra la pared se le nublo la vista, una vez en el suelo, podía sentir que tenía una costilla fracturada y el pecho lleno de moretones y cortes, cuando pudo volver a enfocar la vista, pudo ver que el dragón volvió a lanzarse al ataque.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora