Capítulo 23

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Kyoko se había quedado esperando a que la conversación entre los dos hombres terminara antes de entrar a la habitación. No podía dejar de hacer girar el anillo  con tanta insistencia que su dedo comenzaba a ponerse rojo, pero en cuanto vio la sonrisa de Ren una parte de ella se liberó y supo que todo estaría bien.

–¿Hablaste con el presidente? —le preguntó a Ren una vez que estuvieron en su habitación, para el desagrado del jefe, pero no pudo hacer nada para evitarlo porque su esposa lo obligo a volver al restaurante tan pronto como lo vio.

—Sí, él me dijo que se encargaría de todo —Kyoko se refugio en los brazos de su novio y entrelazó sus mano con la suya, Ren recargo su barbilla sobre la cabeza de Kyoko y se quedaron quietos por unos segundos— creo que ese hombre esta más emocionado que nosotros sobre planear la boda.

Kyoko no pudo evitar reírse un poco y besó la mano de Ren, aunque el presidente era algo extravagante, sabía que iba a hacer algo que estuviera al gusto de ambos. Pensar en planear todo era algo que jamás hubiera pensado, pero ahora estaba en los brazos de la persona que más amaba.

—Solo debemos darle la lista de invitados —murmuró Ren y Kyoko se alejo de él para sacar una libreta de uno de los cajones de su escritorio.

—Entonces hay que hacerlo —dijo ella y apunto un par de nombres sin hacerle caso a Ren, cuando el joven se acerco, vio que había escrito los nombres de los dueños del restaurante, Kanae, Yashiro, el presidente y María.

—Esta bien.

Le dedicaron un par de horas y al final había más de cincuenta personas, donde se encontraban varios de sus compañeros de trabajo y los amigos de la pareja. Sin consultarle Kyoko escribió el nombre de Kuu y lo puso entre signos de interrogación.

—Supongo que podríamos invitarlo de mi parte, después de todo soy algo cercana a él y varios en el medio lo saben, no debe venir como tu padre —la chica comenzó ha hacer puntos en la hoja y Ren se preguntó que había hecho para merecerla, Kyoko sabía que él quería ver a sus padres y buscó la manera de que ellos fueran sin que su secreto se desvelara.

Aquello le dio una idea que pondría en practica más tarde.

Cuatro días después la lista era de doscientas personas y el presidente ya la tenía en su poder, a pesar de eso, según Ren faltaba una persona de ser invitada, por eso se encontraba frente al edificio de una agencia de abogados; al entrar fue hacía la oficina de la persona a la que iba a buscar. Al tocar la puerta una mujer muy seria la abrió y lo barrió con la mirada.

—¿Puedo hacer algo por usted? —la voz de la mujer era tan amarga que por un momento no pudo creer que ella fuera la madre de la chica tan alegre a la que pensaba convertir en su esposa.

—Mi nombre es Tsuruga Ren —hizo una pequeña reverencia— vine a hablar con usted Mogami-san.

Saena frunció los ojos, claro que había conocido al actor, después de todo su popularidad se esparcía por todo Japón, pero no entendía por que un hombre así estaría en su oficina; a pesar de eso tenía unos minutos libre y lo dejo entrar.

—¿Qué hace un hombre como usted aquí? Estoy segura que su agencia tiene buenos abogados que lo ayudarán con cualquier tipo de demanda —Saena había sacado una pluma para apuntar lo que le dijera.

—De hecho, no vengo aquí como actor —confesó Ren y los ojos de Saena se abrieron como platos. Había olvidado por completo quién era ese hombre, o por lo menos su vida más allá de ser un actor: él era el novio de Kyoko.

—Tal vez le parezca extraño, pero vine aquí en secreto. Kyoko no tiene idea de lo que estoy haciendo, pero aunque no lo admita creo que esto es importante para ella— mientras Ren hablaba, sacó un sobre rosado que apestaba a perfume y se lo extendió a la abogada. Saena tomó el sobre y lo abrió; dentro se encontraba una invitación a la boda de su hija con el hombre que estaba frente a ella.

