Capítulo Cuatro:

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—¿Y si nos encuentran? —veo preocupación en su mirada.

—Llevas un arma contigo, puedes defenderte —respondo con aburrimiento, tomó asiento lejos de April.

—¿Cuánto tiempo estaremos aquí? —murmuro con voz tremulante, los escucho luchar allá fuera los experimentos, son muchos y me parece algo tan estúpido.

Están teniendo una lucha por quién se queda con la hembra, es algo tan necesitado para ellos reproducirse otra vez; del techo del metro caen unas que otras partes de escombros.

—No lo sé, creo que están en su temporada de apareamiento—me acomodo mejor en el asiento.

—¿Qué? —volteo a verla—. ¿Esto es una broma tuya, cierto? —se levanta de su lugar, para luego sentarse a mi lado—; ¿Esas cosas se reproducen? —exclama sorprendida.

—¡Si! —murmuro.

—¿O sea, que esas cosas tienen más vida sexual que yo? —susurra con asombro, me levanto del asiento.

—Iré a explorar el tren, tú quédate aquí —anuncio, para luego alejarme de ella sin darle tiempo a responder.

Camino con tranquilidad por los vagones del tren sin ningún apuro, aún puedo escuchar la lucha de los experimentos, pienso que han pasado más de dos horas desde que estamos aquí en el tren; estoy a punto de devolverme por el mismo camino cuando dirijo mi mirada hacia un asiento, en donde reposa una mochila negra.

Me acerco con curiosidad hacia el asiento, tomó la mochila y la abro, esta se encuentra llena de diferentes enlatados; ¿alguien más estuvo en este lugar?, ¿qué sucedió con esa persona?, Me alejo del asiento para volver a analizar el lugar.

Una persona estuvo refugiándose en este sitio, hay diversos tipos de telas esparcidos por el suelo; pero tengo una duda, algo tuvo que pasarle a esa persona en este lugar, para que tuviera que dejar esta mochila llena de alimentos enlatados.

Tomó la mochila sin perder más tiempo, para dar media vuelta y comenzar a caminar hasta el vagón en dónde está April; al llegar al vagón encuentro a April mirando hacia un punto fuera del vagón, mientras que ella permanece escondida, al verme me hace señas hacia el sitio donde mantiene su mirada.

Dirijo mi mirada hacia ese punto donde no llega los últimos rayos del sol, de la oscuridad comienza a salir una criatura, su tamaño es anormal, camina en cuatro patas, todo su cuerpo está cubierto por escamas negras, tiene unas fuertes y grandes garras; olfatea el aire, por lo visto este es otro experimento ciego, que suele guiarse por el olfato y su oído; su audición es como la de los murciélagos.

April observa al experimento con temor; lo que me faltaba era otro experimento, esta chica es un imán para atraerlo, comienzo a caminar con mucho sigilo hacia la cabina, April me observa con una mirada calculadora, no quita su mirada en mí, a cada paso que doy hacia la cabina.

Necesito ir a fuera y acabarlo, antes de que llamé al resto de experimentos como él; llegó hasta la cabina bajo la atenta mirada de April, abro la puerta del vagón, está al abrirse, produce un fuerte ruido alertando al experimento quien gira su cabeza bruscamente hacia la dirección del vagón abriéndose.

Cuando la puerta está abierta completamente, vuelvo a pulsar de nuevo para que esta se cierre, comienzo a caminar con aburrimiento hasta la puerta, April se levanta de su escondite y me observa con horror, antes de que se cierre la puerta doy el último paso fuera del vagón.

—¡Estás demente! —grita April, la ignoro estoy cara a cara con esa criatura.

Abre su hocico enseñándome todos sus colmillos, me gruñe con furia, sabe lo que soy y eso lo enfurece; caminó a su alrededor con despreocupación, mueve su cabeza al mismo ritmo que yo, quiero divertirme un rato jugaré con mi presa hasta que me cansé de ella, para luego asesinarlo.

Exterminio: El Comienzo (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora