Capítulo 18

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Hoy es la primera vez, desde que Alex nació, que Castle se marcha de la ciudad unos días por trabajo y se separa de él y de Kate. Está algo desanimado, ya que esperaba empezar con los viajes cuando Alex fuera un poco más grande.

Va de un lado para otro de la habitación, cogiendo lo que al momento se acuerda que necesita. Siempre ha sido un desastre para preparar su equipaje y con frecuencia le pregunta a Kate que dónde está alguna cosa.

 A veces se para delante de la maleta y repasar mentalmente si lleva todo o le falta algo.

-Ya estoy- dice saliendo de la habitación cargado con la maleta.

-¿Seguro? ¿No te dejas nada?

-Completamente seguro.

-Bien, vamos. Tu vuelo sale en una hora- coge a Alex en brazos y salen.

Se marchan en su propio coche. En el trayecto de ida al aeropuerto pierden más tiempo del planeado debido al tráfico, pero aún así, cuando llegan todavía quedan unos minutos hasta la hora de embarque y deciden sentarse a tomar un café.

-Castle, deja de preocuparte.

-No puedo evitarlo. Con Alexis estaba igual. Los primeros años son muy importantes, todo lo que hace es nuevo y no quiero perderme nada.

 -No va a pasar nada.

-Eso no lo sabes. Alex ya gatea y en cualquier momento puede dar sus primeros pasos, ¿y si los da mientras yo estoy fuera?

-No creo, pero si es así lo grabaré y después lo verás.

-No será lo mismo.

-Pero será mejor que nada, ¿no crees?

“Pasajeros para el vuelo 147 con destino Boston, embarquen por la puerta D”

 -Ese es el mío- dice Castle, levantándose y dejando un billete sobre la mesa.

El escritor se abraza fuertemente a su musa intentando alargar el momento de la despedida. Cuando deshace el abrazo junta su frente con la de ella.

-Os voy a echar de menos.

 -Y nosotros a ti.

Se besan. El beso se prolonga hasta que un nuevo aviso del vuelo le recuerda a Castle que se tiene que ir. Coge a Alex de los brazos de Kate.

-Papá se va unos días, así que durante ese tiempo tú serás el hombre de la casa y quiero que te portes bien, ¿vale? Te quiero, hijo- deja un beso en su frente.

-Os quiero- deja otro beso en la frente de Kate. –Te aviso en cuanto llegue.

Nada más verle desaparecer por la puerta de embarque, Alex comienza a llorar. Beckett lo sujeta más contra su pecho y le susurra al oído para calmarlo, pero sin resultado. Lo acerca al gran ventanal para enseñarle los aviones y señalarle en cual va su papá, pero nada.

Al salir del aeropuerto, Beckett pone rumbo hacia la casa de su padre. Quizás ver a su abuelo tranquilice a Alex y, además, ahora ella no quiere estar sola en el loft.

Justo como pensaba, Alex se convierte en el niño risueño que suele ser cuando ve a su abuelo y ríe sin parar con las carantoñas que este le hace. Jim les invita a quedarse a comer y Kate acepta encantada.

Al terminar la comida, los dos adultos se sientan en el sofá para tomar un café.

-Katie, quiero darte algo- le entrega lo que a simple vista parece ser un libro. –Es tu álbum. Tu madre y yo lo comenzamos cuando naciste y está lleno de momentos de cuando eras pequeña. Quiero que lo tengas.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora