Entre corazones, juegos y amores [One-shots - Yu-Gi-Oh! Duel Monsters]

Un duelo oscuro

⚠️ Advertencia ⚠️: Si son sensibles, está historia no es para ustedes. Lenguaje inapropiado, contenido sexual explícito, rapefic. Por si acaso, pongo una fuerte advertencia.

Akemi había logrado vencer a Kytzia limpiamente en su duelo. Tras toda la locura en el mundo virtual de Noah y de que finalmente pudiesen llegar a Alcatraz, el destino dictaminó que su siguiente rival sería Marik... O más bien, Yami Marik.

—Vaya, qué genial —comentó sin entusiasmo—. Me toca enfrentarme con el caras locas.

—Ten cuidado, Akemi —advirtió el faraón—. Ahora que Amunet se ha encerrado en las profundidades de la Diadema del Milenio para contener a la criatura oscura que fue sellada allí y trató de escapar, tendrás que librar este duelo sola.

—No te preocupes, yo puedo con él —afirmó Akemi con seguridad.

—¡Eso es, amiga! ¡Demuéstrale a ese despeinado quién manda aquí! —animó Joey al momento en el que ambos contrincantes tomaron sus posiciones en la plataforma de duelos.

—Deberías sentirte honrada de enfrentarte a mí y a mis poderosas criaturas, niñata —soltó Yami Marik de manera arrogante.

—Me siento honrada de poder darte una paliza, pelos de alcachofa —dijo Akemi, sacando sus cinco cartas.

—¡Hora del duelo! —gritaron al unísono.

Como los amigos de la joven diseñadora temían, Yami Marik utilizó su Cetro del Milenio para convocar a un Juego de las Sombras.

—No me asustan tus pequeños trucos, Marik —aseguró la chica—. Y dime, ¿cuál es la regla de este Juego de las Sombras?

—Qué bueno que lo preguntes —replicó Yami Marik con una sonrisa malévola—. Verás; cada vez que un monstruo sea destruido, su dueño sufrirá el daño en carne propia.

—Me parece que no eres tan buen duelista, por eso usas tus trucos sucios para debilitar a tus oponentes.

—¡¿Cómo te atreves a cuestionar mis habilidades?!

—Espero que no te molestes cuando tus trucos no funcionen conmigo. ¡Es mi turno! —Sacó una carta y la puso en su disco de duelo—. Invoco a mi Caballero de Succubus en modo de ataque —La mujer de seis brazos con cuernos en la cabeza y 1650 puntos de ataque apareció en el campo—. Luego, tiraré una segunda carta boca abajo y será todo.

—¿Se supone que esa era tu gran jugada? Mira y aprende, niña. Convocaré al Verdugo de las Pesadillas en modo de ataque —El monstruo en forma de hombre con un látigo en la mano, máscara de verdugo y 1800 puntos de ataque hizo su aparición—. Pero tranquila, no destruiré a tu Caballero con él. Tengo mejores planes. Jugaré con esta carta: Doncella de Hierro —Mandó una carta muy especial al cementerio, colocó el naipe mágico en la ranura de su disco de duelo y el sarcófago con interior repleto de filosas púas apareció en el juego, encerrando al monstruo de Akemi dentro de él—. Apuesto a que ya has adivinado lo que hace, pero te lo confirmaré. Al descartar una carta de mi mano, esta carta mágica destruye a tu criatura y de paso te quita 300 puntos de vida —El monstruo femenino fue destruido y, para regocijo de Yami Marik, la chica se dobló un poco sobre sí misma, llevándose una mano al pecho—. ¿Te duele algo, querida?

—Cállate, idiota —masculló Akemi, cerrando un ojo y torciendo un poco la boca—. Tendrás que esforzarte mucho más, porque sentí como un piquete.

—Pues no lo parece —refutó Yami Marik con retorcida diversión—. Pero si quieres más dolor, ¿ quién soy yo para negártelo? ¡Sigue siendo mi turno! Verdugo de las Pesadillas, ataca directamente sus puntos de vida.