Capítulo 31: El chico de oro
El tiempo pareció congelarse durante el breve momento en el que alguien estaba subiendo las escaleras. Era como si nada fuera lo suficientemente rápido.
O puede que yo estuviera demasiado ansiosa.
Mientras esperaba comprendí que con mi buena suerte la que subiera sería el ama de llaves dispuesta a echarme de la habitación de Luke, pero yo no estaba dispuesta a irme sin pelear. O al menos hasta que Luke me echara de allí, aunque esperaba que no se diera el caso.
Entonces alguien abrió la puerta.
Luke se quedó en el umbral de su propio cuarto mirándome sorprendido por mi repentina aparición. Estaba tan asombrado por ello que dejó su maletín marrón caer al suelo.
Su pelo rubio estaba perfectamente peinado, ni un solo pelo se encontraba fuera de lugar, y su vestimenta era la propia de un hombre de negocios, llevaba un traje de color gris con una corbata que se había ido desanudando al subir por las escaleras.
A Luke le sentaba realmente bien el traje.
Me preguntaba si lo prefería más cuando se vestía tan formal o cuando usaba camiseta y vaqueros rotos.
En realidad sí que sabía cómo lo prefería, desnudo.
Me sonrojé y tuve que apartar la mirada avergonzada. Nunca me había alegrado tanto de que no pudieran leer mis pensamientos, estaría realmente mortificada si lo supiera.
Luke dio un paso inseguro hacia mí.
Era como si todavía no se pudiera creer que realmente estaba allí, delante de sus ojos. Teniendo en cuenta que se decía que era imposible escapar de Élite no se lo reprochaba.
Sus ojos azules brillaban en una mezcla extraña de emociones, desde sorpresa y alegría hasta la tristeza.
-¿Josie?- preguntó dubitativo- ¿eres tú?
Sonreí algo tímida.
-Hola Luke.
El chico comprendió que su mente no le estaba jugando una mala pasada y se apresuró a recoger su maletín y cerrar la puerta. Ante mi atenta mirada colocó en su escritorio lo que llevaba en la mano y después se giró para observarme.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo has venido?
Me mordí el labio.
-No me dejaste hablar- dije seria.
-¿Cómo?- frunció el ceño.
-Te fuiste y no me dijiste- le recriminé- no me dejaste responderte.
Él suspiró.
-No me sentía con fuerzas para decírtelo- se sentó en la cama mirando al suelo- después de todo por esa época no estábamos hablando mucho y luego... pasó lo de la habitación- sus mejillas adquirieron un tono rojo- perdona por eso por cierto.
-¿Estás diciendo que te arrepientes de...?
No me dejó terminar la pregunta.
-¡Por supuesto que no!- alzó un poco la voz- sé que estuvo mal marcharme de esa forma pero dormías tan profundamente que no quise despertarte.
-Debería de haberlo sabido, habría hecho algo.
Alzó una ceja.
-Lo hecho hecho está Josie- suspiró- ¿has escapado del internado para esto? ¿Recriminarme que no te dijera que me iba?
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Electricidad y magnetismo
Teen FictionJo lleva toda su vida siendo víctima de humillaciones en Élite. Sin embargo, su vida da un cambio de ciento ochenta grados cuando en mitad del curso la mandan a un internado en Inglaterra de donde volverá irreconocible. Un nuevo curso ha comenzado e...