CAPÍTULO 85

30 1 0
                                    

-Idiota- Recriminó Dinah al ver que el número diecisiete del equipo local había lastimado a su hermanito.

-Deja la sobreprotección, Dinah. Él es todo un hombre y se puede cuidar solo-. Espetó Lauren con cara de Poker mientras mantenía cruzada de brazos.

En el tiempo restante del primer tiempo no volvió a pasar gran cosa.

-Esto va tan bien que da miedo-. Admití celebrando el sexto gol.

-Sinceramente ya me está dando pesar de Brasil-. Opinó Dinah pero sin dejar una sonrisa ansiosa atrás.

-Olvídese de eso señorita Dinah. Brasil cometió muchos desmanes con anterioridad y también compraron los partidos a su favor. El equipo que debería estar aquí se llama Colombia; quizá hubiera sido un partido un poco más decente si hubieran jugado contra ellos y no contra esta banda de bufones. Se lo merecen.

-¿Qué no estabas a favor de Brasil, Harry?- Cuestionó Lauren mirándolo desde su asiento.

-Así es, pero me di cuenta de lo que son. ¿Sabes qué, Taylor? Tome sus quinientos dólares. Y doscientos para ti, Lauren-. Sacó su billetera y nos repartió a cada una las cantidades mencionadas. Las tres habíamos quedado con cara de que era un tipo loco y Lauren empezó a reír aterrada.

-¿Qué hay de Dinah? ¿A caso su belleza no cuenta?- Inquirió Lauren a lo que el Inglés río y desenfundó sien dólares.

-Para la dama más hermosa presente-. Espetó con carisma y una amplia sonrisa. Dinah solo se volvió hacia mí y me hizo muecas en silencio de que la había derretido. No por el dinero sino por el cumplido, claro está. Yo le respondí con entusiasmo y los pulgares en alto.

Tiempo después vino el séptimo gol y ninguno cabía ya de la alegria, pues era más que obvio que ya nos íbamos a la final; después de todo no había perdido la venida a Brasil por segunda vez. Ni en un millón de años Brasil nos podía comparar en goles en lo que quedaba del partido.

Todos reímos al ver que en el último minuto se había anotado el primer gol de Brasil.

-¡Increíble!- Reí sin poderlo creer.

-Vaya Vaya-. Musitó mi hermana y agregó: -Al fin uno que hace algo por su país.

En poco el árbitro sonó el silbato que daba la indicación de la finalización del partido. Todos los chicos del equipo se abrazaron celebrando y nosotros nos abrazamos también; había sido un triunfo inesperado puesto que esperaba un buen resultado pero nunca nadie creyó que esto fuera a ser posible. Este partido sin duda había pasado a la historia.

Pedimos pasar al camerino pero solo nos dejaron seguir a Dinah y a mí, así que dejé que Lauren evacuara del estadio junto con Harry.

Dinah tan pronto vio a Thomas se le abalanzó orgullosa felicitándolo por su buen desempeño, mientra yo observaba su dulce acto; pero cuando yo vi a Derek salté hacia él abrazando sus caderas con mis piernas y sus hombros con mis brazos. Él dispuesto me recibió y dio un par de vueltas conmigo en esa posición, manteniéndome completamente pegada a él.

-¡Eso fue más que fenomenal Derek! ¡No me cabe dudas de que eres el mejor del mundo!- Él soltó una tierna carcajada y me depositó con delicadeza en el suelo nuevamente.

-En realidad le tienes que agradecer a mis compañeros. Yo solo hice una pequeña parte a comparación de ellos-.

-Pero esta sin duda ha sido una de tus mejores actuaciones en el mundial- Proclamé moviendo los brazos en señal de que había sido un gran triunfo, y él me profirió un beso en la frente.

Cuando analicé el lugar para localizar nuevamente a Dinah me di cuenta de que tanto ella como su hermano nos estaban observando con confidencialidad y con una sonrisa juguetona.

-Taylor, hasta ahora no habías tenido la oportunidad de conocer a mi talentoso hermanito menor-. Dijo Dinah cuando se había acercado junto con Thomas.

-Mucho gusto, Thomas Müller- Saludó con carisma el rubio extendiendo su mano hacia mí y yo la estreché.

-Hola Thomas, cómo no conocerte. Aparte de que te veo jugar todo el tiempo Dinah no para de hablar sobre ti. Soy Taylor Samuelsen.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora