Capítulo 5 Explicar

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Andrea

Hace unos minutos estaba segura de que no me importa morir y lo sigo estando, la diferencia ahora es que él me pone insegura, nadie puede ser tan amable de la nada. No debo de demostrarle temor o podría aprovecharse de eso en cualquier momento, realmente no me importa que me maté lo que me importa es que alguien me vea destrozada y que lo disfrute, tal y como lo hacia Patricio. No, Patricio es la basura más grande que existe en este mundo, el loquito este no puede ser tan malo.

No quiero volver a sentir ese temor. El tipo frente a mi puede parecer intimidable a simple vista, pero no me aterra, me esta esclavizando a servirle de la forma que se le antoje y no me da miedo, no creo que me puedan dañar más. No hay nada que perder.

Tal vez hacer lo que sea que Señor Mafia me pida ayude a que sea más fría conmigo misma, a que de verdad deje de sentir, sé que no siento igual pero, también sé que cada vez cambio más. Debo dejar de sentir, debo dejar de querer, no hacer amigos, no debe importarme cuando muera, si vivo o no, si soy feliz o no, debo de hacer que todo me empiece a valer. Debo hacerme amiga del sufrimiento. A tus amigos tenlos cerca, pero a tus enemigos más.

Termino de bañarme y me seco con una toalla blanca que deje colgando cerca de la regadera, debo decir que el baño y lo que he visto de mi habitación es impresionante, todo se ve tan moderno y elegante, la verdad me gusta. Me pongo mi ropa interior y una pijama de pantalón y manga larga, es cómoda y note que a pesar de esto parecer ser cercano a una playa mayormente su clima es frio, así que la pijama me cubrirá bien.

Salgo del cuarto de baño y me dirijo a la sala donde me encuentro con Don Mafia sentado viendo el televisor, wow, esa pantalla debe valer demasiado. El lugar en general. Está habitación es gigantesca y hermosa.

—Wow —está más que claro lo impresionada que estoy con el lugar. El lugar es muy grande y hermoso, avanzo por la habitación y me dirijo a la terraza, precioso; puedo ver el hermoso mar, este lugar no esta para nada mal.

—¿Te gusta la vista? —habla Bryan a mis espaldas.

—Es muy hermosa.

—Que bueno que te guste.

Es muy bueno para ser real.

—¿Así eres con todas tus compras? ¿Los llevas a habitaciones hermosamente lujosas y te quedas con ellos?

—No.

—¿Y entonces yo que soy?

—Una de las pocas excepciones que hago. —Sigo sin mirarlo, siento como avanza unos cuantos pasos y ahora se encuentra a un metro junto a mi.

—Me siento alagada, Señor Mafia.

—Deberías, mocosa.

—Mafioso.

—Podría castigarte por eso.

—La tortura no es algo nuevo para mi, aparte si quisieras matarme estoy segura de que lo hubieras hecho hace mucho.

—Estás muy confiada.

—Yo lo llamaría ignorar o deshacerse del temor.

—¿No me tienes miedo?

No lo sé.

—¿Debería? —Me giro y quedo frente a él, Bryan ya se había girado a verme así que fue fácil verlo. Sigo sin tener muy claro que será de mi pero, no puede ser nada bueno.

—Tengo más que una pistola en el pantalón, te tome como pago los estúpidos actos de Patricio, soy el ser más peligroso en este lugar. Tú dime, ¿tendrías que sentirte intimidada?

—Probablemente, debería —Bryan sonríe victorioso—. Pero no me siento así. Yo también podría matarte si quisiera, aparte no me haz hecho mucho daño como para que sienta temor de ti.

—¿Es un reto acaso? —en un rápido movimiento toma su pistola y apunta hacia mi frente, yo me no pierdo mi postura y me mantengo firme y tranquila con mirada de indiferencia.

—La verdad no me importa que hayas dañado o que dañes a más gente, yo sigo viva y eso es lo que cuenta, he sobrevivido mil mierdas y no sé en cuantas más vaya a estar. Si quieres disparar hazlo —Bryan se queda sorprendido y sigo sin mostrar expresión alguna—. El que debería tener miedo es otro. No tengo nada mejor que hacer ahora, así que dígame, Señor Mafia, ¿Cómo lo puedo ayud—?

Mis palabras quedan en el aire, solo escuche el sonido de como dio dos disparos en el aire, bajo el arma y sentí un contacto extraño con mis labios. Un beso. Apenas un toque, fue rápido y corto. No hago nada, no respondo, no lo aparto, ¿esto es lo que él quiere? Él se separa y lo miro con duda, fue un beso rápido y parecía no tener intensiones de querer violarme.+ ¿Qué es lo que quiere? No me ha dicho nada sobre mi trabajo, tengo dudas.

—¿Me explicas?

—Ya lo he decidido.

—¿Qué cosa?

—Ya te lo había dicho, te quedarás aquí.

—¿Qué?

—No podrás salir de este hotel, Andrea.

—¿Qué? —No tengo problema de momento pero, ¿Por qué?

—No puedes salir de este hotel, puedes salir de la habitación, pero no del lugar, no a menos que yo te de permiso, ¿de acuerdo? Y en todo caso de que quieras salir lo harás siempre acompañada.

—¿Qué ganas tú con eso?

—Eso es asunto mío. —Luego de dar ese último anuncio Bryan se va de la habitación y quedo algo confundida. Más de lo que ya estaba.

¿Qué es lo que quiere?

Regreso mi vista al mar y dirijo mi vista hacia abajo y veo una gigantesca alberca con mucha gente. Mi vista esta en un lugar mientras mis pensamientos están en muchos.

No tengo idea de que quiera este tipo, pero si puedo quedarme aquí y gozar de la gran vida, no tengo problema si ese es mi único trabajo. Si muero mañana no tendría problema, hoy será el único día en el que no me preocuparé por morir, ni trabajar, ni estudiar, ni huir, nada, solo yo.


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