After Forever | Taekook

𝒔𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐

La primera vez que te vi Jungkook, pude jurar que serias mi primer amor, y asi fue.

Por medio de tu mirada y melodiosa voz, llegaste a robarme el aliento, logrando tenerme a tus pies con miles de sentimientos en mi que antes no conocia.

Cuando te mire supe que eras el ser más hermoso y etéreo que pude apreciar, desde ese momento mi corazón juró estar constantemente a tu disposición , eso te lo aseguro Jeon.

Siempre me pregunté por qué a las personas -incluyendome- nos atraen los seres que están tan cerca, pero al mismo tiempo son inalcanzables ¿acaso nuestro corazón es masoquista y le gusta sufrir de desamor? Si es asi considero que es un castigo injusto.

Tantas manzanas y mi corazón decidió fijarse en ti, tan tentador que no me resistí. La mejor fruta del edén entero , ese eras tú y luego estaba yo , dispuesto a pecar.

No obstante, siempre decías que todo tiene un principio y un final, que no puedes depender de nada ni de nadie más. Aún asi, ahí ibas tú otra vez con tus suaves mejillas y grandes luceros rechazandome por milésima vez. Sin embargo no me rendí jamás.

Me propuse entrar en tu vida , o en lo que restan de ambas. Constantemente me aseguré de repetirtelo una y otra vez, hasta que finalmente me aceptaras en tu corazón de hielo.

Para nuestra sorpresa, ese no iba a ser tan solo el comienzo, pues cuando te dije que te amaría hasta el fin del mundo, nunca pensé que fuera tan pronto.

Aún recuerdo cuándo el caos se empezó a desatar.

Calles infestadas de plagas, cuerpos de seres que algún día fueron muertos en vida. Acumulación de toxinas en el organismo casi como las supuestas mariposas en el estómago, y sobretodo veneno en el oxígeno que ataca como el amor a nuestro enfermizo y necesitado corazón.

Desde ese momento supe que mi deber era protegerte, y así lo hice.

Como cuando uno de esos seres sin conciencia intentaron alejarte de mi, o el momento en que por tu obstinada valentia te sacrificaste dispuesto a distraerlos para ayudarme, cuando aún así te morias de miedo.

O quizás aquella plática después de nuestra ronda nocturna de besos, esa en la cual no podías dormir por el miedo a convertirte en uno de ellos, no recuerdo con exactitud lo que respondi, solo sé que con seguridad te prometí que eso jamás pasaria porque siempre estaré contigo para salvarte.

Fueron incontables los momentos que empezamos a pasar juntos, que sin darnos cuenta, empezábamos a desarrollar algo más en nuestros ya cansados corazones de tanto luchar por sobrevivir.

Por el momento todo era calmado hasta que en un descuido, te perdí y mi vida rápidamente careció de sentido, cuando aquel cuerpo putrefacto tuvo la osadía de morder tu suave dermis.

Enfureci y perdi la razon, pero a pesar de ello no pude evitar culparme de lo sucedido, de nuevo te tenia tan cerca pero en un segundo me dejaste.

Tu piel ya no tenia la misma suavidad de antes, tu corazón estaba más frío que de costumbre, tus ojos ya no contenían su brillo habitual y pronto tus palabras y movimientos eran incoherentes.

Ya no contenias la vida , la sonrisa y la voz que alguna vez te caracterizó. Te convertiste en uno de ellos y yo te mentí, te falle , te perdi.

Aveces me pregunto si podre haberte hecho lo suficientemente feliz.

O si tuvieras cinco minutos más de aire para respirar ¿Te quedarías a pasarlos conmigo?

Y si volviéramos a vivir y esto no volviera a pasar ¿Nos amariamos otra vez?

La derrota por fin ganó su batalla, cuando vi frente a mis ojos mi mundo caer y noté lo primitivos que podemos llegar a ser.

Caminé rumbo a ti con los brazos abiertos, sin miedo ni asco y aceptando las consecuencias.

Me detuve un momento para mirar hacia atrás y pude ver los momentos de felicidad entre tú y yo.

Ahora puedo recordar con claridad mi respuesta de aquella vez, la hipotética situación donde te transformabas y yo en un intento por sacar tu sonrisa te decia que me transformaría contigo para ir a una cena romántica donde el menú trate de carne putrefacta.

No puedo prometer nada, pero estoy seguro que los dos estamos de acuerdo.

El que tú y yo somos felices siempre que estemos uno al lado del otro.

Ahora éramos dos amantes sin vida, viviendo la vida al fin.