-¿Y no vas a ir?
-¿Debería?
-Ya te ha invitado
-Si, antes de que nos separaramos
-Pero vuelvan a estar como antes
-Eso es imposible
Él es David, es de esos flacuchos con lentes y ropa ancha, adaptado a la moda rapera. Era el único amigo que me quedaba y no era muy divertido hablar mucho con él, pero se preocupaba de que pudiera mantener mi confianza.
-¿Tu irás?
-No creo, he tenido problemas con mi madre – Dijo con los pulgares hacia arriba mostrando felicidad - ¿Quieres que vaya?
-Me da lo mismo
-Puedo quedarme contigo, si quieres
-Quiero que vayas y que no te preocupes por mí, estoy bien.
-Bueno, entonces no iré
Volví hace 2 años a mi ciudad natal, tuve que empezar de cero, por segunda vez. Nueva escuela y nuevos amigos. La verdad me fue bien después de una semana, ya hablaba con más compañeros, en general. A los dos meses, comencé a tener mi grupo, amigos cercanos como familia. Éramos inseparables, siempre había algo nuevo que contar, que hacer, la mayoría del tiempo se la pasaban en mi casa y mi madre ya les había tomado cariño.
Sara, era como mi hermana, todos los fin de semana se quedaba a dormir en mi casa o yo en la suya, éramos como uña y mugre. Es bajita, con unos que otros no muy grandes atributos, por lo que si se puede estar celosa. Es primer lugar en todo, toca piano, tiene becas y postula a las escuelas más exigentes que hay, querida y seguida por todos. ¿Envidia? Puede ser.
La mayoría del tiempo mi padre me decía que ¿por qué no era como ella? Bonita, inteligente, delgada, talentosa…
Otro casi hermano era José, toca en una banda por lo que toca mas de un instrumento, tiene demasiada personalidad hasta para hacer un discurso a un personaje público, es un poco mas alto que yo y mantiene una cierta lejanía conmigo, lo cual no tengo ni la más mínima idea. También tiene becas, buen rendimiento y es demasiado social
Está Luís, es otro personaje adaptado a la moda rapera, según dice él es skater, toca piano junto a Sara, pelea primer lugar en rendimiento con ella, se guarda sus secretos pero comparte sus alegrías.
Yo, por otra parte, soy inferior a ellos, creo yo. Nunca he llegado a primeros lugares, soy un poco tímida, creo que me gusta reirme sola y pasarla bien, sola. Un tanto gordita pero no se me nota demasiado porque soy alta, no toco ningún instrumento musical, no hago deporte, no ando en grupos sociales, me cuesta expresarme como también tener alguna relación con algún chico.
Nos llevábamos bien pero todos, todos, todos me decían que yo no pertenecía a ese grupo, que no siempre tenía la cara alegre como ellos. Cuando me lo dijeron me asombré bastante porque unos extraños pudieron darse cuenta mejor de cómo estaba en vez de mis supuestos mejores amigos.
Después de que David se fue mi padre llamó:
-Jess, solo hay cuatro pasajes en avión.
-Ya… ¿y qué tiene?
-Que te quedarás aquí – Me respondió mi madre
-¡¿QUÉ?!
-Si, pero no te preocupes por tus hermanos, obviamente irán con nosotros
-Pero, ¿Yo con quién me quedaré?
-Sola, ya estás bastante grande para cuidarte – Dijo mi papá mirándome de arriba abajo
-Mamá…
-No, no te quedarás sola. Tu primo vendrá a cuidarte
-¿Qué primo?
-El hijo del tío Julián
-Ah, no es mi primo
-De sangre, no.
-Mamá, yo quería ir. Te lo he dicho hace meses…
-Lo sé, solo vamos por dos meses, para ver que terreno comprar y así estarás todos los años que quieras.
-Está bien – dije tratando de contener la risa ya que mi padre estaba haciendo un tipo de teatro como burlándose de mí. - ¿Cuándo se van?
Mi madre se volteo y observo a mi padre quien estaba mostrando su trasero desnudo, poniéndose rojo.
-Mañana en la mañana – me contesto mi madre
-Vale, vale. Me despiertan mañana para despedirlos.
-Está bien, hija. Te amamos
-Yo igual, buenas noches – Les di un beso a cada uno y me fui a la habitación de mis hermanos quienes estaban a un segundo de quedarse dormidos.
-¡DESPIERTEN! – les grité tirando la puerta con fuerza haciendo que golpee la pared.
-¿Qué hora es? – Dijo mi hermana de 5 años medio adormilada y enojada
-La hora de decirme que me traerán de regalo.
-No tenemos dinero – me respondió mi hermano de 3 años
-¿No?
-No – contestaron al unísono
-Entonces les diré a mis padres lo que rompieron esta mañana.
Los dos me miraron asombrados mientras yo corría en cámara lenta hacia la puerta.
-¡NO! – Me tiraron al piso y ponían sus ojitos apunto de llorar – te compraremos todo lo que quieras pero no digas nada, por favor – mi hermano estaba con la nariz roja y los ojos hinchados. Yo lo abrace y le dije:
-Lo que quiero es que eviten molestar tanto a mis padres y que la pasen bien – le mostré una sonrisa
-¿Tú no irás?
-Al parecer no. Pero los estaré llamando siempre, ¿vale? – Miré a mi hermana quien estaba ya dormida en piso. Nos reímos por un rato de ella y la volvimos a acostar en su cama.
Arropé a mi hermano y le di un beso en la frente con un “buenas noches”.
Estando ya en mi habitación recordé lo pensado anteriormente y volvió la discusión con mi mejor amiga. Habíamos discutido porque según ella yo les exigía mucho a ellos para que nos reunamos en algún lugar y pasarla bien como antes, estábamos de vacaciones, ósea quién no va a querer divertirse con su grupo de amigos.
Me fui a dormir ya cansada de pensar la ridícules por la que se enojo que en un momento volví a recordar lo que me dijo mi madre: “Tu primo vendrá a cuidarte”
Abrí los ojos como platos… ¡LUCAS VENDRÁ A CUIDARME!
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No es mi primo
Teen FictionJess de 17 años, es la típica chica que sufre soledad por parte de amigos, por así decirlo. Su historia inicia cuando se separa de sus mejores amigos y sus padres se van de viajes por dos meses, dejandola sola con su primo de 23 años. Él tiene un se...