Tú serás el único

13 2 1
                                    


Las risas se escuchan cada vez más cerca. Aquellas risas que son alegres y, sin embargo, tan solo producen escalofríos a todo aquel que las escucha. Y eso que apenas quedan unos minutos para el amanecer.

Isabel se pega más a su primo, que no duda en pasarle un brazo por los hombros, tratando de reconfortarla pese a saber que no servirá de nada.

—¿Cómo hemos llegado a esto? —Se lamenta por quién sabe qué vez aquella noche en un susurro tan leve que, de no ser por su cercanía, se habría perdido entre el polvo del lugar.

—No lo sé —responde Caleb en el mismo tono, apretando su cuerpo contra el suyo un poco más—. No lo sé...

Y, sin embargo, sí sabe el momento en que todo comenzó a ir mal. O, para ser preciso, los dos momentos: el invitarlos a aquella urbanización, y el conocer a Marco. El puñetero, oscuro y misterioso Marco. Claro que, por supuesto, no dirá eso en voz alta, o no estando su prima con él. Ya tienen bastante con quedarse allí sin que los noten, añadir otra carga sería contraproducente.

Pero, al cerrar los ojos, no puede evitar pasar las escenas de esos momentos tras los párpado como si fueran un carrusel asfixiantemente lento, notando cómo se le encoje el estómago de rabia y las lágrimas le escuecen pujando por salir.

Puede ver sin problemas cómo Carla había llegado en aquel todoterreno gris con su nuevo novio y, por alguna razón, también con su familia. Puede ver cómo, al lunes siguiente, Marco era presentado como su nuevo compañero de clase. Aquellas dos primeras semanas de otoño fueron perfectas, casi idílicas, y aquel chico casi había llegado a convertirse en su mejor amigo o algo más...

Pero, entonces, la gente comenzó a irse.

Primero fueron los más ancianos, diciendo que querían pasar los meses más fríos con sus familias en la ciudad, al igual que la viuda Patrice y su hijo. Tal vez fueron quienes tuvieron más suerte. Luego, fue Carla la que no fue a clase un día, ni ninguno de los que restaban de aquel curso. Llegado un momento, quienes se iban ni se molestaban en despedirse o dar una razón para ello.

Isabel había sufrido mucho cuando dos de sus amigas, de la nada, dejaron de dar señales de vida; y a Caleb comenzó a molestarle la aparente apatía de Marco hacia el nerviosismo generalizado que se había comenzado a extender entre los vecinos.

Echando la cabeza hacia atrás, aspira una gran bocanada de aire contaminado por el agua estancada para tratar de calmarse. Isabel tiembla un poco ante una nueva risa, esta un poco más cercana que las demás. Caleb observa su cabeza apretada contra su pecho, que es lo único que puede ver de ella, con el pelo negro tan despeinado que podría pasar por una pelusa grande. Ella había sido la primera en pensar que algo no iba bien, y justo por eso él quería que, de poder salvarse alguno de los dos, esa persona fuera Isabel. ¿Cuándo había sido aquello?

Las primeras veces que Marco fue con ellos, Isabel se mostraba sociable... Si, tal vez había sido tras el cumpleaños de Carla, cuando su clase decidió hacerle un pequeño homenaje ya que no estaría con ellos.

"Creo que es raro, ¿no te parece? " Le había dicho, apuntando con la barbilla a su amigo. "Es cierto que no la conocía demasiado, aunque fuera su novia, pero sus padres han dicho que está enferma y él... Bueno, él habla como si no fuera a volver. Como si estuviera muerta".

—Caleb —susurra de nuevo Isabel, sacándole de sus ensoñaciones—. Creo que ya tenemos que movernos.

Por toda respuesta, él se incorpora con sumo cuidado, seguido de su prima. A oscuras, con la única guía de la luna menguante casi desaparecida que brilla a través de las tablas del almacén, los dos primos desandan la ruta sobre los restos de goma espuma que habían esparcido al entrar y, una vez fuera, se dirigen hacia el cobertizo del estanque. Allí el aire está mucho más viciado por los efluvios de la laguna, pero eso también es parte de su escondite.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 28, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tú serás el únicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora