La luz clara del amanecer entraba traslúcida a través de las cortinas blancas que se mecían suave al compás del húmedo viento de la mañana, una delicada brisa entró a través de la ventana a medio correr, la calidez llegó hasta la piel del pelinegro quien abrió los ojos lentamente, en ese momento, creía que toda su vida no había sido más que un sueño en el que por primera vez, era feliz. Pero luego sentía él peso de la mano en su cintura, el calor que está producía atravesaba su ropa y penetraba en su piel, entonces daba media vuelta, y se encontraba con el tranquilo semblante de su pareja y cualquier miedo desaparecía.
Se dedicaba a mirarlo; tenía el cabello hecho un desastre, sus párpados estaban cerrados, las pestañas caían sobre sus mejillas que estaban ligeramente sonrojadas y sus labios entreabiertos. Xiao Zhan no podía evitar sonreír de lado ante la imagen y rodearlo con un brazo para acariciarle la espalda.
Entonces, Wang YiBo se despertaba y le sonreía adormilado. —Te quedaste anoche —le decía con voz suave y baja.
—Te lo dije. No pienso irme a ningún lado —Zhan le sonreía ahora más ampliamente.
Y a YiBo poco le importaba el mal aliento matutino cuando lo besaba lentamente, cuando sus labios se acariciaban mientras hundía los dedos en su cabello azabache y tiraba de él con suavidad.
Por la mañana, Zhan disfrutaba de ver a YiBo paseando por la cocina, tarareando mientras preparaba el café. Mecía las caderas al compás de la canción que escuchaba en su cabeza, aún con el cabello hecho un nido de pájaros y el pijama puesto. Viajaba meses atrás en su memoria, cuando su vida era un desastre. No le gustaba quien era en ese entonces, no le gustaba su pasado y tan solo quería enterrarlo hasta que estuviera tan profundo que se cansara de cavar.
Pero YiBo le había enseñado, que ese mismo pasado era el que lo había conducido a su presente. No debía enterrarlo o intentar olvidarlo. Las heridas que este le había dejado, eran las que lo convertían en una nueva persona, las que lo hacían brillar ahora incluso más que antes.
Y, si él podía verlo, Zhan se esforzará para poder verlo también.
Entonces, YiBo se daba media vuelta y le clavaba una mirada acusadora aunque luchaba contra una sonrisa que intentaba colarse entre sus labios.
—¿Qué tanto miras? —preguntaba con fingida molestia.
—Sólo pensaba —contestaba Zhan encogiéndose de hombros.
—¿Y qué es eso tan importante en lo que piensa el gran maestro Xiao? —una sonrisa coqueta y el tono con un tanto de burla acompañaban las palabras de Wang YiBo.
Xiao Zhan rodaba los ojos, aunque su fingida irritación no duraba lo necesario porque minutos después dejaba la taza que sostenía y se unía a YiBo en el sofá de tres cuerpos.
A YiBo le gustaba enredar las ondas de cabello negro en su dedo índice y observar cómo, poco a poco, Zhan se derretía sobre su pecho. Lo escuchaba suspirar, murmurar palabras incomprensibles y armar una lista de las cosas que haría en el día aunque ambos sabían que ninguna de esas cosas sería realizada.
Ninguno de los dos se aburría en compañía del otro. Mirarse, tocarse, sentirse, simplemente saber que están allí, juntos, era el único entretenimiento que querían y necesitaban.
Llegaba un momento en el que YiBo soltaba lo primero que se le venía a la cabeza, mientras aun jugaba con el cabello de su amor.
Zhan enredaba la punta deshilachada de la funda de un almohadón entre sus dedos.
—Deberíamos tener una canción, ¿sabes? —decía YiBo con seriedad.
Y cuando Zhan alzaba una ceja como diciendo: “¿es en serio?”, YiBo continuaba: —Algo especial, algo nuestro —mirando ahora a los ojos del contrario.
Xiao Zhan siempre titubeaba antes de responderle en momentos así porque tenía un par de profundos ojos negros desnudándole el alma y eso le asustaba. Sin embargo, al notar la solemnidad en aquella solicitud, no dudaba en complacer a su amor. —No mires así, creo que se cuál —le respondía, levantándose rápidamente.
