El pequeño Seungmin acomodó sus lapiceros sobre su mesa, jugando nervioso con sus manitas mientras observaba la puerta de su salón. Eran las ocho cincuenta y nueve y no podía esperar el momento en el que por aquella puerta entrara el niño que hacía que su estómago se sintiera gracioso.
Los únicos dos niños -aparte de él- que habían en el aula jugaban entretenidos con aviones y bolas de papel, teniendo demasiada energía para el gusto de Seungmin, quien continúo acomodando sus lapiceros a pesar de que ya lo había hecho tres veces antes.
Sobre su cabeza cayó un avioncillo, y habría estado a punto de reclamar sino fuera porque el reloj marcó las nueve, y tan puntual como siempre, Hwang Hyunjin entró por la puerta, masticando una barra de chocolate.
Las mejillas de Kim se tornaron rojas, lanzando lejos el avión que le había molestado antes, sin importarle la queja que uno de los niños soltó -sospechaba que era el niño gritón con mejillas regordetas llamado Jisung-; su estómago hizo cosas graciosas, sentía como si una manada de elefantes estuviese en plena estampida, sus manitas sudaron, soltando los lapiceros para esconderse bajo sus mangas con timidez, y sus pies juguetearon entre ellos balanceándose levemente.
Veía al niño todos los días, y aún continuaba poniéndose nervioso cada que este llegaba y se sentaba a su lado. En especial después del día anterior.
"Me gustas, Seungminnie". Recordó lo dicho por mayor mientras regresaban a sus casas después del colegio. Había sido tan repentino que sus piernitas dejaron de moverse y quedó estático a mitad de la acera, sino fuera porque Hyunjin lo llamó se habría quedado ahí por horas.
El solo recuerdo causó que sus mejillas ardieran en vergüenza en cuento Hyunjin le miró con una sonrisa.
—Buen día, Minnie. —le saludó como todos los días, tomando más de su barra de chocolate en su boca.
—Ho-hola. —murmuró, mirando sus propias manos -o lo que se veía de ellas.
—¿Hiciste la tarea de mate? Yo solo hice la mitad, no logré comprender nada después del ejercicio seis. —se quejó, sacando su pesado libro de matemática para abrirlo en las hojas que tenían de tarea— Si no fuera porque Jisung hizo que ayer me sacaran del salón la habría hecho completa, ¿no crees? Soy bastante inteligente, unos tontos problemas razonados no van a detenerme.
—Uh-hum.
—¿Pasa algo? —le preguntó preocupado, notando el color en las mejillas del contrario— Te ves rojito, ¡qué tierno!
—Hyunnie...
—¿Síp?
—También me... g-gustas. —las palabras salieron de sus labios en un tono casi inaudible, Hyunjin fue capaz de escucharlo únicamente porque estaba muy cerca de él.
—¡Minnie, eso ya lo sé! —se rio, tomando las manos del menor entre las suyas— Me lo dijiste ayer, ¿creíste que no te escuché? No fuiste lo suficientemente rápido al correr, así que logre escucharte. —el menor se avergonzó por aquello; era cierto que había salido huyendo de Hyunjin— Eso significa que eres mi novio.
—¿E-en serio?
—Síp, mi mamá dijo que cuando dos personas se gustan se vuelven novios, entonces como tú me gustas y yo te gusto, somos novios. —explicó, a lo que Seungmin asintió comprendiendo.
—Eso tiene sentido. —Seungmin sonrió, mostrando sus dientitos, siendo feliz ante la idea de Hyunjin y él siendo novios.
—Entonces, ¿te puedo dar un besito? —la pregunta salió inocentemente, el menor se asombró por la petición, recordando que sus padres le habían dicho que los besos de daban a las personas que querías, y él quería a Hyunjin.
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kiss later
Fanfiction❛ 𝗵𝘆𝘂𝗻𝗺𝗶𝗻 | puedes abrazarme ahora, el beso vendrá después ©𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴𝗷𝗶𝗻𝗶𝘀, 𝟮𝟬𝟮𝟬 no se permiten adaptaciones