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Cuando llegué a Corea hace una semana, lo único que atine es ir a mi antiguo departamento, tuve que ir a Japón por trabajo y en ese país tuve a mi bebé. Cuando llegue allá supe que mis sospechas eran ciertas, estaba embarazado. Pero gracias a mi trabajo pude costear mis gastos.

Jeno es el amor de mi vida, el motivo de todo lo que hago. Para poder darle una mejor vida tuve que regresar a mi país. Ya que uno de mis mejores amigos me consiguió un trabajo, mucho mejor del que tenia en Japón. Es una gran empresa de restaurantes, y como la paga no estaba nada mal, regresé.

Cuando desperté, el sol llegó justo a mis ojos y no los pude abrir, en ese momento pensé en dormir otra vez, pero unos lloriqueos al otro lado de mi cuarto me obligo a despertar. Y así con toda la pereza del mundo tuve que ir a atender a mi pequeño bebé.

—¿Ya estás feliz de despertar temprano a papi?—. Le pregunté a mi bebé, el solo me veía con esos hermosos ojos que tenía. Mi bebé saco la mayoría de el otro padre de Jeno, aunque no lo recuerdo mucho ya que cuando tuvimos intimida, estábamos borrachos y drogados. Luego no supe nada de él. Sólo sabía que era un bastardo comprometido y multimillonario, no es que me gusten ese tipo de hombres, solo la calentura me ganó. No le dije nada, el solo me vería como un interesado si llegaba con su hijo diciéndole que es suyo, además me ahorre todo ese embrollo. Y no hice nada, además mi bebé no necesita nada de su dinero, ni de él. 

—Ayer, te acostaste temprano, por eso has levantado a papi temprano ¿Verdad?—Le dije haciéndole cosquillas en su barriguita y el solo me respondía con un tierno —papi—. Me puse a revisar le el pañal y al ver que estaba sucio decidí cambiarlo.

Después de vestir y alimentar a Jeno, me dispuse a desayunar, pero otra vez me interrumpieron, y esta vez no fue Jeno, era Taeil que me estaba llamando.—Dime, ¿Que pasó? —Le pregunté mientras me secaba los manos en mi ropa, recién acababa de limpiar el desorden de Jeno y también había lavado los trastes.

—Te tengo una buena noticia. Mi jefe dice que quiere que estés aquí a las 4 de la tarde, ya que si o si quiere que firmes el contrato. Desea que estés trabajando lo mas pronto posible. Además, dice que no te pondrá a prueba, porque ya sabe que eres uno de los mejores. Dime, ¿Acaso no es genial?

—Sí, me parece una buena idea..... Pero no se con quien dejar a Jeno, y mis padres viven en Busan y está muy lejos.

—Por eso no te preocupes, lo puedes dejar en la guardería que esta cerca del restaurant. Y después podrás pasar por él.

—Tengo miedo de que mi bebé no se quiera quedar, el solo está acostumbrado a mí. Soy la única persona en la que se puede sentir seguro.

—Lo entiendo Dongs, pero no pierdes nada intentándolo y si Jeno llora... lo podemos llevar al trabajo y después le explicamos al jefe.

—Ok. Envíame la dirección exacta de la guardería y la hora de la entrada, por favor.

—No te preocupes, ahora te lo envío. Dale a Jeno, muchos besos de mi parte y cuidense.

—Si, bye.

                            [💫]

Después de terminar mi conversación con Taeil me dispuse a arreglar mi departamento, ayer me había puesto a jugar con Jeno y cuando tienes a un niño que tiene un año y medio de vida todo es una tormenta en tu hogar, pero acá esta su papi para que limpie todo su desastre. Después de limpiar todo, vi la hora y me dispuse a hacer el almuerzo. Jeno estaba tomando su siesta del medio día.

Al terminar el almuerzo me dispuse a jugar con Jeno, ya que mi pequeño es muy imperativo, mi mamá dice que yo no era así cuando era un bebé, seguro su otro papá había sido así. Pero no trato de recordarlo, el tipo ahora debe estar felizmente casado y eso a mi la verdad no me interesa.                       
Al ver la hora, casi me caigo de la silla literalmente. Eran las 3:00 pm y tendría que llegar a la guardería a las 3:30 y me estaba tardando en vestir a Jeno, ya que mi niño no se dejaba cambiar le tuve que dar un juguete para que se distraiga y así poder cambiarlo, después del ajetreo de Jeno llegué a la guardería, me hicieron firmar unos papeles que tuve que leer bien y luego me pidieron los datos de Jeno. Cuando llegó el momento de entregar a mi bebé. El solo me miraba con sus ojitos brillosos, que trataban de decirme que estaban a punto de soltar lagrimas.

La cuidadora me dijo que le entregue a Jeno, pero en ese momento mi bebé se abrazo a mi cuello con sus brazitos regordetes y se puso a llorar. Yo ya lo veía venir, Jeno no siente confianza y lo tuve que llevar a mi trabajo quiera o no.










¡Adivinen quien es el hombre millonario y comprometido! ¬¬
Además es el padre de nuestro querido Jeno.  ~.~

VIVA EL JAEDO.

Who is my father? ---- JAEDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora