Una mañana tranquila como cualquier otra en la pacífica ciudad de Los Santos hasta que
-JODER ME CAGO EN LOS PUTOS MUERTOS DE ESE GILIPOLLAS!- la dulce voz del superintendente se dejó escuchar en toda la comisaría.
-pero que le pasa Conway- el comisario Rodríguez entro a la oficina preocupado, hace nada su jefe estaba tranquilo firmando papeles, adiós a sus pensamiento de que tendrían un turno tranquilo-
- Es que joder son unos putos ineptos- dijo frotándose las sienes- y dejando el móvil de mala gana
-pero explíquese hombre, que yo no se leer mentes- dijo Greco cruzándose de brazos que el supiera, ni la malla ni los mecánicos la habían liado ese día.
- Que el gilipollas que iba a conseguirme el regalo de cumpleaños de Volkov me acaba de cancelar! - dijo molesto, había ordenado una de las figuras ridículas de los monos chinos de su esposo para su cumpleaños que era en una semana
-Joder y yo que pensaba que había sido algo más grave- suspiro el menor, el sabía lo mucho que le estresaban esas cosas a Conway que era un controlador de primera
-Claro que es grave subnormal a ver de dónde coño saco ahora yo la puta figura esa- replicó molesto- Joder, me voy a patrullar que le den a esta puta mierda de informes- dijo parándose y tomando su teléfono y su arma
- Quizás en el centro encuentre lo que busca hay una tienda grande con cosas de otakus que le gustan a Volkov- dijo con una sonrisa pícara, sabía que su jefa primero muerto antes de pisar la tienda esa
- cállate Greco y ni se te ocurra abrir la boca- dijo saliendo con cara de querer desatar una guerra pero con una idea nueva en la cabeza, el comisario que se quedó en la ofician se echó a reir, Conway era el tipo más duro de la ciudad pero era un completo SIMP con Volkov aunque nadie lo dijera todos lo pensaban, ahora tenía un nuevo chisme para contarle a Horacio.
Joder con los putos otakus!- pensó al bajarse del auto de incógnito que había llevado, ni loco dejaría que su adorado patrulla se acercase ahí, además de que si alguien lo veía ahí el chisme sería tal que arruinarían la sorpresa para su otaku, debía solucionar ese tema de inmediato, porque era el único día libre de Volkov y era el único día que no estaban juntos , se bajó del auto a dos calles del lugar, se había puesto una gorra y ropa oscura, no sería reconocido.
Cinco putos pisos había subido buscando la puta figura, después de pasar el mal rato preguntándole al puto dependiente que se puso a contarle la historia del personaje como si a el le interesase, le dijo que en el quinto piso de esa torre del infierno llena de niñatos y gente rara se encontraba lo que buscaba, pero porque mierda el quinto piso estaba tan petado de cosas y había aún más gente ahí que en todo el puto edificio, se acercó a uno de los dependientes y le enseñó la foto de la figura que buscaba, el mocoso que le atendió le mostró un estante lleno de figuras del muñeco que le gustaba a Volkov
-pero te digo que ya todas esas las tengo-dijo suspirando al reconocer cada una de ellas como las que estaban en la repisa del cuarto que su otaku tenía especialmente para esas cosas – a ver si te enteras de la película que la que quiero es esta- le enseño la fotografía nuevamente.
-Señor pero esa es una edición especial, no la tenemos aquí, la tenemos en la otra tienda, la que está en las afueras de la ciudad, si gusta puedo enviarle la ubicación-dijo el joven temblando pues podía ver que la cara del hombre tenía escrita asesinato por todas partes
-joder mándame la puta ubicación de una vez que no tengo todo el puto día!- grito exasperado, el chico se le envió por el miedo que la daba el hombre y cuando se fue suspiro, un segundo se quedó pensando, había olvidado decirle un detalle al hombre, pero supuso que el encargado de la otra tienda ya se lo diría.