Los días siguieron pasando y ahora hablábamos como nunca, estaba muy feliz.
Jamás te pregunté si a ti te gustaba alguien, no quería saber la respuesta y odiar a la pobre chica.
LXVIII
Los días siguieron pasando y ahora hablábamos como nunca, estaba muy feliz.
Jamás te pregunté si a ti te gustaba alguien, no quería saber la respuesta y odiar a la pobre chica.