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Nos detuvimos mi equipo y yo para descansar un momento, habíamos caminado por más de nueve horas y Karin se estaba poniendo irritable.
—Sasuke, ¿Podemos parar ya?— Habló la peliroja con las rodillas juntas, su espalda encorvada y sus lentes desalineados.
—Pensé que serias más eficiente, Karin— Detuve mi paso y miré con el rabo del ojo a la mujer de ojos rojos —Descansaremos aquí.
Karin dejó caer sus rodillas al suelo y junto con ella su cuerpo en una respiración agitada, Jugo se sentó encima de una roca limpiando su frente a causa del sudor, Suigetsu clavó su enorme espada en la tierra y se recargó con sus brazos en ella.
—Entonces ya es Marzo ¿Eh?— Dijo Suigetsu sorbiendo agua de su pajilla y mirando un frondoso árbol.
—Serás idiota Suigetsu, por supuesto que ya es marzo ¿No lo sabías?— Renegó Karin desde el suelo ejecutando con la mirada al hombre que se hacía agua.
—La verdad no, yo me dejó guiar por la naturaleza— Suigetsu apuntó con su dedo índice y todos desviamos la mirada hacia donde indicaba —Ese árbol floreciendo indica que es marzo.
Sin poder evitarlo Sakura llegó a mi mente, un gran árbol de flor de cerezo estaba a unos cuantos metros y todos aquellos hermosos recuerdos pasaron por mi mente.
Una sonrisa quiso escaparse pero no lo permití, mi propósito era vengar a mi clan y matar a mi hermano, no podía distraerme con tontos recuerdos y dejar a un lado is verdaderas intenciones.
—Ya fue suficiente, vámonos— Mi tono de voz se podía escuchar con molestia y seguí con mi andar sin esperar alguna objeción.
—Pe... Pero Sasuke, acabamos de...
—Si quieres puedes quedarte aquí Karin, sirve que dejas de ser un estorbo— Interrumpí las palabras de la peliroja sin detenerme a lo que sólo recibí un puchero en respuesta.
Caminamos por largo rato y kilómetros más adelante pude ver las puertas de Konoha, una vez más Sakura llegó a mis pensamientos, desde que el idiota de Suigetsu mencionó la existencia de aquel árbol no se había salido de mi cabeza y retumbaba en mi cerebro continuamente.
El sol estaba cayendo y la luna comenzaba a alumbrar el suelo que se ocultaba bajo los árboles, todavía no llegábamos a nuestro destino y la idea de que siguiéramos de noche me parecía arriesgada, necesitábamos buscar un refugio para dormir.
—Aquí pasaremos la noche— Me detuve en seco y mi equipo hizo lo mismo.
—¡¿Aquí?! Podemos llegar a una posada por lo menos ¿No?— Replicó de nuevo Karin que se quedó muda al clavar mis ojos asesinos en ella.
—Estamos muy cerca de Konoha, Sasuke— Habló Jugo acercándose a mí y mis ojos no se despegaban de las puertas de la aldea.
—No será problema, pasaremos la noche aquí y mañana partiremos al salir el sol.
—¿No será que recordaste a alguien y por eso decidiste detenerte aquí?— Preguntó Suigetsu en tono burlon y mi mirada lo fulminó —¡Vaya! Di en el clavo.
—Tu también eres irritable, ahora vuelvo— Estuve a punto de dar un salto al árbol más cercano cuando Karin me detuvo tomándome del brazo.
—¿A dónde vas Sasuke?.
—No te incumbe— Me solté del agarre de Karin y subí hasta el árbol para perderme entre las ramas.
Mi equipo de quedó murmurando respecto a dónde iría pero la verdad era que no me importaba lo que pensaran, ese maldito árbol me había recordado lo que por años intenté olvidar y la necesidad de ver a la pelirosa se hacía cada vez más grande.