Harvey corre por los solitarios pasillo del edificio universitario, justo en la escuela de medicina, donde lleva la bata médica en sus manos y un café frío en lata. Cuando toca la puerta del salón, en la clase de biología general, el profesor abre y alza las cejas en modo de interrogación, Harvey sonríe y el mayor suspira.
—Ambrose, Harvey vino a salvarte nuevamente. Me tienes cansado con tu falta de atención en la bata, hombre —suspira y se aleja poco después. Harvey mantiene un leve contacto visual con Dakota, novia de Ambrose y compañera de asiento, antes de que Ambrose cierre la puerta detrás suyo.
—Gracias, Harvey. Siempre la dejo en la encimera de la sala y Alessandro juega al doctor Petrelli guapo —toma la bata y la lata, le guiña—. Encantador, pensaste en que no he dormido durante dos días para mi prueba de hoy. Prometo compensarte con lo que quieras y no ganarte cuando juguemos.
Harvey desordena el cabello de Ambrose y luego le da un golpe en la cabeza.
—Bien. Tengo que irme ahora, salí al baño en mitad de mi examen para traerte esto. Sé cuidadoso, Ambrose —advierte una vez más, aunque sabe que seguiría yendo a conseguir lo que Ambrose necesitara—. Salúdame a Dakota —bromea, ambos se sonríen.
—Te ves lindo hoy —es lo último que dice, antes de entrar. Harvey lo observa por la pequeña ventanilla, cómo se inclina para sonreírle a su novia y es momento de dejar el pasillo.
A la hora de la cuarta clase, Harvey camina con un grupo de compañeros de carrera, donde hablan sin cesar sobre la clase de traumatología y lo extenso que ha sido todo, incluso bromean un poco sobre no dormir durante los próximos meses. Finalmente, cuando ven a Alessandro, Harvey se despide de todos en lugar de escuchar los comentarios populares del joven atractivo.
—Alessandro, amico mio —sonríe el chico, Alessandro deja de leer el libro y su semblante cambia un poco. Se encuentra apoyado en la pared, justo al lado de la gran ventana que da a la entrada principal—, ¿Qué haces aquí, mio re?
—Deliziando il mio gruppo di seguaci, mi osservano dall'ingresso —le guiña, luego de decirle que posaba y deleitaba para su grupo de seguidoras, quienes le observan desde la entrada. Y así es, cuando Harvey se acerca, ríe.
Harvey, una vez frente a Alessandro, observa el exterior y su vista se posa en la peculiar figura delante de su mirada. Alza las cejas un poco y se apoya, curioso de la belleza que parece haber llegado.
—Pensé que tomarías el descanso con Enzo. Ustedes dos, normalmente, solían tomar jugos y fruta a esta hora —le recuerda, Alessandro cierra el libro definitivamente—. Bueno, parece ser que tus sentimientos han sido más fuertes que la amistad. No soy quién para decirlo, pero te repito que no amas a Enzo, solo quieres hacerte creer que lo amas y usas su nueva actitud como excusa para cometer cosas erróneas.
—No inicies, por favor.
—Ya te lo he dicho. Soy tu amigo y no me gusta meterme mucho, pero si me entero que vuelves a las drogas y que nos has mentido, juro que las cosas se pondrán duras para nosotros.
Harvey es el más serio, claro que todos odian la idea, pero es diferente cuando se trata de Harvey. Podía llegar a herir con sus palabras y sus actos, Alessandro no duda en que podría acabarse mucho en el momento, pero aquel miedo solo servía para ser mejor mentiroso, ni siquiera las advertencias de una perdida lo harían alejarse del sexo y la droga.
—Considero que, nunca has amado a Enzo.
—¿Tú qué sabes, Harvey? —cuestiona Alessandro, un poco molesto por lo mismo de siempre—. Mis sentimientos hacia él son más reales que lo que tienes con Ambrose. Ambos juegan algo peligroso y se usan entre ustedes de formas crueles.
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Después del Arte
Teen Fiction¿Escuchaste sobre los siete preferidos de Saint Gerald? Todos hijos del arte. Hay alguien que hace bautiza sus nombre en más arte, ¿Escuchaste que nadie sabe su identidad? ¿Escuchaste que yo sí sé quién es? ** Advertencia: Para leer esta novela, pue...