Personajes: Dante y Vergil
Mencion de Eva y spardaEtiquetas: Niños, adultos, ternura, vergil siendo un buen hermano mayor
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Cuando eran niños, Dante era un bebé llorón.
O al menos eso opinaba vergil.
Siempre estaba dando vueltas a su alrededor, molestando y pidiendo jugar, y en cuanto se lo negaba, empezaban los pucheros y caritas tristes, y si no cedía, tendia a irse a donde su madre, argumentando que vergil era "un aburrido y cruel hermano mayor" que no quería pasar tiempo con él.
Lo más notable eran las reacciones de Dante a las heridas involuntarias.
A pesar de que deberían tener mejor aguante al dolor por su biología, Dante no parecía recordar eso cuando se caía o golpeaba con algo que no fuera la espada de madera.
Siempre que se tropezaba mientras jugaban y resultaba herido, las lágrimas empezaban a salir rápidamente, seguido de pequeños sollozos que el menor de los hijos de sparda intentaba ocultar.
Cuando eso sucedía, vergil corría en dirección a su hermano y acariciaba su cabeza, consolandolo, mientras limpiaba su herida con un pañuelo que siempre llevaba, diciéndole que estaría bien.
Normalmente eso bastaba para calmar a Dante, quien luego sonreirá apenado y con sus ojitos aún aguados, dando las gracias a su hermano mayor.
A Vergil siempre le pareció tierna esa reacción, aunque jamás en vida lo admitiría.
Otro ejemplo de lo sensible que era su hermanito eran los días de tormenta eléctrica.
Cada que un potente trueno retumbaba, Dante chillaria y buscaría refugio en la cama de su hermano mayor, rogando por algo de espacio mientras su delgado y pequeño cuerpo temblaba de miedo.
Vergil solía aceptar, moviéndose un poco para que el menor pudiera acostarse a su lado. A continuación que abrazaría y arrullaria hasta que se durmiera y olvidara el miedo que le provocaban los truenos.
Todas esas reacciones hacían que el mayor pensara que su hermanito no era nada más que un tierno bebé llorón.
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Cuando Vergil vio a Dante nuevamente en temen ni gru, pudo ver lo mucho que había crecido ese niño al que solía llamar bebe llorón.
No lo dijo cuando lo vio, pero la forma en que lucho contra todos esos demonios sin ninguna clase de miedo lo hizo sentir orgulloso.
Quizás todavía se dejaba llevar demasiado por sus emociones, y no era tan poderoso como podía llegar a ser, pero su "llorón hermanito " había crecido.
A pesar de eso, noto que algunas cosas no habían cambiado del todo.
Había una tristeza silenciosa en los ojos de su hermano durante su lucha, palabras atoradas en su garganta que no se atrevía a decir, tal vez por un sentimiento infantil de orgullo, un miedo silencioso a que todo acabara mal.
Ahí se dio cuenta, aunque había crecido.....Dante seguía siendo un niño, solo eso.
Ya no podía cubrir a este niño entre sus brazos y decirle que todo estaba bien, tanto por su propio orgullo como por las circunstancias de su reencuentro.
Al final del día, no tuvo más remedio que dejar a ese niño lloron atrás, para protegerlo.
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Muchos años después, Vergil se sorprendió de ver que Dante no había cambiado tanto como penso que lo haría tras tantas décadas de lucha.
Sus bromas seguían siendo tontas pero ingeniosas, su sonrisa seguía iluminando la habitación donde de encontraban, seguía teniendo ese gusto casi excesivo por la pizza y por andar sin camisa en la casa.
Dante era, en escencia, el mismo.
Por un buen tiempo, pensó que su hermanito al fin había dejado de ser ese bebé lloron que conoció cuando eran solo unos niños, pues su poder y fortaleza eran casi incomparables.
Eso, hasta que un día en el que se vieron obligados a compartir cama por un incidente, Vergil notó algo.
Era una noche de tormenta, los truenos rompían el ya de por sí escandaloso cielo nocturno con su poderoso estruendo, y no parecia estarse por detener pronto.
Vergil había preferido leer un rato antes de dormir, mientras que Dante había caído en la cama apenas pudo y ya nadie lo movió.
Nadie excepto los truenos.
De reojo, el portador de Yamato pudo apreciar como, cada que un trueno estallaba, el cuerpo de su hermano menor pegaba un suave brinco, o se paralizaba, deteniendo su respiración adormilada.
A pesar de todos esos años, Dante aún temia a los truenos.
Vergil no pensó que eso fuera posible de alguien como él, quien normalmente se mostraba inperturbable ante todo, además de convivir diariamente con dos mujeres mucho más aterradoras que los truenos.
Pero ahí estaba, asustandose sin despertar cada que uno tronaba.
Dejo su libro en la mesita de noche y se volteo en dirección al más joven.
Llevo una mano hasta los cabellos del mismo, masajeando con suavidad mientras susurraba un pequeño "ya, ya, tranquilo"
Lo cual pareció funcionar a la perfección, pues pronto los temblores y sustos desaparecieron.
Al ver esto, Vergil sonrió suavemente y procedió a intentar dormir con un pensamiento en su mente.
Puede que ya no tuviera que correr en dirección de Dante cada que este se lastimaba para sanar sus heridas, o darle el nivel de atención que exigía cuando era un niño.
Pero al fin y al cabo, él seguía siendo el bebé lloron que su hermano mayor debía cuidar.
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One shots Devil May Cry
RandomUna serie de one shots de la saga de videojuegos y el anime de devil may cry Los personajes no me pertenecen! En cada cap abra aclaraciones de si hay o no yaoi u.u estense atentos y si no les gusta el yaoi o yuri...ignoren ese cap uwu