Los viejos vinilos estaban cubiertos de polvo, pero estaba seguro de que el que buscaba debía estar allí; era un clásico después de todo. Segundos después, cuando colocaba el vinilo en el tocadiscos, la melodía comenzaba suave antes de que se sumara la trompeta.
Al escucharla, YiBo abría los ojos, mirándolo extrañado y con una sonrisa contenida.
—¿La vie en rose?
Zhan se encogía de hombros. —Recuerdo haber escuchado esta misma versión antes de conocerte.
YiBo le daba una mirada expectante.
—Sé apreciar las cosas buenas de la vida —decía Zhan medio en serio y medio bromeando.
Luego YiBo se ponía de pie y cuando le tendía una mano, Zhan aceptaba la invitación sin rechistar, lo abrazaba por el cuello y YiBo lo sujetaba con firmeza desde la cintura. Perdían la cuenta de cuántos segundos, o minutos, permanecían de la misma forma hasta que se escuchaba la voz de Louis Armstrong.
Se mecían al ritmo de la canción, y YiBo disfrutaba de apreciar las facciones de su pareja mientras él se miraba los pies.
—“Give your heart and soul to me" —acompañaba Zhan cantando en un tono bajo que sólo ellos dos podían escuchar —“and life will always be, la vie en rose”— terminaba YiBo para completar la melodía perfecta.
La trompeta marcaba ocho tiempos y luego volvía a fluir, y YiBo aprovechaba el momento para darle un rápido giro con una mano a Zhan; luego lo volvía a tomar de la cintura.
Zhan se aferraba a su pareja con ambas manos. —Somos un cliché —le sonreía a YiBo.
—Es un cliché decir que somos un cliché —contestaba YiBo.
—A la gente le gustan los clichés —replicaba simplemente.
Los ojos del Wang YiBo brillaban con la malicia. —También es un cliché decir que a la gente le gustan los clichés —decía con una sonrisa de medio lado.
—Eres insoportable, ¿lo sabías? —Y los grandes ojos, lo reprochaban en silencio mientras él tan sólo sonreía. Entonces el agarre en su cintura se estrechaba y YiBo lo ponía más cerca.
La canción había finalizado y el vinilo seguía girando en el tocadiscos.
El día transcurría, el sol bajaba de a poco y el cielo se teñía de naranja. YiBo observaba desde la ventana la paleta de colores a la vez que pelaba un durazno y dejaba la cáscara en un plato que yacía sobre su regazo.
Zhan lo observaba a él, y sumergía los dedos en la melena castaña que no había sido desenredada en todo el día. Lo abrazaba por la espalda mientras se perdía al ritmo de los suaves latidos del corazón de su pareja, y se quedaban así hasta que YiBo volvía a soltar otra estupidez.
Al llegar los últimos resquicios de la tarde, sabían que aquel tan simple y maravilloso fin de semana, llegaba a su fin junto con el último arrebol.
Al notar los últimos minutos del día, acostados sobre su cama, con las narices tocándose, sus miradas cruzadas, ninguno de los dos dejaba de verse hasta que eventualmente el sueño los vencía, deseando que todos los días fueran como aquel.
Ahora rememoraban todo el día y parecía tan lejano, tan perfecto que parecía irreal.
Su amor es etéreo, inefable, inmarcesible y ellos lo saben.
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.Este OS es una adaptación del original escrito por @cipwag como un DabiHawks.
Hay ligeros cambios y adiciones, para adaptarlo mejor a nuestro hermoso YiZhan, cuento con la autorización de la autora para ello.
Espero que les haya gustado tanto como a mí.
+Enlace a la obra original:
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Muchas gracias por todo el apoyo, les amo mucho.
XoXo
#Mar♡

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La vie en rose • [OS YIZHAN]
Fanfiction... "Give your heart and soul to me And life will always be La vie en rose" . . . . . +Pareja YiZhan: Wang YiBo & Xiao Zhan. +Soft, sweet, nada de drama. +Adaptación...