Mientras más me acercaba a la puerta del auto, más me arrepentía de mi decisión. Quería estar calentita en mi casa y no a punto de ir a tomar café con mi compañera de trabajo.
El auto de Daniela era negro, debia suponerlo porque era muy de su estilo, y dentro de el, muy ordenado. El perfume de ella podía sentirse en el ambiente y estaba calentito como si todo el tiempo tuviera la calefacción prendida.
Me quedé mirando todo detalle del interior del carro hasta que Daniela entró y me miró.-Tienes algún lugar de preferencia? O quieres que escoja yo?
-Si... tengo algunos pero elije tu - me encogí de hombros desinteresada.
-Mmm okay... - Se quedó mirándome por un momento, bufo y procedió a arrancar el carro.
En el camino Calle se la paso mirandome y tratando de sacarme conversación. Como ya saben, mi departamento queda alejado de la ciudad y fue un trayecto largo.
-Al menos si gustas escuchar música? ya que no quieres hablar y noto que no estás muy a gusto con la salida - dijo sin apartar la mirada del frente.
La mire sin esperar que ella me devolviera la mirada, pero lo hizo y en sus ojos pude ver decepción. Pero... ¿por qué? Corrí la mirada y solté un suspiro.
-No es eso Daniela no me malinterpretes...
-Calle.
-Que? - pregunte al no entender su interrupción para decirme su apellido.
-Qué puedes decirme Calle. Así me llaman mis cercanos.
-Oh. Okay! Mira no es que no esté a gusto contigo, es decir... si, no lo estoy pero es que no tenemos una relación muy buena y tampoco empezamos de la mejor manera y sinceramente no me relaciono mucho con la gente con la que trabajo. No es un problema contigo.
Al parecer mientras yo tenía un golpe de sinceridad ella ya había estacionado y habíamos llegado al lugar del café. Calle desde el asiento conductor ya se había desabrochado el cinturón y estaba mirándome fijamente, sus ojos color avellana a pesar de ser ojos un poco comunes tenían esa intensidad que puede poner nervioso hasta el mismísimo Ted Bundy y así me encontraba yo, nerviosa e intimidada por mi acompañante.
-Bueno, se que no empezamos de la mejor manera y por eso te invite a salir. Quiero que nos conozcamos Maria Jose, y sé que nos tienes rabia a Johann y a mi por lo que hizo, y también sé que yo defendí algo indefendible y dije cosas que no debia asi que denuevo te pido disculpas.
-De nuevo, disculpas aceptadas - Le dedique una pequeña sonrisa, la cual fue devuelta.
-Crees que podamos dejar el trabajo de lado y simplemente hablar de la vida... nose.
Me quedé observando el puchero que inconscientemente había puesto en sus labios y sin quererlo pensé lo tierna que se veía. Solté una pequeña risa y asentí en silencio.
Ella rio poquito a la par mía, y se bajó rápidamente del auto para alcanzarme en el momento que yo cerraba la puerta. Por alguna razón antes de cruzar la avenida para llegar a la puerta de "Le Croissant" (mi café favorito en la ciudad), ella enganchó nuestros brazos y al parecer lo hizo en un acto desprevenido, porque cuando gire a verla con la ceja en alto cuestionando su accionar, ella no me miro.
-
Entrar a un café y que automáticamente mis fosas nasales se abrieran para poder absorber todo el olor era de mis cosas favoritas.
Daniela al parecer había hecho una reservación porque pasamos de toda la gente que había haciendo cola y apenas verla la dejaron pasar.Nuestra mesa se encontraba cerca de un calefactor, lo cual agradecí porque de la sorpresa que me llevé con Daniela empujándome fuera de mi casa para salir con ella no tuve tiempo para abrigarme lo suficiente. El lugar me encantaba, parecía una vieja casa de té, estaba alumbrada lo suficientemente bien como para no encandilarse pero tampoco a oscuras como para no ver un carajo. El espacio era grande y la música le daba un ambiente de calma y placer.
ESTÁS LEYENDO
Caso 11
Fiksi PenggemarUn asesinato en un bar de strippers provocan que la unidad policial de María José fuera irrumpida por la inspectora Daniela Calle y su equipo. Luego de cerrar el caso a duras penas, debido a la mala relación de ambas inspectoras, una serie de asesin...