Capítulo 13
Cuando desperté al otro día, abracé a mi hija para acurrucarme pero abrí los ojos de golpe cuando no la encontré. Miré por la habitación y ella no estaba.
- ¿Florencia? – La llamé mientras me levantaba de la cama.
- Estoy afuera mamá. Estoy tomando desayuno – Gritó y vino corriendo a la pieza.
- ¿Ya te despertaste? – Me preguntó y yo la abracé.
- Por favor no me asustes más así. ¡Nunca te levantas sin mí! – Se soltó ella.
- Pero me levanté a buscar a mi papá y nos había preparado desayuno – Sonrió y aplaudió.
Sus ojitos brillaban y eso me hizo sonreír.
- Vamos, te estábamos esperando – Me tomó de la mano y me guió hacia el balcón en donde me encontré con una mesa repleta de cosas para tomar desayuno.
- Vaya, esto es un poco exagerado – Dije mientras me sentaba en la silla vacía al lado de mi hija.
- Buenos días también Alex – Dijo Dante y me besó en la mejilla. – Traje esto para ti – Me entregó un girasol y yo lo miré.
¿Un girasol? ¿Acaso había girasoles en esta isla? Nunca me lo había preguntado.
- ¿Dónde conseguiste uno? Pregunté interesada.
El girasol era nuestra flor. Siempre lo había sido y me acompañó también durante el tiempo que no estuvimos juntos. Jamás me había percatado de la existencia de los girasoles hasta que él me dijo que yo le recordaba a uno. Por su color, su luz, lo que irradiaba... desde ése momento comencé a verlos en todos lados aún en mi tiempo de oscuridad.
- Soy un hombre de recursos – Me besó en la frente y vi a Florencia sonreír como si estuviera en Disney World.
Debería hablar con él sobre las demostraciones de cariño frente a ella. Lo último que quiero es confundirla.
El desayuno transcurrió tranquilo. Florencia no paraba de contarle historias a Dante y él la escuchaba muy atento y me miraba de reojo de vez en cuando.
El hombre me conocía. Podía intuir que no estaba cómoda.
- Ya que tomamos desayuno acá, estaba pensando que quizás puedan ir a almorzar a mi casa – Sugirió Dante mientras recogía los platos de la mesa.
- ¿Y qué te parece si lo dejamos para otro día? Demasiadas emociones en 24 horas. – Lo miré de reojo y estaba sonriendo mientras se mordía el labio. Sabía que estaba pensando en la noche anterior.
- ¡Pero yo quiero ir mamá! – Me miró como si le fuera a arruinar sus planes.
¿Por qué era tan dramática?
Claro, quizás era porque había por fin encontrado a su padre después de no saber nada de él.
Sólo quizás.
(Culpa otra vez)
Me acerqué a ella – No te preocupes cielo, puedes ir tú a la casa de tu papá y nos vemos por la tarde. ¿Qué te parece? – Le sonreí y me sonrió de vuelta.
- SIIIII!!!! ¿Oíste papá? ¡Mi mamá dijo que puedo ir a conocer tu casa! – Aplaudió muy sonriente.
Dante me miró muy serio y se acercó a darle un beso en la cabeza a Florencia – ¡Maravilloso!!! ¡Vamos a divertirnos mucho, ya vas a ver! ¿Puedes poner esto en agua por favor? No queremos que muera – Le dijo pasándole el girasol.
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Bajo la luna llena
RomancePrólogo Había intentado escribir muchas veces y siempre lo dejaba a medias. Esta vez era distinto pues me sentía lista, estaba lista. ¿Han vivido uno de esos amores que por más que quieras no puedes terminar? ¿Esos amores que no puedes sacar de tu...