Amor perfecto

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- SUELTA A MI MADRE MALDITO!!! - gritó Bumi.

Tenzin había echo volar la puerta atravesado toda la habitación y ahora era Bumi quien había lanzado una patada directo al rostro de Tarok, haciéndolo rodar por la cama y cayendo hasta el otro lado.

La presión en mis piernas había desaparecido, pero el sentimiento de angustia seguía presente y mis ojos aún no lograban enfocar del todo.

Las manitas de Kya se apresuraron a acomodar mi ropa y mi cabello. En sus ojos había algo que yo había reconocido en mí hace muchos años atrás, un instinto natural de protección que surge sólo cuando temes perder algo que amas con todo tu ser. Kya se veía tan adulta en comparación a mí, me tocaba con gentileza como si temiera romperme, como si yo fuera su bebé recién nacida, mientras buscaba cautelosa heridas en mi cuerpo para curarlas. Eso solo podía describirse como amor puro.

Bumi por otro lado se había colocado encima de Tarok, no sabía cuánto tiempo había pasado, solo sabía que no había parado de golpearlo mientras Tenzin seguía lazando ráfagas de viento que le prohibían ponerse de pie.

Entonces la sangre comenzó a salpicar.

Tenzin palidecío y me miró a los ojos muy asustado, Bumi ya no necesitaba de su ayuda, en ese punto era imposible que Tarok pudiera ponerse de pie.

Con un esfuerzo inmenso logré incorporarme e intenté llamar su atención.

-BUMI PARA!!! - le grité pero él parecía estar en un trance.

- YO CONFIABA EN TÍ MALDITO, ERAS COMO MI PADRE, TE ODIO TE ODIO TE ODIO - repetía una y otra vez, sin poner atención en mis palabras.

Salté de la cama permitiendo que la adrenalina recobrara mis fuerzas. Lo cargué por la espalda y se lo quité de encima.

- Bumi es suficiente, tranquilo, ya estoy bien mi amor - entonces me abrazó y comenzó a llorar desconsoladamente.

- Cómo pude dejar que esto pasara mamá!! - decía con los ojos llenos de lágrimas.

Sus ojos grises me recordaron entonces a Aang y todas las veces que se había sentido decepcionado de él mismo por haber desaparecido 100 años.

Bumi estaba destrozado y decepcionado, no necesitaba decírmelo para saber que eso era lo que sus ojos querían decirme. Yo lo conocía tan bien como conocía a Aang y tan bien como me conocía a mí. Mi bebé se había convertido, justo frente a mis ojos, en un adulto herido. Eso me hacía sentir frustrada y triste.

- Tranquilo hijo, esto no es tu culpa. Deja de creer que lo es... mejor vámonos de aquí sí?! - él asintió, con la cabeza baja y los ojos inundados de lágrimas.

Con ayuda de Kya, tomamos una gran cantidad de agua desde el cuarto de baño y congelamos a Tarok quien estaba casi desmayado en el suelo y salí de ahí con mis hijos.

Toph no tardó mucho en llegar con varios dirigibles. En todo el alboroto Yee-Li había escuchado los gritos y logró llamarla.

Los maestros metal llevaron a Tarok de regreso a Ciudad República directo a la cárcel. Ese tipo jamás vería la luz del sol otra vez.

Nosotros nos quedamos en la habitación de Bumi, Xing Ying preparó té para todos. Tenzin y Kya dormían en la cama, Bumi estaba en medio de ellos, cubriéndolos en sus brazos, los tres estaban muy cansados. Toph y yo estábamos tomando té en la mesita de la habitación.

- Tu hijo lo molió como si fuera un pedazo de carne - dijo Toph.

- Lo sé, para su mala suerte le enseñó bien -

Amores imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora