Capítulo 2

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-No lo acepto –refutó instantáneamente.

Los mayores parecían ya saber cuáles eran sus reacciones por lo que no prestaron mayor atención de la correspondida. Eso exasperaba a Naruto en gran forma.

-Desde que dejamos el suelo Ruso tú ya no te encuentras a nuestro nivel jovencito.

-Y aún eres menor de edad, sería extraño de que trabajes y no vayas a la escuela. Pensarían que te estamos extorsionando o algo parecido.

Pero ganas no le faltan, pensó frustrado.

-¿Y por qué Konoha? –comentó-. Existen varias escuelas, ustedes parecen ya saber a cuál enviarme.

Arrastró su cuerpo a la cocina y sacó un soda a medio tomar de ella ignorando que sus mentores aún no le respondían. Esa actitud podría ser tomada normal en su escuadrón ya que era el líder, pero en Japón era una gran falta de respeto a cualquier tipo de persona.

-Para empezar –gruñó Iruka–, somos tus padres y merecemos respeto.

-Segundo –continuó Kakashi aún con su máscara-, Konoha es la única escuela con directores “especiales”.

-Define especial –caminando vagabundamente, se sentó en su lugar inicial.

Pero antes de siguiera tomar un sorbo del líquido, Iruka le arranchó la lata de las manos y lo lanzó a la mesa para después tomarla él mismo. Todo eso con un simple movimiento de manos.

Naruto bufó ante la falta de autoridad a la persona que alguna vez llegó a ser. Si tan solo siguieran en Rusia él pudo muy bien despojarlo de su título temporalmente, no por nada era un rango especial, pero ahora era algo tonto, un simple adolescente.

-Provienen de familias dentro del escuadrón –aclaró Iruka después de acabar la soda-. Lady Tsunade es la última heredera de la rama Senju y Jiraiya fue alguna vez maestro dentro de la sociedad.

Él conocía perfectamente la historia por parte de Jiraiya. Había sido él quién entrenó al maestro de su mentor, Kakashi, y por consecuencia este lo había entrenado personalmente para ver hasta qué punto iban sus habilidades. Hasta donde lo recordaba era un viejete pervertido que se la pasaba casi todo el rato viendo revistas porno.

-¿Cómo llegó a convertirse en un director?

-Quien sabe –ignoró el asunto-. Lo único que interesa es que con ellos no deberás aparentar quien eres. Y hablando de aparentar… –sacó un libro pequeño de su porta-armas y se lo entregó- toma. Es un regalo de mudanza por parte nuestra.

-No –contradijo al verlo.

-Tienes que hacerlo para aparentar.

-¡Pareceré a Sai! –chilló asustado.

-Y cómo crees que tomará la gente a tu comportamiento eh. Solo es un libro, y solo debes elegir alguna personalidad de las seleccionadas, tampoco no te pido que seas un maniático en este tema.

Naruto cogió el libro a regañadientes. En la portada detallaba claramente cómo eran las emociones de una persona y cómo esta podía conseguir amigos. Sin tomarle importancia lo guardó.

-Pero quitando todo eso del asunto –Kakashi pensó-… Naruto, ¿Qué edad tienes?

-¡Q… Qué!

Tanto Iruka como el mencionado se encontraban jactados, ¿Acaso había un nivel de despreocupación más al que podía entrar Kakashi?

-Idiota, tengo 16 –respondió finalmente.

-En ese caso entrarías a segundo de preparatoria.

-Pero, mi razonamiento intelectual, además de mis títulos, demuestra de que tengo 3 doctorados en física, 1 maestría en enfermería, 4 diplomas por egresar de arquitectura e ingeniería civil, informática y sistemas además de poder dominar 7 idiomas fluidamente y en avanzado para japonés –bufó con superioridad.

En realidad solo sabía 6 idiomas, pero ellos no debían saberlo.

-Pero aún eres un adolescente, y ya inscribí tu ficha de inscripción –aclaró después de la larga lista de logros- nada te salvará de esta Naru.

-¡¿Entonces por qué me pediste elegir escuela si ya me habías matriculado en una?!

-Solo para demostrar que era justo.

Antes siquiera de  poder responder algo, el teléfono recién instalado comenzó a timbrar llamando su atención. Kakashi fue quién se acercó a aquel aparato para responder mientras ellos seguían esperándolo sentados.

-Mochi, mochi. Aja, si tiene 16... Está en avanzado, tiene problemas con los Kanjis. No, hasta donde recuerdo no es alérgico a nada... Parecen cicatrices de nacimiento, nada de qué preocuparse –un largo silencio se hiso para después continuar-. No, le despojaron de todas sus armas antes de salir del aeropuerto… ¿Enserio ya está listo?... ¿Cuándo iniciaríamos?... ¿Tan pronto?... No, los tres queremos reincorporarnos lo más rápido posible... Entiendo… Entonces pasaré por el  cerca de las 20 horas... Sayonara.

-¿Quién era Kakashi? –Iruka rozó delicadamente su mano pasándole su tranquilidad. Ese le respondió con una sonrisa detrás de la máscara.

-Jiraiya –respondió tranquilo-. Solo nos informaba de que ya podemos asistir a la escuela mañana.

-¿Tan pronto?

-Las credenciales ya están creadas y los uniformes ya fabricados. Debo ir a las 8 para recogerlo y empezar mañana los tres.

-Esperen ¿Ustedes irán? –claramente Naruto parecía confundido, pero su semblante serio no le dejaba demostrar mucho su emoción. Problemas secundarios de tener que aparentar siempre.

-Nosotros fuimos contratados en Konoha como maestros de… -señaló a su pareja- alemán… -se señaló- y francés. Faltaban profesores en idiomas.

-Y porque tan pronto –excusó-. Recién acabamos de llegar, sería cansado ir a la “escuela” mañana.

-¿Acaso tienes miedo de que sea complicado? –burló.

-Naruto Umino no teme a nada. Él lo puede lograr todo –apuntándose con el dedo sonrió con gula. Naruto sería siempre el primero-. Si ustedes me piden algo, yo lo logro.

-Entonces no hay problema con crear una personalidad para la escuela, ¿No?

-Pues… -flanqueó.

Esa no sería la primera vez en crear una personalidad y no pensaba que sea la última, pero mantenerla por toda la vida costaba mucho tiempo y esfuerzo.

-Si no lo haces significaría que no eres un hombre de palabra. Lástima, pensé que por ser tú lo lograrías.

-¡Apostemos! –gruñó exaltado.

-¿Cómo?

Pareció interesante la propuesta por la manera de exaltarse de Naruto, pero él siempre sería así, solo le quedaba tomar atención.

-Yo crearé la personalidad que ustedes quieran elegir si tú vas SIEMPRE a la escuela sin máscara –dejó todo en juego.

Kakashi vio los pros y contras que encontraba en eso, pero si tan solo era una máscara por una vida normal, no tenía nada que perder.

-Acepto –concluyó al final.

Ambos apretaron sus puños de manera formal. Iruka quien veía todo eso tranquilo desde su asiento suspiró, había ratos en que ni parecieran espías de altos rangos. Se fijó en el reloj del comedor, las 6 y media de la tarde, no les quedaba mucho tiempo.

-Naruto, si vas a afirmar el trato tienes que primero como mínimo cumplir lo dictado –sentenció de brazos cruzados.

-¿Uh?

-Mañana empiezas y aún no hemos elegido tu personalidad.

-¿Enserio quieres pasar por todo esto?

-Ve sacando ese libro –sonrió maliciosamente con un cuaderno en mano-, lo usaremos por un buen~ rato.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora