Capítulo cinco: Entrando en razón.

2 0 0
                                    


—¿Y a ti qué te pasó?

—¡Ay, callate!

—Te ves muy mal. Tienes la cara como... Como un muerto.

Cierro con fuerza mi casillero. —¡Ryan, cierra la boca! ¿Quieres?— Digo en voz alta.

Ya estoy en la escuela, y estoy consciente de mi aspecto para que este soquete me lo venga a recordar.

No dormí en todo la noche releyendo Mi desesperada decisión de Ariana Godoy en Wattpad. La mejor novela de misterio del mundo. Y no fue solo esa la razón por la que no dormí, es que no podí. No tuve sueño en toda la noche, por eso estaba leyendo.

Hoy antes de venir a la escuela me enteré —ventajas de que la madre de tu mejor amiga esté saliendo con tu papá. Si hay ventajas después de todo. Un punto para Tori— de que Tori ha enfermado y que no podrá venir a la escuela, ganas de desayunar no tuve y de arreglarme decentemente para la escuela tampoco. Es por eso que hoy me vestí solo con un vestido de tirantes negro —sí, mi típico color— de falda holgada desde la cintura hasta los tobillos, unas sandalias del mismo color, un chaleco de jeans y me amarré el cabello en una cola completamente desordenada, y no llevo maquillaje. Fue lo primero que encontré.

Según yo no me veo decente, pero es que en realidad no me veo mal. Lo único mal en mí hoy es mi cara que... ¿Cómo la relacionó el soquete de Ryan? —porque su apodo ya no es "chico nuevo", ahora es el "soquete"— ¡Ah, si! Cara de muerto.

Como si yo no fuese ya lo suficientemente pálida, hoy amanecí con la cara más pálida de lo normal. Los ojos como que se me encogieron un poco y están rojos, bajo de ellos unas ojeras tan grandes que si te encuentras ahorita mismo en Pekín, podrías verlas fácilmente desde la distancia. Mis labios como que se apreciaron en tornarse rojos y los siento muy hinchados. En donde tengo el piercing me duele un poco, pero intentar quitármelo me duele más. Ha de ser que por no quitármelo antes de los quince minutos que dormí antes de que tuviese que levantarme no me hizo bien, ya que no acostumbro a dormir con él puesto.

No leo las cartas, la bola de cristal ni sé que es lo que pasará en un futuro, pero sé que hoy no será un buen día. Hoy desperté como quien dice, del lado opuesto de la cama, y ando de mal humor.

Si... Yo tampoco tengo ganas de reanimarte.

Gracias, porque no quiero que me reanimes.

Estoy apunto de irme a mi clase cuando...

¿Será que podrá dejar de interrumpir mis salidas?

—¡Rebecca, espera!

Me volteo a verlo de mala manera. —¿Qué?

—Tenemos clase de física juntos ahora ¿Verdad?

¡Zeus mío! ¿Cuántas clases tengo compartidas con este tipo?

Un momento, ¿cómo sabe que tengo física ahora? Con la que compartía esta clase era con Tori y ella no va a venir hoy y... Siip, ella le dijo. Claro que fue ella, mi vida ahora es un libro abierto con ella contándole mi vida a Ryan.

¿Por qué le cuenta todo de mí a él? Bueno, no todo, al parecer solo las clases que tenemos juntos los tres. Algo se tramará esa chica.

—Si tienes física con el Sr. Thompson, entonces sí.— Me encojo de hombros con indiferencia.

—¿Te puedo acompañar?

Me vuelvo a encoger de hombros con indiferencia como respuesta y empiezo a caminar. Al momento siento como él camina también junto a mí. Su mirada posándose eventualmente en mí, pero yo sigo mirando al frente.

Mi lado más dulce. [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora