1. Capítulo Uno

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La invasión recuerdo como hoy que comenzó una noche de enero, en un principio hacia mucho calor, algo raro porque en enero las noches son frescas.

—¿Hace calor esta noche no? —Le pregunté a Matthew.

Matthew me miró con esa típica sonrisa arrogante que siempre lucía, alzó una ceja y dejó el sartén encima de el comedor que había en la cocina.

—Sé que quieres sexo Ann, pero disimula, mis sobrinos estan aquí—Dijo mientras se sentaba.

—No me refiero a eso, idiota.

Me senté junto a él y empezamos a cenar, de pronto empezó a hacer mucho, demasiado frío.

—¿Sientes el frío? —Preguntó Matthew.

—Sí... —Dije y él me abrazó.

De pronto las luces empezaron a parpadear.

—¿Qué esta pasando Matt? —Pregunté asustada.

—Calma... De seguro es una falla eléctrica, vamos por los niños.

Estaba demasiado calmado, como si el supiera que nada malo nos pasaría, como si supiera lo que pasaría.

Matt y yo subimos las escaleras hacia la habitación de los gemelos, las luces se apagaron por completo, Matt encendió la linterna de su teléfono facilitandonos la vista, al entrar, los gemelos estaban sentados en el piso abrazandose asustados, Matt tomó a uno de ellos en sus brazos y yo al otro.

Bajamos las escaleras y al llegar a la sala ocurrió un temblor, todo a nuestro alrededor se movía, yo abracé a Bryan, el sobrino de Matt, el niño lloraba, y yo también.

De pronto por la gran ventana de cristal se vieron unas luces azules y verdes brillar, cada vez más y más cerca, cuando estas se apagaron las de la casa volvieron a encender, entonces pude ver que las luces azul y verde, no eran eso, eran parte de un auto, pero no de un auto normal, este era diferente, era negro y... Estaba flotando en el aire.

—Matt... —Dije asustada.

Matt tomó mi mano y la apretó fuerte.

Del extraño auto salió un hombre, sí, era humano, o al menos eso parecía desde donde estábamos.

Se acercó a la puerta de la casa, cada vez se acercaba más y yo sentía que mientras más cerca estaba mi corazón más se aceleraba.

Matt tomó mi mano y no supe como diablos llegamos al sótano.

Al llegar me sentía sofocada, y lo más extraño de todo es que aún seguíamos en la posición en la que estábamos en la sala.

Pisadas se escuchaban arriba, pisadas fuertes.

—Astebe eko —Dijo una voz masculina desde arriba— e solla eko, qoabu ujarlu.

—Boskelu —Dijo otra voz pero femenina.

Matt me apretó fuerte la mano, me miró a los ojos, pero esos no eran los ojos de mi Matt... Los ojos de Matt eran verdes, ahora estaban amarillos, amarillos de verdad.

—Matt —Dije sorprendida.

—Annabel... Tengo que decirte algo —Dijo serio.

—Oh por Dios Matt, ¿Qué te pasa en los ojos? —Pregunté asustada.

—Baja el niño —Dijo.

Yo lo bajé, él también bajo al que cargaba, los niños se sentaron en el piso, y cuando los miré, ellos también tenían los ojos diferentes, Bryan los tenía rojos, y Ryan los tenía azul turquesa.

—¿Qué diablos esta pasando? —Pregunté asustada— ¿Tienes un pacto con Satanás?, te reprendo demonio del infierno.

—Ann baja la voz, nos van a descubrir, y para de decir estupideces.

Yo sólo lo miré asustada.

—A los ojos Ann, mirame a los ojos —Dijo.

Yo lo miré a los ojos, y lo que vi fue increíble.

"Matt estaba sentado en una playa, sentado en una playa, realmente en la playa, encima del agua y no se mojaba, parecía una playa normal, pero después cuando miré, no era sólo un sol, eran tres soles.

De pronto Matt levantó el agua con sus manos y la lanzó hacia adelante, se la lanzó a unos robots que se acercaban, no los destruyó, es más, estos aceleraron el paso, y cuando estuvieron lo suficientemente cerca una nave se llevó a Matt"

—¿Qué diablos fue eso? —Pregunté asustada.

—Eko, jus ancuntra —Dijo una voz masculina.

Matt tomó a los niños, me tomó de la mano y otra vez, como por arte de magia aparecimos en la habitación de los niños.

—Buscales sus abrigos —Me ordenó.

Busqué los abrigos y se los coloqué a los niños mientras que él les ponía sus zapatillas deportivas.

Luego de que los niños estaban vestidos Matt volvió a tomar mi mano y aparecimos en la habitación que compartía con él.

—Ponte tu abrigo  —Me ordenó.

—¿Donde vamos tío Matt? —Preguntó Ryan con su tierna voz.

—A un lugar seguro —Dijo Matt serio, nunca lo había visto tan serio hasta ese día.

Tomé mi abrigo y mi teléfono, Matt cubrió su pecho desnudo con una sudadera blanca, cambió sus pantalones de pijama por unos jeans oscuros y se puso sus zapatos deportivos, otra vez tomó mi mano y en menos de un segundo estábamos en algo parecido a un sótano, Matt tocó varias veces una puerta de hierro rojo vino hasta que un muchacho moreno abrió la puerta, al ver a Matt bajó la mirada e hizo reverencia, como cuando uno conoce a un Rey, o a alguien más de la realeza o importante.

—Ju astebenus asqarendu —Dijo aún con la mirada en el piso.

—Lle astui eko —Dijo Matt.

El moreno nos dejó pasar, y al entrar todo estaba oscuro, sólo pequeñas luces de todos los colores se veían... De pronto cuando encendieron la luz me di cuenta de que no eran luces, eran los ojos de las "personas" que allí estaban.

( Traducción)

—Astebe eko —Dijo una voz masculina desde arriba— E solla eko, qoabu ujarlu.

Estaba aquí —Dijo una voz masculina desde arriba— y sigue aquí, puedo olerlo.

***

—Boskelu —Dijo otra voz pero femenina.

Buscalo —Dijo una voz femenina.

***

Eko, jus ancuntra —Dijo una voz masculina.

—Aquí, los encontré —Dijo una voz masculina.

***

—Ju astebenus asqarendu —Dijo aún con la mirada en el piso.

Lo estábamos esperando —Dijo aún con la mirada en el piso.

***

—Lle astui eko —Dijo Matt.

Ya estoy aquí —Dijo Matt.

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