Santiago.
−NO TENIAS PORQUE METERME EN ESE ASUNTO.- grite.
Blair se puso aun mas nerviosa. Su cara de víbora había cambiado al ver que su juego salió mal.
Estábamos en uno de los rincones solos de la universidad donde venias las parejas.
Toda la mañana se caracterizo por mi humor de mierda. No quería saber de nadie.
Pero necesitaba de una vez poner en su sitio a Blair.
−Tenia que vengarme Santiago.- Su cara era de suplica. Buscando alguna clase de perdón.
−Me importa un comino lo que tenias que hacer Blair. Ya me cagaste la vida mucho en la ultima semana. Me hiciste pelear con mis amigos y además pagar por un asunto que yo ni hice. Solo mantente por ahora alejada de mi. Ya te lo he dicho varias veces, esta vez es en serio.- Su cara fue de dolor.
No me importaba.
Camine al comedor. En la mesa de siempre estaban sentado los mejores amigos: Lara, Jhon y Anastasia.
Quería tal vez fastidiar su día o terminar de hacer peor el mío. Así que no lo pensé dos veces y camine hacia su mesa.
Lara no volteo en ningún momento cuando me senté a su lado y le quite la manzana que había en su bandeja. Solo respiro profundo e hizo de eso como si no pasara nada.
Jhon y yo nos fuimos a hablar afuera. No podía parar de mirarme, de mirar mis moretones.
−Que sucedió?
−Eso mismo te pregunto a ti. Casi me matan y ni fuiste capaz de contestar mi llamada. Si asi es el tipo de familia que tengo... entonces para que la tengo?
Jhon puso su cara de dolor. Como si en serio se sintiera ofendido.
Era la verdad.
−Yo... lo siento Santiago. Aunque pienso que si tuviste un problema de este calibre fue porque tu mismo lo causaste. Te conozco. Eres un problemático y no cambiaras.
Ahora el era quien daba en el punto. No podía llevar la contraria en este momento. Sabia que me busque esto yo solo.
−Solo quiero que tengamos paz Jhon. Ya basta de peleas.- Me daba hasta pereza seguir esta conversación.
Solo quería tranquilidad.
−Comienza a cambiar, comienza por ti.
Jhon se fue otra vez al comedor y yo me senté en un banco.
Lara salió por la puerta del comedor. Miro el cielo y sonrió.
Su sonrisa era perfecta. Cualquier chica fuera deseado tener unos dientes como aquellos.
Su cara era de pura ingenuidad. Algo que solo se podía ver cuando nadie la observaba. Una cara que la hacia ver mas joven. Mas niña.
Una cara que no mostraba a nadie. Si tan solo la gente supiera que esa chica tan menuda y que no parecía que matara una mosca. Podía derrotar medio Chicago en lo que fuera. Tenia el poder de poner patas arriba todo.
Esa chica con esa cara inocente podía hacerte la vida a cuadros en un abrir y cerrar de ojos.
Como me lo estaba haciendo a mi.
Reviso su teléfono y se quedo ahí parada un momento. No se daba cuenta que la estaba observando.
Y mejor para mi. Aunque parecía un acosador así que voltee a otro lado cuando se dio cuenta que estaba ahí.
Camino hacia mi dirección.
−Te encanta observarme como un acosador no?.- encendió un cigarro.
Se estaba atreviendo a hablarme a pesar de que la estaba ignorando.
−No eres tan importante patito.- Lara podía ser muy directa cuando quería.
Cualquier hombre le tendría miedo a una mujer que no andaba con rodeos. A mi solo me sacaba de quicio y me molestaba.
Ya había aprendido a saberlo llevar. Ya conocía a Lara.
Estaba desarreglada igual que siempre y con su vestimenta de vagabundo. Aunque esta vez algo cambiaba. Su humor era de logro, de felicidad.
Pues era de suponerse, después de las notas y posicionarse como primera en la facultad, siendo prácticamente nuevo. Cualquiera estaria feliz.
A mi solo me molestaba aun mas.
Nadie nunca era competencia para mi. Hasta que llego Lara.
−Ya que no me hablaras, te diré de una vez que en la tarde quiero ir a arreglar la moto. Así que esperare tu llamada.- nos miramos por un momento.
La detestaba.
−Como quieras.- mi voz sonaba de molestia.
Ojala nunca la fuera conocido.
Lara siguió caminando mientras fumaba otro cigarro.
Mientras me dejaba aun mas molesto de lo que ya estaba. Y eso le agradaba, eso le hacia gracia. Eso alimentaba su estúpido ego y la hacia mas fuerte.
Y a mi solo me consumía la rabia.
La rabia que había causado ella.
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Aléjate o déjate llevar
Novela JuvenilLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...