Bruja

Érase una vez una bruja, que con sus manos y sus trucos era capaz de salvar moribundos, y adivinar si se viviría o no. Era una locura creer que alguien sería capaz de algo así, no podía ser más que brujería, un arte oscura, un pacto con el diablo, sangre negra recorriendo sus venas, esperando para dañar toda una generación.

Los rumores empezaron a correr por el pueblo, un par de sanos que luego fueron los primeros en señalarla. ¡Bruja! Le gritaban al pasar, con toda la energía que habian logrado recuperar gracias a sus hechizos. La noticia llegó a la iglesia entre murmullos y plegarias; el miedo se apoderaba del pueblo, no importa lo que supieran antes de ella, ¡Bruja! Era lo único que ahora se escuchaba y se sentía en el aire, la maldad que la recorría.

Esos mismos sanos empezaron con nuevas afecciones, y cuando se acercaron al pastor, este les dijo la única verdad que eran capaces de escuchar. Habian sido malditos por aquella encantadora mujer que un día prometió ayudarlos ¡Bruja!

Insesantes gritos de protesta escuchaba la bruja fuera de su hogar, personas con antorchas dispuestas a acabar con ella, y frente a todos el cura, que había decidido el castigo para la hija de Satán como él la había llamado; debía ser quemada. 

Una niña escondida en el sótano de su casa, mientras escuchaba los gritos de terror y dolor de su madre, que pocos minutos había visto por última vez, luego de escuchar atentamente sus temblorosas palabras: "Sé valiente, vas a estar mucho tiempo sola, pero vas siempre a poder sola, nunca demuestres a nadie nada de lo que te enseñé, pero aún así, no dejes que se pierda en mí". Siguió al pie de la letra las palabras de su madre.

Era un año muy difícil, el mundo entero había cambiado y nada parecía tener sentido, pero aún así era especial, ese día daría su discurso de graduación, ya tenía todo preparado, y aunque los nervios se apoderaban de ella, sabía que todo estaría bien.

Se aclaró la garganta, miró a su familia entre el público y por fin decidió empezar: "Desde muy pequeña me enseñaron el valor tan grande que tenía la vida, y que con esfuerzo y ayuda, podía llegar a salvarse o mejorarse. Creo que todos los presentes aquí estamos de acuerdo con esto, y por eso elegimos esta carrera. El día de hoy nos egresamos en una de las carreras que nos permite hacerlo desde la práctica, nos permite no sólo cumplir nuestros sueños sino también ayudar a personas a que sigan persiguiendo los suyos, nos permite ayudar, nos permite salvar, nos permite ser más humanos. Hoy somos brujos..." Hizo una pausa en la que todos se miraron sin entender.

"Cuando fuí adolescente, pregunté a mi madre por qué todas las mujeres de su linaje llevaban el mismo nombre, mi nombre; y fue entonces cuando supe mi historia, cuando decidí que quería llevar también el legado que dejó la primera bruja de mi familia;  Julieta salvó a más de 30 personas en su pueblo, mismas personas por las que luego fue condenada a la hoguera dejando a su hija de 10 años completamente sola, pero la pequeña salió adelante, llevando su legado y a las siguientes generaciones llegando hasta mí, hasta todos nosotros. Donde hoy conmemoramos este día con orgullo, sin miedo a ser quemados o rechazados por nuestro servicio. Este día, dedico mi título a Julieta, porque aunque siempre fue llamada bruja, fue su nombre y todo lo que supo lo que realmente quedó en el tiempo. Hoy, todos somos brujos, hoy, soy bruja".