Tic tac
Tic tac
Tic tac
Ese reloj va a volverme loca.
07: 15 pm
Lleva quince minutos de retraso y yo con los nervios que me cargo, no me ayuda, en definitiva.
Me puse un jean, una blusa holgada y una chaqueta de cuero negra.
Escogí un restaurante-bar, música jazz resuena en su interior, es pequeño, privado y no tan llamativo. Justo lo que necesito para poder hablar con él.
Las campanillas de la puerta suenan y de inmediato nuestras miradas chocan.
Lleva un abrigo largo azul turquí, un gorro de lana y unas gafas oscuras.
No pues, ¿cómo te digo Ian? ¿Sherlock Holmes?
Se ve atractivo el condenado, como siempre.
- ¿Babeas? -su voz me saca de mi minuciosa observación.
- ¿Perdón?
Toma asiento a un lado de mí, quedando muy de cerca.
-Es que como te vi embobada mirándome, creí haber visto un rastro de baba saliendo de tu boca -dice divertido.
Iba a golpearlo en el hombro, pero el sujeta mi mano con anticipación dejando mi rostro a centímetros de su cara.
- ¿Qué ibas a hacer? -dice reparando a detalle mi cara.
-Nada -respondo en un susurro.
-Mientes fatal, cuore, ya te lo había dicho -acaricia mi labio inferior- Repetiré la misma pregunta que te hice por teléfono, pero esta vez quiero ver la respuesta de tus labios -siento como me debilita con su tacto -¿Me extrañaste? -pregunta, pero no le respondo, por lo que comienza a rozar sus labios con los míos, aumentando la tortura, pero no me da lo que quiero- No oigo, cuore ¿me extrañaste? -esboza esa estúpida sonrisa que me tiene mal desde hace semanas.
-Joder sí, sí te extrañe ¿tengo que besarte yo a ti o qué? ¿vas a seguir con este estúpido jueguito? -espeto perdiendo la poca dignidad que me queda.
Emite una risa ronca, se quita las gafas, hasta que por fin me besa.
Padre nuestro que estas en los cielos no me lleves antes de tiempo.
Sus labios reclaman los míos con firmeza, el beso es profundo, largo y exquisitamente delicioso. Nuestros alientos se entremezclan y siento que me estoy quedando sin aire, pero no me detengo. Presiento que voy a terminar con los labios inflamados, pero ya que.
Se separa de mí juntando nuestras frentes, y al fin puedo ver esos orbes que me hacen perder la cordura.
-Che cosa mi stai facendo, cuore? -pregunta sobre mis labios.
Suspiro -Lo mismo me pregunto yo, estrellita británica -con eso sonríe y toma un poco de distancia.
-Te pido perdón por no haberte llamado antes, la discográfica se puso a mortificarme con un par de asuntos con respecto al nuevo disco, pero ya llegué a un acuerdo con ellos -cruza sus manos sobre la mesa.
-Me alegro ¿para cuándo estaré escuchando ese disco? -pregunto en complicidad.
-Ah, ¿ahora sí te interesa? -pregunta asombrado.
Tomo aire, le he confesado cosas peores ¿por qué no?
-Sí, me gusta tu música, Ian -sonríe con egolatría- Pero vistes por eso no te digo nada, idiota -tapa esa sonrisa.
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Sobreviviendo al pasado
Teen FictionElizabeth Evans, una talentosa diseñadora gráfica lleva 3 años rehaciendo su vida en la capital italiana, después de haber pasado por un momento muy doloroso en su vida. Su primer amor fue arrancado de sus brazos sin ella poder imaginárselo. Han pas...