—Sé que la relación con su hija es muy complicada, ella me ha hablado al respecto en algunas ocasiones. Pero ella me esta dando apoyo para contactar a mis padres y pensé que lo menos que podía hacer era tratar de que su madre viniera.

Saena solo escuchó la mitad de lo que Ren le dijo porque no podía dejar de pensar en que su hija era muy feliz e iba a tener algo que ella jamás podría haber alcanzado y de alguna manera eso la hacía sentir feliz. Alzó la mirada y vio a un hombre muy guapo que era cuatro años mayor que su hija, a pesar de todo sus ojos le decían que no era igual a aquel hombre que la había engañado.

—Tal vez...tal vez vaya si mi agenda no esta muy ocupada —terminó por decir.

Ren sonrió ampliamente e inclino su cabeza.

—Gracias por haber traído al mundo a la persona a quién amo.

Antes de que ella pudiera responder abandono la habitación y dejo a Saena con un extraño sentimiento en su pecho.


En America.

Kuu no dejaba de dar vueltas por la casa con el sobre en sus manos, aunque el presidente le había dicho en varias ocaciones que no iría como el padre de Kuon, sino como invitado de Kyoko, seguía estando feliz de que asistiría a la boda de su hijo. 

El año anterior habían vuelto a hablar con Tina, la cual también había sido invitada a la boda, entonces planearon llegar juntos; aunque Jullie todavía no perdonaba a Tina, porque desde su perspectiva ella tenía parte de la culpa de que no hubiera visto a su hijo por cinco años, también estaba emocionada porque si no fuera por eso no hubiera conocido a Kyoko.

—¡Estoy tan feliz de que mi hijo se vaya a casar! —grito y de pronto Jullie lo detuvo.

—Cariño, tenemos un problema —le dijo la hermosa mujer.

—¿Qué ocurre?

—¡¿Qué es lo que vamos a darles?! —gritó Jullie y un enorme escándalo comenzó por toda la casa mientras ellos no dejaban de discutir sobre el regalo perfecto para Kyoko y Kuon.

En Japón (7 meses después)

Kyoko no podía creer que faltaran solo unas horas para su boda, el vestido que había escogido para ella era como una nube blanca, llena de algunos brillos que caían como cascada desde su cintura por toda la falda del vestido, la parte superior dejaba descubiertos sus hombros y el inicio de su pecho, a pesar de eso el vestido era la cosa más hermosa que hubiera usado en su vida; en esos momentos Jelly estaba terminando de maquillarla, mientras que Kanae, Chiori y la dueña del restaurante, la observaban transformase en una "princesa".

—Te vez tan hermosa Kyoko-chan— le dijo Okami-san, la joven estaba muy nerviosa y no podía dejar de jugar con el anillo, mientras lo hacia girar en su dedo.

—Deja de hacer eso o te arruinaras las uñas —la regaño Kanae.

—Moku-san —Kyoko parpadeo para evitar llorar— no puedo evitarlo, estoy demasiado nerviosa.

Kanae golpeo una mesa que estaba a su lado.

—Nunca había conocido a una pareja tan perfecta, deja de decir tonterías. Tsuruga-san te ama y no va a dejarte plantada ni nada.

Chiori solo las observaba, se había acostumbrado a la relación que ellas tenían, muy similar a la de hermanas.

Jelly sujetó las mejillas de Kyoko con fuerza.

—¡Deja de moverte o arruinaras mi trabajo!


Con Ren.

Estaba terminando de acomodar las mancuernillas que Kuu le había mandado, con la nota que eran una herencia familiar y debía usarlas en su boda, aunque ellos debían seguir fingiendo ser desconocidos. 

El presidente había ido con él para darle el regalo y avisarle que debía darse prisa, Yashiro, como buen manager lo ayudo a terminar de arreglarse y le puso su saco.

—Ya es hora —dijo Ren y dio un paso hacia la puerta.

Secretos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora