23. | Paparazzi.

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Capitulo 23.

—... Entonces me saqué un diez en matemáticas. —dijo la pequeña intentando ocultar su emoción mientras lamía el cono con helado de chocolate en el asiento trasero del coche.

—Charlotte...

—¿Si mami?

—¿Sabes que fecha se acerca? —estacioné el auto en el estacionamiento del super mercado.

—¡Mi cumpleaños! —reí.

—Exacto, ¿Qué quieres para tu cumpleaños?

—Uhmmm... no lo sé. Una fiesta, con globos rosas. Y un pastel de unicornio rosa. Y flores rosas y ¡Todo rosa!, Seré Mrs. Pink mamá. —volví a reír. Amaba su imaginación. Mi hija es absolutamente lo contrario a lo que yo era cuando tenía su edad.
Amaba el negro, en la adolescencia usaba pans y camisetas holgadas con sneakers blancos todo el tiempo. Aerosmith, Radiohead y Te cranberries eran mis fanfoms. En cambio ella es la personita más femenina que conozco.

—Me parece bien. Aunque ya sabes que...

—Si, sí. Buenas notas. —asentí.

—Llegamos. —anuncié. Ella se retiró el cinturón de seguridad y con él helado casi inexistente en su mano, abrió la puerta del auto al mismo tiempo que yo hasta cerrarla. —Vamos, dame la mano. —y así lo hizo. Caminamos juntas hasta la entrada del establecimiento y ella pronunció;

—Wal-mart, ahí dice Walmart.

—Así es cariño.

—¿Podemos comprar Nutella? —asentí.

Pero entonces, una oleada de cámaras y flases me cargaron y al parecer iban más dirigidos hacía Charlotte. Quién ahora se cubría los ojos con la muñeca que tenía en la otra mano. Incluso había soltado el helado. 

Por supuesto que me enojé.

Eran paparazzis haciendo preguntas que a decir verdad no logré entender. Solamente me limité a cargarla y avanzar lo más rápido que pude dentro de la tienda. Gracias al cielo, los guardias de seguridad en la entrada no les permitieron pasar.

—¿Por qué esos señores nos tomaron fotos, mami?

—No lo sé, no... no sé. —eso había sido parcialmente extraño. —mejor hagamos las compras, ¿Ya? —asintió —¿Qué te apetece para cenar, cariño? —intenté cambiar el tema.

—Uhmmm... —reí ante aquél reflejo que tenía ella cuando pensaba o memorizaba algo. —¡Ya sé, Boxty!

—¿Boxty?, ¿Qué es el Boxty?

—Papi es irlandés y... en uno de tus libros de cocina había algo que se llamaba Boxty. Es un pastel de patatas... —sonrió —Que rico...

—Bueno, intentemos el Boxty. Vamos por las... —de inmediato, mi teléfono no paró de sonar. Lo traté de ignorar, más sin embargo, éste no se detuvo. Hasta que lo tomé al finalizar el último timbre. —¿Hola?

¿Has visto las putas noticias? —Natalie...

—Justo ahora estoy en haciendo las compras, es obvio que no. ¿Por qué? —observé a Charlotte caminando en busca de los productos lácteos mientras yo tomaba uno de los carritos.

Sé que estás en Walmart haciendo las compras y estás vestida de negro. —fruncí el ceño al observar mi atuendo.

—No recuerdo haberte dicho el color de mis bragas también, ¿Cómo sabes?

Estás en todos los telediarios de internet y las revistas estarán tapizadas con las buenas nuevas mañana. Imagino que el encabezado dirá algo como, “El famoso cantante irlandés, Niall Horan, no tiene una; sino dos hijas con diferentes mujeres.”

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora