Teenage Dream{#UCW2}||Sebastian Smythe

7.Un Nuevo Desafío

Se giró con el ceño fruncido encontrándose a un muchacho de ojos celestes y cabello rubio oscuro.

---La pregunta sería ¿Quién rayos eres tú?--lo miró molesta--

---Nuevo capitán, ¿quién eres y que haces en mi sala de ensayos?

Los muchachos lo miraron, no sabía lo que le esperaba.

---Capitana recién llegada, mejor dicho de regreso--arqueo una ceja--Cierto--sacó la carta del saco--Esto es para ti

Sonrió feliz, aquella era la Lily que conocía y extrañaba. Le entregó la carta con autosuficiencia.

---Buena idea ¿No crees?--arqueo una ceja--Te faltaban un capitana--musitó mirando sonriente a Sebastian--

---Lilianne Lexington--susurró terminando de leer la hoja--

---Creo que cinco triunfos nacionales es más que uno--atacó--

Sonrió cínicamente.

---Supongo que nada puedo hacer, señorita Lexington--Frunció el entrecejo--Aunque claro un honor presidencial val...

---Unos honores presidenciales, felicitaciones de la reina y una presentación especial--interrumpió--Vale más, a mi parecer

Rió levemente, luego le sonrió, la actitud de aquella chica le interesaba.

***

---Aún no me explicas como lograste volver, Lily

Contempló aquellos ojos verdes, los extrañaba tanto.

---Bueno--bajó la mirada--

Sus miradas volvieron a conectarse, en un acto de nerviosismo tomó un largo sorbo de su café.

---Lilianne--alargó su nombre--

Dejó su café a un lado suspirando.

~

Escuchó aquel suspiro, le pareció increíble que extrañara incluso aquello.

---Me escapé

---¿Quién lo diría?--rió de forma burlona--La recatada y mejor alumna de Walworth Academy se escapó como una chica de una escuela pública ¿La idea fue tuya?--preguntó curioso al terminar sus risas--

---Katherine me ayudó--respondió sonrojada--Pero tenía buenos motivos--susurró--

Entrelazó su mano con la de ella. Levantó la mirada encontrándose con una que le transmitía comprensión y calidez.

---Y me alegra que lo hicieras, sinceramente--admitió--

---Igual yo, Sebastian

Sonrió tontamente, parecería imposible que el gran Sebastian Smythe extrañara la forma de como alguien dijera su nombre.

Pero lograba causar esas sensaciones en él.