Para inicios del siglo 20, gracias al surgimiento de gramófonos, la música ya se había exportado a las cuatro esquinas del planeta. Escuchar música grabada para nosotros es de lo más normal; nos divierte, nos ayuda a concentrarnos y nos consuela en momentos dolorosos. Pero a principios del 1900, como es común con las nuevas tecnologías, había varios con una opinión adversa. Este es un artículo que apareció en la revista Appleton en 1906, aunque el contenido apunta a un libro publicado en 1915. De todos modos, nos proporciona un vistazo al pensamiento conservador de esa época y nos deja pensando de lo que se ha perdido y que nunca echamos de menos, por que nunca fue parte de nuestra cultura. A continuación, está el articulo completo, traducido y localizado, incluyendo algunas notas para aclarar las referencias de esa época.
"La amenaza de la música mecánica", 1906 (>1915)
BARRIDO por todo el país con la velocidad de una moda transitoria en jerga o sombreros estilo Panamá, gritos de guerra política o novelas populares, ahora viene el dispositivo mecánico para cantarnos una canción o tocar para nosotros un piano, en sustitución de la habilidad humana, la inteligencia, y alma Solo recordando el día del patín de ruedas o la moda de las bicicletas, cuando los deportes legitimos se convirtieron en extravagancia y practicamente locura, podemos encontrar un paralelismo con la forma en que estos ingeniosos instrumentos han invadido todas las comunidades del mundo. Y si pasamos de esta comparación en mecánica pura a otra que puede reclamar justamente una proporción similar de música en su propia alma, podemos observar al gorrión inglés, que, introducido y acogido con toda inocencia, no perdió tiempo en multiplicarse a la dignidad de una plaga, a la destrucción de innumerables pájaros cantores nativos, y al arrepentimiento invariable de aquellos que no se detuvieron a pensar a tiempo.
En un asunto sobre el que siento tan profundamente, y que considero de gran alcance, estoy bastante dispuesto a ser considerado un alarmista, indudablemente influido en parte por el interés personal, así como por el daño inminente al arte musical estadounidense. Preveo un marcado deterioro en la música y el gusto musical, una interrupción en el desarrollo musical del país y una serie de otras lesiones a la música en sus manifestaciones artísticas, en virtud, o más bien por vicio, de la multiplicación de reproductores de música. Cuando agrego a esto que yo y todos los demás compositores populares somos víctimas de una infracción grave de nuestros derechos morales claros en nuestro propio trabajo, pero ofrezco una segunda razón por la cual los hechos y las condiciones deben ser claros para todos, por igual en el interés por el arte musical y el juego limpio.
No se puede negar que los propietarios e inventores han demostrado una maravillosa agresividad e ingenio al desarrollar y explotar estos dispositivos notables. Su mecanismo ha sido mejorado de manera constante y maravillosa, y han tenido un uso muy extenso. Y debe admitirse que cuando las familias carecen de tiempo o inclinación para adquirir técnicas musicales y escuchar actuaciones públicas, la mejor de estas máquinas proporciona cierta satisfacción y placer.
Pero hasta ahora, todo el curso de la música, desde su primer día hasta este, ha estado en la línea de convertirlo en la expresión de los estados del alma; en otras palabras, de verter en ella el alma. Wagner, representando el clímax de este movimiento, declaró una y otra vez: "No escribiré ni siquiera una medida de música que no sea completamente sincera".
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La Amenaza de la Música Mecánica
Non-FictionUna visión conservadora de principios del siglo 20 sobre el surgimiento de música envasada y como terminaría degradando la cultura.