EROS • jjk + pjm

01 | His leather pants are lethal

                        ¡jikook flex!

-Mi vida es una desgracia. 

El camarero se rió, probablemente pensando que ya estaba 
demasiado borracho.

-No, en serio, nada funciona para mí.-Insistí.

¿Cómo puede divertirse mientras yo lamento los infortunios de mi existencia 
deprimente?

Cálmese, Señor odio-mi-vida  -Dice, usando la coctelera para dar otro trago de algún cliente menos pesado que yo.-Tienes las llaves de un coche guay, tu ropa es de diseño, te ves saludable y bonito como para que seis tipos se te acerquen desde que llegaste. No parece que seas una sufridor.

Terminé el resto de la bebida en mi vaso,sintiendo mis movimientos más lentos por todo el alcohol que ya había ingerido.

-El coche es de mi madre,la ropa que llevo está mojada por culpa de la lluvia,y bueno,mi salud realmente es buena, pero no uses el hecho de que se me hayan acercado seis tipos como algo bueno, porque en serio, soy hetero.

-Y por eso estás en un bar gay.Tiene sentido.-Provocó, haciéndose a un lado para servir el cóctel.

Cuando regresó, le expliqué, ansioso: -No sabía que era un bar gay. Sólo entré en el primero que vi y resultó ser éste. Pero me gustan las mujeres, sólo las  mujeres, amo a las mujeres.

-Ok, hetero, lo entiendo. Te gustan las mujeres, felicitaciones.

Dejé que mi postura se relajara sin mucha elegancia, y el barman me sirvió una dosis de no-sé-qué.
Pero pareces un poco idiota, -Empezó a sonreír de nuevo con libertinaje- mira a tu alrededor. No hay muchas mujeres por aquí.

-Joder, Calvin! - Golpeé el vaso en el columpio, haciendo que un chorrito de alcohol se derramara en él. - Estoy aquí porque acabo de pillar a mi novia con otro tipo, lo último que quiero conseguir ahora es una mujer. Sólo quiero beber, porque la bebida por lo menos no me engaña!

-¡Así es, guapo! - El chico sentado en el banco a mi lado, grita , lo miré perezosamente antes de volver a mirar al barman.

-Calvin? - Preguntó, levantando las cejas como si le molestara el apodo que me tomé la libertad de usar.

-Cuando bajaste, vi tu ropa interior. Es Calvil Klein. Y necesito llamarte de alguna manera, así que será así, Calvin.

-¿No se te ha pasado por la cabeza preguntarme mi nombre? 

Respiré profundamente y levanté los hombros con algo de descuido cuando estiré la mano. - Soy Jimin. ¿Cómo te llamas?

-No digo mi nombre a clientes pesados, Jimin. - Se defendió, ignorando mi mano extendida, yo suspiré sabiendo que encajo en esta categoría.

Pero antes de que pudiera quejarme, algo más me llamó la atención. Un grupo reunido en los sofás al otro lado del bar empezó a hacer mucho ruido, entre gritos y risas, curiosamente los miré tratando de entender de qué se trataba el alboroto. Sin embargo, no había nada inusual allí.

Quiero decir, nada inusual para lo que imagino que es normal en un bar gay.

De los seis, cuatro estaban sentados en los sofás agrupados, y dos estaban de pie. El más grande  se apoyaba en la pared, el más pequeño delante de él, sus cuerpos estaban tan cerca que parecían estar a punto de fusionarse.

Lo extraño de la escena es que el tío que estaba apoyado en la pared tenía el cuello siendo devorado por el chico delante suyo, en cuando  sus manos lo sostenían, pero él me estaba mirando a mi.